Un instrumento podado
?Son las listas electorales presentadas por ANV un instrumento que utiliza Batasuna para intentar volver a los ayuntamientos? S¨ª. As¨ª lo percibe la inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos vascos, que conocen bastante bien la realidad de su pa¨ªs. Y para cualquier observador de la pol¨ªtica vasca resulta claro que Batasuna est¨¢ realizando una movilizaci¨®n extraordinaria, casi sin precedentes, para, de una forma u otra, volver a la pol¨ªtica municipal institucional. Tal y como est¨¢n las cosas, no parece que esa presencia se vaya a evitar completamente, de acuerdo con la ley, pero s¨ª que quedar¨¢ reducida, fuera de las grandes ciudades y de las juntas generales, y con representantes secundarios.
De entrada, existen unos criterios jur¨ªdicos, fijados por una sentencia anterior del Tribunal Constitucional, que deben ser respetados. El TC ha hecho patente, en varias ocasiones, que ilegalizar a un partido pol¨ªtico o impugnar listas electorales son decisiones importantes, de gran calado democr¨¢tico, que exigen escrupulosidad y esp¨ªritu garantista. La imperiosa necesidad de respetar esas garant¨ªas debe primar por encima del riesgo de que queden huecos sin tapar, y eso no deber¨ªa provocar un gran debate entre partidos democr¨¢ticos. La decisi¨®n final est¨¢ en manos de tribunales.
De lo que se puede discutir es de algo estrictamente pol¨ªtico, objeto de debate incluso en amplios sectores socialistas: ?Existe tambi¨¦n en este proceso una voluntad pol¨ªtica del Ejecutivo de enviar alguna se?al de entendimiento con el mundo de Batasuna?
Todas las leyes tienen un "espacio interpretativo" que admite distintos grados de severidad en su aplicaci¨®n. Es seguro que ninguna de las interpretaciones de la ley va a permitir que la jerarqu¨ªa de la ilegal Batasuna encuentre cobijo o acomodo en los ayuntamientos vascos o navarros. Pero ser¨ªa absurdo ignorar que existe, por parte de los sectores del Ejecutivo y del Partido Socialista de Euskadi m¨¢s proclives al di¨¢logo, una cierta presi¨®n para que estas elecciones no signifiquen tampoco la ruptura de todos los puentes.
Para esos sectores, la mejor manera de alentar futuros procesos de paz es "dejar un respiro" y, sobre todo, poner en el lado de Batasuna y de ETA la responsabilidad de la ruptura de la actual tregua, sin pretexto electoral que valga. Si un n¨²mero importante de candidaturas "secundarias" encuentra la fisura jur¨ªdica por la que pasar, ?ser¨¢n capaces de romper el alto el fuego?
Otros grupos, tambi¨¦n socialistas, creen que la mejor estrategia en estos momentos es, precisamente, la contraria: enviar una se?al de m¨¢ximo rigor. Para ellos, el entramado de ETA tomar¨¢ sus decisiones respecto a la tregua al margen del resultado de estas elecciones.
En el medio, un buen n¨²mero de seguidores socialistas, cargados de dudas, opta por confiar en las decisiones de la direcci¨®n de su partido, a la espera, eso s¨ª, de sus resultados. Su principal inquietud nace de la dificultad de saber c¨®mo interpretar¨¢ ETA esta situaci¨®n y la evidente capacidad de movilizaci¨®n de que hace gala Batasuna. ?La vincula a la esperanza de paz de sus votantes o s¨®lo a sus propias fantas¨ªas?
Un antiguo secretario de Estado norteamericano en plena guerra fr¨ªa, Edmund Muskie, explic¨® una vez que lo que le quitaba el sue?o era la posibilidad de interpretar de forma equivocada alguna se?al del adversario: una vez adoptada una respuesta incorrecta, el proceso era imparable, porque la parte contraria entraba en la misma din¨¢mica. Muskie, que fue descrito como "un hombre culto, pensativo y triste", dur¨® poco al frente de la Secretar¨ªa de Estado, pero es dif¨ªcil encontrar ministros de Exteriores o diplom¨¢ticos que no compartan su an¨¢lisis sobre el juego entre se?ales dudosas e interpretaciones err¨®neas.
El gran ¨¦xito de este proceso ser¨ªa que ETA y Batasuna no se equivocaran sobre el alcance de todo este ruido: las cosas, por mucho que tengan lecturas enrevesadas y confusas, siguen estando donde estaban: en un pa¨ªs democr¨¢tico, no es leg¨ªtimo ni aceptable hacer pol¨ªtica con violencia.
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