El amargo adi¨®s de Tony Blair
El primer ministro brit¨¢nico anunciar¨¢ la pr¨®xima semana su retirada desacreditado por la guerra de Irak y ante unas malas perspectivas en las elecciones regionales
Hace hoy 10 a?os, el 2 de mayo de 1997, el primer ministro brit¨¢nico Tony Blair atravesaba la verja de Downing Street de la mano de su mujer, Cherie, y jaleado por un compacto grupo de admiradores que ondeaban banderas brit¨¢nicas. Ayer, un Blair avejentado por los a?os y el desgaste del poder, confirm¨® que la pr¨®xima semana anunciar¨¢ la fecha de su marcha de Downing Street y dio su apoyo a Gordon Brown como su sucesor. Blair estaba ayer haciendo campa?a en Escocia en v¨ªsperas de unos comicios en los que se vaticina un batacazo laborista.
Los 10 a?os de Blair en el poder han estado marcados por muchas cosas, entre ellas la guerra de Irak, la reforma de los servicios p¨²blicos o el proceso de paz en Irlanda del Norte. Pero, por encima de todo, han estado dominados por la palabra spin, cuya traducci¨®n literal al castellano lo mismo significa hilar que retorcer o hacer dar vueltas, se refiere en la pol¨ªtica brit¨¢nica a la obsesi¨®n por la forma en perjuicio de la sustancia, a preocuparse m¨¢s por la agenda medi¨¢tica que por las pol¨ªticas que ha de poner en marcha un Gobierno. Una traducci¨®n muy directa ser¨ªa manipular.
Aquella entrada triunfal de Tony y Cherie en Downing Street fue quiz¨¢s el primer gran acto de spin, de manipulaci¨®n medi¨¢tica, del Nuevo Laborismo en el poder. Lo que a los ojos del mundo era una espont¨¢nea demostraci¨®n de euforia de los brit¨¢nicos por el retorno de los laboristas tras haber pasado 18 a?os en la oposici¨®n era en realidad una operaci¨®n de relaciones p¨²blicas perfectamente planificada: el ba?o de multitudes hab¨ªa sido organizado previamente y sus protagonistas no eran m¨¢s que militantes y empleados del partido. Las banderitas brit¨¢nicas hab¨ªan sido una idea del gran Doctor Spin del Nuevo Laborismo, Peter Mandelson.
Dos veces ex ministro y actualmente comisario europeo, Mandelson reconoc¨ªa ayer que sobr¨® mucho spin y faltaron pol¨ªticas en los primeros a?os de Gobierno del Nuevo Laborismo. Los grandes logros de Tony Blair en Downing Street estaban decididos antes de llegar al poder: la introducci¨®n del salario m¨ªnimo, la firma del protocolo social de los tratados de la Uni¨®n Europea, la autonom¨ªa de Escocia y Pa¨ªs de Gales, la independencia del Banco de Inglaterra, incluso el proceso de paz en Irlanda del Norte estaba encarrilado de antemano, con el trabajo hecho por su antecesor, el conservador John Major.
A la larga, la paz en el Ulster se ha ido convirtiendo en el gran legado de Blair, que el pr¨®ximo d¨ªa 8 ver¨¢ la formaci¨®n de un Gobierno compartido, presidido por el m¨¢s radical de los l¨ªderes unionistas, Ian Paisley, y copresidido por un miembro del IRA al que se le presumen las manos manchadas de sangre, Martin MacGuinness.
El otro gran legado de Blair, centrar al Partido Laborista y convertirlo en una m¨¢quina de ganar elecciones generales, est¨¢ empezando a ser puesto en cuesti¨®n: muchos creen que el desgaste de Blair ha vuelto a convertir a los laboristas en candidatos a la derrota. La pr¨®xima ocurrir¨¢ esta misma semana, cuando ma?ana, jueves, se celebren elecciones al Parlamento de Escocia, la Asamblea de Gales y numerosos ayuntamientos. Los resultados, que se conocer¨¢n el viernes, se espera que sean muy malos para los laboristas, especialmente en Escocia, donde puede ganar el independentista Partido Nacional Escoc¨¦s (SNP).
El descr¨¦dito de Blair se refleja en todas las encuestas publicadas estos d¨ªas, lo mismo por peri¨®dicos afines al laborismo (The Guardian o The Observer) que los que lo combaten desde la derecha (The Telegraph) o desde la izquierda (The Independent).
Encuestas en contra
La guerra de Irak aparece en esas encuestas como el gran detonante de la impopularidad de Tony Blair en sus ¨²ltimos a?os en Downing Street. El 58% de los encuestados por The Observer eligieron la guerra de Irak como su mayor fracaso, seguido del aumento de las distancias entre ricos y pobres (10%) y el haberse convertido en el primer jefe del Gobierno en ejercicio interrogado por Scotland Yard por un caso de corrupci¨®n (5%).
El 69% de los encuestados para The Independent creen que la guerra de Irak marcar¨¢ el legado de Blair. Llamados a elegir tres opciones de una lista de 10, los encuestados por The Telegraph consideran que los mayores fracasos de Blair han sido, en este orden, el aumento de la inmigraci¨®n (58%), la guerra de Irak (55%) y no haber sido lo bastante duro frente al crimen (39%).
Apoyo a Gordon Brown
Tony Blair desbarat¨® ayer cualquier posibilidad de sorpresas al apoyar a Gordon Brown como su sucesor. "Dentro de unas pocas semanas ya no ser¨¦ primer ministro de este pa¨ªs", declar¨® en un acto electoral en Escocia. Y a?adi¨®: "Con toda probabilidad, un escoc¨¦s se convertir¨¢ en primer ministro del Reino Unido". Y precis¨® a¨²n m¨¢s su referencia a Brown: "Es alguien que ha levantado una de las econom¨ªas m¨¢s potentes del mundo y del que siempre he dicho que ser¨ªa un gran primer ministro".
Las declaraciones del todav¨ªa primer ministro brit¨¢nico son un ¨²ltimo mensaje para quienes a¨²n tengan en la cabeza alguna idea de ¨²ltima hora para preparar en su nombre alguna candidatura para parar los pies al ministro del Tesoro y eterno primer ministro en espera.
En previas declaraciones a la televisi¨®n GMTV, confirm¨® que anunciar¨¢ su dimisi¨®n "la semana que viene", aunque ¨¦sta no ser¨¢ efectiva hasta finales de junio. La dimisi¨®n de Blair se esperaba para despu¨¦s de las elecciones locales y regionales de ma?ana, pero el retraso en la constituci¨®n del Gobierno conjunto y el restablecimiento de la autonom¨ªa en Irlanda del Norte, aplazado hasta el d¨ªa 8, han obligado a Blair a retrasar unos d¨ªas el anuncio. Ahora se espera que ¨¦ste ocurra el 9 o el 10.
Entonces se pondr¨¢ en marcha el mecanismo de sucesi¨®n de Blair y del l¨ªder adjunto del Partido Laborista y viceprimer ministro del Gobierno, John Prescott. Los candidatos har¨¢n campa?a durante siete semanas y la proclamaci¨®n de ganadores podr¨ªa fijarse para el 30 de junio o el 1 de julio. Aunque no tuviera ning¨²n otro rival, Brown no ser¨ªa proclamado inmediatamente nuevo l¨ªder del Partido Laborista -y por lo tanto primer ministro- hasta el final del proceso electoral, porque s¨ª se da por seguro que habr¨¢ varias candidaturas para alzarse con el cargo de n¨²mero dos del partido.
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