Carl Friedrich von Weizs?cker, f¨ªsico nuclear y fil¨®sofo

Carl Friedrich von Weizs?cker naci¨® en el seno de una familia protestante alemana, arist¨®crata y plagada de prestigiosos intelectuales. El t¨ªtulo nobiliario lo recibi¨® su bisabuelo por una traducci¨®n del Nuevo Testamento. Su padre fue secretario de Estado de Asuntos Exteriores de Hitler y embajador en el Vaticano; fue condenado en el proceso de N¨²remberg contra los diplom¨¢ticos nazis a siete a?os de c¨¢rcel, de los que s¨®lo cumpli¨® uno. Su hermano menor, Richard, fue presidente federal, la suprema magistratura alemana, entre 1984 y 1994. Carl Friedrich, a su vez, hab¨ªa rechazado la propuesta de Willy Brandt, que le ofreci¨® la candidatura en 1979 por su enorme prestigio, a pesar de no pertenecer a ning¨²n partido pol¨ªtico.

Cuenta Weizs?cker en su autobiograf¨ªa un episodio del d¨ªa que cumpli¨® los 12 a?os que marc¨® su vida. Era una noche de verano y se separ¨® del grupo de gente que bailaba en una fiesta al aire libre y se qued¨® solo contemplando el cielo estrellado. "Sent¨ª dentro de m¨ª en la maravilla del cielo lleno de estrellas que Dios estaba presente de alguna manera. Pero al mismo tiempo yo sab¨ªa que las estrellas son bolas de gas formadas por ¨¢tomos que cumplen las leyes de la f¨ªsica. La tensi¨®n entre esas dos verdades no puede ser insoluble, pero ?c¨®mo se puede resolver? ?Ser¨ªa posible encontrar tambi¨¦n en las leyes de la f¨ªsica un reflejo de Dios?".

Desde adolescente so?aba con ser fil¨®sofo, pero a los 17 a?os Werner Heisenberg, que despu¨¦s ser¨ªa su gran maestro y director de la tesis doctoral, le dijo que primero tendr¨ªa que estudiar "una especialidad decente". Estudi¨® f¨ªsica y se convirti¨® en una figura en el campo de la fusi¨®n at¨®mica.

Esto le llev¨® a colaborar con el equipo que trabajaba al final de la guerra en la producci¨®n de la bomba at¨®mica para el r¨¦gimen nazi. Los recursos en la agonizante Alemania nazi los dejaron a las puertas del descubrimiento. "Dios me salv¨® de ello", dijo Weizs?cker despu¨¦s.

Al final de la Segunda Guerra Mundial los brit¨¢nicos llevaron al Reino Unido a los f¨ªsicos at¨®micos nazis para evitar que cayeran en manos de los sovi¨¦ticos y les grabaron todas sus conversaciones. Cuando Estados Unidos lanz¨® las bombas at¨®micas en Hiroshima y Nagasaki, Weizs?cker coment¨® que ellos pudieron haberse adelantado si hubieran contado con los recursos necesarios.

Se produjo en ¨¦l un proceso de toma de conciencia que le llev¨® a la conclusi¨®n de que el cient¨ªfico es responsable de las consecuencias de su trabajo e inicia su compromiso con el pacifismo. A mediados de los a?os cincuenta, el canciller Konrad Adenauer y su ministro de Defensa, Franz Josef Strauss, coqueteaban con la idea de dotar al reci¨¦n creado Ej¨¦rcito Federal alem¨¢n de bombas at¨®micas t¨¢cticas.

Weizs?cker fue el promotor de la hist¨®rica declaraci¨®n de los 18 de G?ttingen, el 12 de abril de 1957, en la que la flor y nata de la ciencia alemana con Otto Hahn y Werner Heisenberg entre otros se pronunciaron en contra de que Alemania accediese al arma nuclear. Sosten¨ªa el manifiesto que los cient¨ªficos no pod¨ªan ignorar las consecuencias de sus investigaciones y por eso se compromet¨ªan. A pesar de no tener intenciones pol¨ªticas lo hac¨ªan por las desastrosas consecuencias que pod¨ªan tener las armas at¨®micas.

En 1970 pas¨® a dirigir con el fil¨®sofo J¨¹rgen Habermas el Instituto Max Planck "para investigar las condiciones de vida del mundo t¨¦cnico-cient¨ªfico" en Stanberg. El centro fue un foco de ideas sobre el pacifismo y la divisi¨®n internacional del trabajo y se convirti¨® en una referencia obligada para la investigaci¨®n en Alemania en las ciencias sociales y la filosof¨ªa del conocimiento. Se cerr¨® en 1980, al jubilarse Weizs?cker, al que ya se consideraba el ¨²ltimo sabio de Alemania, una especie de genio universal.

Por su compromiso con el pacifismo destac¨® a mediados de la d¨¦cada de los a?os ochenta por sus declaraciones y manifestaciones en contra del rearme de la Alianza Atl¨¢ntica con los euromisiles, los Pershing II y los Cruise. Su temor a la guerra nuclear era tan grande que hizo construir en su casa un b¨²nker para soportar una explosi¨®n at¨®mica. Al final qued¨® destinado a almac¨¦n.

Los ¨²ltimos a?os de su vida se hizo el silencio en torno a Weizs?cker, que estaba muy enfermo. Con ¨¦l muere como se escrib¨ªa el otro d¨ªa en una necrol¨®gica la "s¨ªntesis de un siglo".