La deriva del matrimonio seg¨²n Sarah Polley
La actriz estrena hoy en EE UU 'Lejos de ella', su primer largometraje como realizadora
Si Sarah Polley fuera un pa¨ªs, estar¨ªa en alerta alta, c¨®digo naranja. La veterana actriz de delicado esqueleto parece flotar encima de la banqueta donde est¨¢ sentada en el restaurante, con sus enormes ojos azules abiertos de par en par como si no tuviera p¨¢rpados. Explica en detalle la inexpresable sensaci¨®n de ser entrevistada.
"Lo cierto es que soy una persona realmente sociable, ruidosa, que r¨ªe mucho, pero si me haces una entrevista, empiezo a representar un papel de m¨ª misma en lugar de ser yo, y el adaptarme a esta imagen de m¨ª misma es una cosa muy seria", dice. "Por eso estos d¨ªas intento ser menos exquisita, menos sincera, y no preocuparme tanto". Hace una pausa, y luego se echa a re¨ªr: "Dios, parezco sincera en lo de no ser sincera".
Puede que la sinceridad no sea algo muy ¨²til para la t¨ªpica estrella joven, pero es una cualidad apropiada para la directora guionista en la que se ha convertido Polley, a sus 28 a?os. Este mes, antes de formar parte del jurado del Festival de Cine de Cannes, se une a las filas de los autores independientes con el estreno de su primer largometraje, Lejos de ella.
Durante el almuerzo en pleno centro del barrio en el que vive, que est¨¢ transform¨¢ndose r¨¢pidamente en una zona bien, Polley se muestra reflexiva, sobre todo en lo relativo a su esfuerzo por reconciliar su conciencia social con las restringidas expectativas que Hollywood tiene respecto a las rubias guapas.
En 1999, fue la ¨²nica actriz principiante en la atestada portada de la edici¨®n de Hollywood de Vanity Fair que ri?¨® p¨²blicamente a la revista por decir que Tommy Hilfiger la hab¨ªa vestido, cuando lo cierto es que los pantalones de peto que llevaba eran de una tienda retro de Toronto, y los hab¨ªa comprado ella.
Salvo algunas excepciones -cuando pasaba ¨¦xtasis y se iba de copas con Katie Holmes en Viviendo sin l¨ªmites, o se dedicaba a matar zombies en El amanecer de los muertos-, Polley, la actriz, raras veces ha abandonado las fronteras del mundo del cine independiente. Ha trabajado con una larga lista de los mejores directores no atados a ning¨²n estudio, entre ellos Atom Egoyan (en Ex¨®tica y El dulce porvenir), Win Wenders (Llamando a las puertas del cielo) y David Cronenberg (eXistenZ). [Tambi¨¦n ha sido protagonista en dos filmes de la directora espa?ola Isabel Coixet, La vida secreta de las palabras y Mi vida sin m¨ª].
Lejos de ella la introduce de lleno en el ambiente independiente. Es una adaptaci¨®n del relato corto de Alice Munro The bear came over the mountain, que presenta a Julie Christie en una de sus escasas apariciones como protagonista junto al acreditado actor canadiense Gordon Pinsent (Atando cabos). Representan a Fiona y Grant, una pareja casada hace mucho tiempo que se enfrenta al Alzheimer de Fiona. ?sta ingresa en una residencia y Grant observa -desesperanzado al principio, furioso despu¨¦s- c¨®mo su mujer se encari?a inexplicablemente con otro paciente, un mudo en silla de ruedas, interpretado por Michel Murphy (Manhattan).
Rodada en el fr¨ªo penetrante del sur rural de Ontario con un modesto presupuesto de 2,9 millones de euros, esta pel¨ªcula reflexiva y comedida sobre la lenta deriva de la memoria y del matrimonio recibi¨® unas cr¨ªticas excelentes en una serie de festivales de cine, y se estrena hoy en Nueva York y en Los ?ngeles, antes de proyectarse en las salas de todo Estados Unidos m¨¢s adelante este mismo mes.
Polley ley¨® este relato corto en The New Yorker durante un viaje en avi¨®n desde Islandia en 2001, justo cuando acababa de rodar la par¨¢bola de Hal Hartley sobre los famosos, No such thing. Estaba en las primeras etapas de su relaci¨®n con el hombre que m¨¢s tarde se convertir¨ªa en su marido, un editor de cine de Toronto llamado David Wharnsby. En el momento de aterrizar, Polley ya ten¨ªa en mente la versi¨®n cinematogr¨¢fica del relato como una investigaci¨®n sobre la longevidad (y, dentro de esto, la crueldad y la bondad) del amor.
"Creo que a nuestra cultura le cuesta much¨ªsimo aceptar lo que pasa con el amor despu¨¦s del primer a?o. Es dif¨ªcil, y doloroso, y es una decepci¨®n", afirma Polley, que contrajo matrimonio en 2003. "Ese primer a?o es mucho menos profundo que lo que sucede luego, cuando te enfrentas al otro y a ti mismo de una forma sincera. Me parec¨ªa interesante hacer una pel¨ªcula sobre c¨®mo es el amor despu¨¦s de que la vida se interponga en su camino, y lo que queda de ¨¦l".
Las adaptaciones literarias de altos vuelos no son la conclusi¨®n m¨¢s corriente para la historia de una estrella infantil, pero la corta vida de Polley es un compendio de virajes sorprendentes y a veces brutales. Proviene de una creativa familia de Toronto con cinco hijos, encabezada por una madre directora de reparto, Diane, y un padre actor, Michael (al que actualmente podemos ver en la s¨¢tira teatral Slings and arrows, en la que Sarah Polley hace alguna que otra aparici¨®n c¨®mica, poco t¨ªpica en ella). La mitolog¨ªa familiar sostiene que Sarah era una mocosa obsesionada con ser actriz que cog¨ªa los guiones de la mesa y exig¨ªa un p¨²blico, y que obtuvo su primer papel a la edad de cinco a?os en la pel¨ªcula Navidades m¨¢gicas.
Aunque Polley no culpa a sus padres por no disuadirla, afirma que nunca permitir¨¢ a sus hipot¨¦ticos hijos actuar de forma profesional. "Cuando un ni?o de ocho a?os quiere ser bombero, le dices: 'Anda, ve a jugar con estos juguetes e imag¨ªnate que eres un bombero'. ?Por qu¨¦ dejamos que los ni?os que quieren actuar se conviertan en actores?".
A los ocho a?os, Polley interpretaba a la golfilla Sally Salt en Las aventuras del bar¨®n Munchaussen, de Terry Gillian, en la que tambi¨¦n hac¨ªan un peque?o papel Robin Williams y Uma Thurman. Para ella fue una experiencia traum¨¢tica: d¨ªas de 18 horas en un plat¨® en Espa?a y viajes al hospital por hipotermia y un latido irregular del coraz¨®n causado por una explosi¨®n que tuvo lugar muy cerca de ella.
"El bar¨®n Munchaussen", explica, "hizo que me decidiera definitivamente en lo que se refiere a no querer estar jam¨¢s en grandes producciones y a centrarme en las pel¨ªculas independientes. Tengo verdadero p¨¢nico a volver a estar en un entorno inseguro otra vez".
Doug Liman, un buen amigo de Polley que la dirigi¨® en Viviendo sin l¨ªmites, es una v¨ªctima de su cautela. "He ofrecido a Sarah un papel en todo lo que he hecho desde Viviendo sin l¨ªmites, incluida la protagonista femenina de El caso Bourne, y me ha rechazado una y otra vez", cuenta. "Siente una ambivalencia tremenda respecto a esta profesi¨®n, pero eso la hace ser mejor actriz. No le interesa lo m¨¢s m¨ªnimo verse en una revista, pero tiene una aguda sensibilidad con la gente de verdad. Incluso cuando sales a comer con ella, te resulta dif¨ªcil gritar: '?D¨®nde est¨¢ mi coca-cola light?', cuando Sarah acaba de ser incre¨ªblemente amable con la camarera".
? The New York Times.
Traducci¨®n de News Clips
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