Las tres vidas de Piedad
La justicia reclama en Canarias a una ni?a que vive en acogida para devolv¨¦rsela a su madre
Tiene poco m¨¢s de cinco a?os de edad, pero tanta vida acumulada como muchos ancianos. Piedad -as¨ª se la conoce ahora- naci¨® en octubre de 2001 en Las Palmas. Lleg¨® en el peor momento vital de su madre, cuando, en medio de una crisis econ¨®mica, social y de precaria salud mental, estaba acogida en un centro social. Una situaci¨®n que la condujo a encadenarse 26 d¨ªas ante las puertas del Ayuntamiento de Las Palmas para reclamar una vivienda. La reci¨¦n nacida estaba con ella en esta aventura, un d¨ªa tras otro, hasta que, con siete meses, la Fiscal¨ªa de Menores orden¨® su ingreso en un centro, en mayo de 2002.
Tres meses despu¨¦s, el Gobierno de Canarias la declar¨® en desamparo. La madre se opuso a esta medida, pero sus abogados de oficio no siguieron la causa, y se archiv¨®. Simult¨¢neamente, sus continuos enfrentamientos con el personal de la casa acabaron con la decisi¨®n de apartarla definitivamente de su hija.
El Gobierno de las islas entreg¨® a la ni?a en preadopci¨®n sin la autorizaci¨®n de un juez
A partir de este momento, madre e hija comienzan vidas distintas. La mujer se someti¨® en 2003 a un tratamiento mental continuado y al a?o se recuper¨®. La criatura, con dos a?os, permanec¨ªa rodeada de otros ni?os como ella. A finales de 2004 se inici¨® el proceso de preadopci¨®n y la Direcci¨®n General del Menor seleccion¨® a una familia de acogida en La Orotava (en la isla de Tenerife) que ya ten¨ªa dos hijos mayores y una ni?a asi¨¢tica, tambi¨¦n adoptada. A pesar de los cuidados que siempre tuvo, la ni?a, de 3 a?os, lleg¨® a Tenerife con apenas 11 kilos de peso, la piel llena de eccemas, broncoespasmos y sin h¨¢bito de masticar, excepto la ropa que mord¨ªa por todas partes.
La primera noche durmi¨® en una habitaci¨®n con su nueva hermana, pero amaneci¨® en el suelo del pasillo, tumbada, recordando su cuna en forma de caj¨®n de madera a ras de suelo. Durante meses, cada noche, tuvo pesadillas, se despertaba, y amanec¨ªa en el suelo. Hoy, con 5 a?os y medio, ha ganado 10 kilos y come y duerme perfectamente, no tiene problemas en la piel y, aparentemente, es una ni?a normal.
Sin saberlo, esta criatura ha protagonizado una de las batallas judiciales m¨¢s intensas que jam¨¢s se hayan vivido antes en Canarias. La madre interpuso en su momento una denuncia contra la decisi¨®n de prohibirle ver a su hija. Sin ¨¦xito. En 2004 present¨® otra. El juicio se celebr¨® dos a?os despu¨¦s y es ah¨ª cuando se enter¨® de que su hija estaba con una familia de acogida.
El Gobierno de Canarias hab¨ªa cometido dos errores desencadenando esta tormenta sin precedentes: primero, no inform¨® a la madre y, segundo, entreg¨® a la ni?a a una familia sin la autorizaci¨®n de un juez. La titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 5 de Las Palmas someti¨® a la madre a todo tipo de estudios f¨ªsicos y psicol¨®gicos para concluir que est¨¢ en perfectas condiciones mentales y econ¨®micas para retomar el cuidado y la educaci¨®n de su hija. El verano pasado la juez orden¨® la devoluci¨®n de la menor a su madre.
La familia de acogida recurri¨® la sentencia y no entreg¨® a la criatura. Mientras tanto, decidi¨® dar el salto a los medios de comunicaci¨®n y, para proteger la identidad de la menor, se la llam¨® Piedad. Cada decisi¨®n judicial fue recurrida, cada sentencia desobedecida, cada providencia de la jueza, desatendida. Ayer mismo, la Audiencia de Las Palmas volvi¨® a ordenar que se recoja a Piedad y se la ingrese en un centro donde se iniciar¨ªa el contacto progresivo con su madre. Las fuerzas de seguridad han ido decenas de veces a buscar a la ni?a, pero no la encuentran.
Durante meses, partidos pol¨ªticos, ayuntamientos, ONG, asociaciones de vecinos y los cabildos de Tenerife y Gran Canaria se han pronunciado contra esta decisi¨®n judicial. La presi¨®n social y medi¨¢tica contra la Justicia se hace realmente insostenible. La Audiencia de Las Palmas entiende que la situaci¨®n de la ni?a es "de grave riesgo", porque "est¨¢ desescolarizada y puede estar siendo sometida a maltrato psicol¨®gico por parte de sus acogedores, quienes s¨®lo anteponen sus particulares intereses sobre el de la menor". Adem¨¢s, el alto tribunal impone una multa de 3.000 euros a esta familia. M¨¢s de veinte funcionarios registraron el viernes pasado cada rinc¨®n de la casa y no encontraron a Piedad.
Como ¨²ltimo intento, esta familia ha divulgado un informe forense donde advierte que la criatura sufre una epilepsia generalizada primaria y s¨ªntomas de trastorno de angustia de separaci¨®n.
Crisis de ansiedad
Soledad Perera, la madre preadoctiva de Piedad, habla desde su cama de la Cl¨ªnica Vida, en La Orotava, adonde la ha llevado una crisis de ansiedad tras el ¨²ltimo registro de su casa en busca de la ni?a. "La Justicia se saldr¨¢ con la suya", asume, aunque advierte que "acabar¨¢n con la vida de esta familia y de la ni?a". Se declara v¨ªctima y se ve "min¨²scula" ante el poder judicial "herm¨¦tico y autoritario".
Esta mujer y su marido (¨¦l, m¨¦dico odont¨®logo, ella, licenciada en Historia) rellenaron en 1997 los expedientes para adoptar. A los dos a?os ya ten¨ªan en casa a una ni?a china. Y siete a?os despu¨¦s, lleg¨® Piedad. "Esto no es una lucha entre ricos y pobres", dice, "sino la de una familia a la que la Justicia ha violado su intimidad publicando todo tipo de datos personales, que se encuentra sola ante un poder establecido e injusto; ahora s¨ª que vivimos con mucho miedo".
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