La segunda noche de incidentes en el centro de Madrid causa 46 heridos y ocho detenidos
Un millar de j¨®venes se enfrent¨® a la polic¨ªa, que intentaba evitar la pr¨¢ctica del 'botell¨®n'
Un millar de j¨®venes se enfrent¨® ayer de madrugada en el barrio de Malasa?a de Madrid a los polic¨ªas que imped¨ªan el botell¨®n en la plaza del Dos de Mayo. Los incidentes, que comenzaron a las 2.40 con el lanzamiento de botellas y piedras contra los agentes, acabaron con 46 personas heridas (12 de ellas, polic¨ªas) y ocho detenidos. Las cargas policiales, en las que se usaron gases lacrim¨®genos, se prolongaron hasta casi las seis de la ma?ana y se extendieron a las calles adyacentes. Fue la segunda noche consecutiva de incidentes graves tras los disturbios de la madrugada anterior.
Una respuesta contundente
La manera en que la polic¨ªa se enfrent¨® a la constante ca¨ªda de botellas, piedras y cascotes, desmesurada seg¨²n muchos testigos, provoc¨® diferentes valoraciones de los partidos pol¨ªticos madrile?os.
Antonio Beteta, portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, critic¨® la actuaci¨®n policial. "La Polic¨ªa Nacional no ha actuado correctamente y ha habido abusos policiales en relaci¨®n con las im¨¢genes que he visto en televisi¨®n. Hay m¨¦todos m¨¢s razonables para hacer cumplir la norma que esas cargas policiales, con decenas de heridos, que no dicen nada bueno en cuanto al modelo policial del PSOE ni a la gesti¨®n de la delegada del Gobierno en Madrid", afirm¨® Beteta a la agencia Servimedia.
La delegada del Gobierno, Soledad Mestre, record¨® por su parte en la fiesta de la Comunidad de Madrid que los incidentes los iniciaron j¨®venes que hab¨ªan estado bebiendo alcohol durante toda la noche y que degeneraron en el destrozo del mobiliario urbano y en violentos disturbios. Mestre tambi¨¦n record¨® la estrecha colaboraci¨®n entre la Polic¨ªa Municipal y el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa.
"Son hechos que suceden en cualquier ciudad, pero en Madrid por suerte no demasiado frecuentemente", concluy¨® la delegada.
Fue una batalla en toda regla. Los alrededores de la plaza del Dos de Mayo amanecieron llenos de coches destrozados, contenedores quemados, cristales y piedras.
Los incidentes empezaron la noche del lunes, cuando la Polic¨ªa Municipal se acerc¨® hasta la plaza abarrotada, en plenas fiestas -no autorizadas- del barrio, para evitar que los j¨®venes hicieran botell¨®n. Comenz¨® entonces una lluvia de objetos contra los agentes que termin¨® en cargas policiales. La festividad del Dos de Mayo no se celebra desde 2004, cuando el Ayuntamiento lo prohibi¨® por los botellones y para guardar el luto por los atentados del 11-M.
La Polic¨ªa Municipal decidi¨® prohibir la entrada a la plaza a cualquier persona que llevara bebidas alcoh¨®licas el martes por la noche. Unos 3.000 j¨®venes hac¨ªan botell¨®n en las calles aleda?as. En el ambiente se notaba la tensi¨®n.
"Vamos a reventarlos", le suelta un chaval de unos 17 a?os a sus colegas. Desde el otro lado de la barrera, los toros se ven bastante bravos. "Si bajan, nos comen", comenta nervioso un polic¨ªa municipal a un compa?ero.
La plaza est¨¢ sitiada. 15 veh¨ªculos policiales aparcados y otros ocho furgones de antidisturbios en la calle San Bernardo desde las diez de la noche. Controles en las cuatro esquinas. Est¨¢ fresco el recuerdo de la noche anterior, en la que los enfrentamientos entre la polic¨ªa y los j¨®venes se saldaron con 22 heridos y siete detenidos. Pasadas las dos, nadie duda ya de que va a reeditarse la batalla.
2.40. Termina el botell¨®n y comienza el baile. Una lluvia de botellas y piedras cae sobre los 20 polic¨ªas municipales que custodian la entrada a la plaza desde la calle Dos de Mayo. Un punki de unos 30 a?os se acerca cada vez m¨¢s agresivo a la valla. "?Hijos de puta, venid si ten¨¦is cojones!", grita.
2.50. Alguien da la orden y la polic¨ªa se lanza a la carga contra el grupo de la calle Dos de mayo. El punki que gritaba recibe una paliza descomunal. Los polic¨ªas descargan la rabia acumulada contra ¨¦l, que termina tiritando de miedo y arrastrado por el suelo lleno de cristales. Luego se lanzan calle arriba como en una batalla medieval.
2.52. En la calle paralela, la de San Andr¨¦s, empieza tambi¨¦n la carga. Los municipales hacen retroceder a un grupo de unos 300 chavales hasta la calle San Vicente Ferrer. Pero el grupo se encuentra ah¨ª con los que hab¨ªan tenido que salir pitando de Dos de Mayo, y se envalentonan. Empieza a llover y un polic¨ªa resbala y se luxa el brazo. El grito de dolor es estremecedor. Queda tendido en el suelo sin que pueden moverlo y los 300 chavales comienzan a bajar en esa direcci¨®n. "?Cargad, joder, cargad!", grita un municipal al ver que van a aplastar al compa?ero del suelo. Y unos 20 polic¨ªas tratan de frenar el avance sin cascos y a porrazo limpio. Pero por la calle de la Palma ya baja otro grupo enorme y los municipales quedan rodeados.
3.05. Desde la plaza llegan los antidisturbios. Paran a la altura de la calle de la Palma y bajan con cascos, escudos y escopetas de pelotas de goma. Y ¨¦stos ya no miran a qui¨¦n le dan. Comienzan a disparar hacia la Palma y a subir por esa calle en direcci¨®n a Fuencarral. A su paso encuentran contenedores cruzados y peque?as barricadas incendiadas. Disparan el primer bote de gases lacrim¨®genos y comienzan otra carga. Al que pillan lo cosen a porrazos.
3.30. Los enfrentamientos llegan a la calle de Fuencarral. Recibe todo el que se pone por delante. Y el que no, tambi¨¦n. A un chico de unos 18 a?os y de est¨¦tica redskin que anda con muletas le abren una enorme brecha en la frente. Alg¨²n periodista tambi¨¦n se lleva lo suyo.
4.30. Las batallas se fragmentan por todo el barrio de Malasa?a. En la plaza de San Ildefonso, un grupo de 30 personas lleva 20 minutos quemando contenedores, sof¨¢s y papeleras en una hoguera gigante. Otros destrozan las cabinas y saquean una obra. La polic¨ªa est¨¢ al caer. Y cuando cae, suenan los disparos y la goma contra la piel.
5.00. El Samur ha montado un hospital de campa?a en la glorieta de Bilbao. Los chavales entran con la cabeza abierta.
5.50. Los enfrentamientos se diluyen. En la parada de metro de Tribunal, un grupo de unas 15 personas espera a que abran el metro para irse a casa. Una furgoneta de los antidisturbios pasa junto a ellos. Paran, se bajan y comienzan a dispararles pelotas de goma. Son los ¨²ltimos coletazos de la batalla.
"?Pero qu¨¦ ha pasado aqu¨ª?", le pregunta un extranjero de unos 40 a?os a su amiga espa?ola. "Bueno, es que es una fiesta tradicional madrile?a", dice ella.
Informaci¨®n elaborada por Daniel Verd¨², Pedro Zuazua y Francisco Javier Barroso.
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