"Usted no tiene el monopolio de la generosidad"
Giscard gan¨® en el primer debate contra Mitterrand en 1974, y desde entonces los 'cara a cara' s¨®lo se han interrumpido en 2002
La tradici¨®n del debate entre los dos candidatos al palacio del El¨ªseo arranca en 1974, en la elecci¨®n que enfrent¨® por primera vez a Val¨¦ry Giscard d'Estaign y Fran?ois Mitterrand, que volvieron a encontrarse siete a?os m¨¢s tarde. Giscard gan¨® aquel envite del que ha quedado una frase que los analistas consideran que fue decisiva. "Usted no tiene el monopolio de la generosidad", le espet¨® Giscard a Mitterrand, respondiendo a los problemas sociales que acababa de enumerar el candidato de la izquierda. Ayer, el propio Giscard reconoc¨ªa que fue aquel hallazgo ret¨®rico el que le llev¨® a la presidencia francesa.
Siete a?os m¨¢s tarde, en 1981, un Mitterrand remozado -lleg¨® incluso a reducir el tama?o de sus dientes caninos para cambiar su imagen frente a las c¨¢maras- se tom¨® la revancha contra Giscard y supo colocar la frase explosiva en el lugar exacto para hundir la nave adversaria. "Habla usted mucho del pasado, me llama a m¨ª hombre del pasado, pero en el tiempo que ha transcurrido [desde la anterior elecci¨®n] ha acabado usted por ser el hombre del pasivo".
En 2002 Le Pen dio la sorpresa y pas¨® a la segunda vuelta. Chirac rechaz¨® el debate
Mitterrand se convirti¨® en el primer presidente socialista de la V Rep¨²blica y siete a?os m¨¢s tarde, en 1988, intent¨® ser reelegido y se enfrent¨® al que era entonces su primer ministro en la in¨¦dita experiencia de la llamada cohabitaci¨®n en el sistema pol¨ªtico franc¨¦s: el conservador Jacques Chirac. El contraste entre el joven y agresivo Chirac y el veterano y ya enfermo Mitterrand era notable. El debate, a tenor de lo que cuentan quienes asistieron en directo, fue de una gran violencia emocional, de una tensi¨®n inaudita. Cuentan que en el plat¨® resonaban los golpes que Chirac daba contra la mesa de tanto que flexionaba los pies.
Mitterrand consigui¨® prevalecer a base de tratarle con una condescendencia muy estudiada que irritaba enormemente a Chirac. "No me llame se?or primer ministro", le dijo Chirac en un determinado momento. "Aqu¨ª somos iguales, somos los dos candidatos a la presidencia". "Como usted quiera, se?or primer ministro", le respondi¨® impert¨¦rrito Mitterrand.
En 1995 Chirac se enfrent¨® al socialista Lionel Jospin. En realidad, la elecci¨®n ya estaba bastante decidida porque la aut¨¦ntica batalla la hab¨ªan librado dos conservadores: Chirac y el entonces primer ministro de Mitterrand, Eduard Balladour, a quien precisamente apoyaba Nicolas Sarkozy. El debate entre Chirac y Jospin fue cort¨¦s y elegante. Sin grandes frases que recordar. Estaban destinados a enfrentarse de nuevo, pero hace cinco a?os, en 2002, el ultraderechista Jean-Marie Le Pen dio la sorpresa y dej¨® al socialista fuera de la carrera. Chirac se neg¨® a debatir con Le Pen.
La escenograf¨ªa de los debates no tiene mucha historia. Las im¨¢genes en blanco y negro del primero, con el viejo logotipo de la ORTF y dos relojes bien visibles a modo de cron¨®metro, no son demasiado diferentes de las que, ya en color, llegaron despu¨¦s. Dos periodistas, por regla general, y los candidatos presidenciales a uno y otro lado de la mesa en un fondo neutro, un tanto oscurecido.
En el debate de ayer, los periodistas fueron Arlette Chabot y Patrick Poivre d'Arvor en representaci¨®n de TF1 y France 2, respectivamente.
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