El esp¨ªa Santiago y la gitana Dolores
Un agente del CNI y una abuela aportan datos clave sobre Trashorras y la mochila de Vallecas
Un esp¨ªa pierde mucho si ya desde el primer vistazo todo el mundo sabe que es esp¨ªa. Lo mismo sucede con los peluquines. Ayer, en cuanto el juez G¨®mez Berm¨²dez anunci¨® que le tocaba el turno al testigo n¨²mero 456, s¨®lo hizo falta consultar la lista para percatarse de que alg¨²n funcionario hab¨ªa pecado de indiscreci¨®n. All¨ª se pod¨ªa leer con toda claridad: "Santiago D¨ªaz, agente del Centro Nacional de Inteligencia". El juez orden¨® que las c¨¢maras que retransmiten el juicio tuvieran especial cuidado en no difundir su imagen, pero cuando -tras unos segundos de necesaria intriga- el testigo entr¨® por fin en la sala, los asistentes se percataron de que esp¨ªa precavido vale por dos. El agente Santiago luc¨ªa un peluqu¨ªn que no se lo saltaba un galgo.
Seg¨²n el agente del CNI, Trashorras era un tipo sin escr¨²pulos capaz de cualquier cosa
El tel¨¦fono m¨®vil que no funcion¨® en El Pozo ya le hab¨ªa fallado al nieto de Dolores Motos
-A m¨ª, sac¨¢ndome de espa?oles, ya no distingo. A m¨ª los indios y los moros todos me parecen iguales.
Es la voz de Dolores Motos, de 60 a?os, gitana por los cuatro costados. El 3 de enero de 2004, a Dolores, vecina antigua y respetada de la llamada meseta de Orcasitas, se le ocurri¨® comprarle un tel¨¦fono m¨®vil a su nieto Aaron para ech¨¢rselo de Reyes. "En qu¨¦ mala hora, se?or¨ªa". Resulta que el tel¨¦fono, adquirido en un bazar propiedad de unos indios que a ella le parecieron ¨¢rabes, no funcionaba bien. La mujer tuvo que ir hasta tres veces a la tienda para que se lo arreglaran. El d¨ªa 8 de enero les dio un ultim¨¢tum: o se lo arreglaban definitivamente en 10 d¨ªas o le daban uno nuevo. Dice un atestado policial que parece escrito por un diplom¨¢tico que, "tras dirimir diferencias", la abuela Dolores se llev¨® el gato al agua. Devolvi¨® el m¨®vil azul de su Aaron y se llev¨® uno nuevo, de igual marca y modelo, pero de color rojo.
Todo fue bien hasta que, dos d¨ªas despu¨¦s de los atentados, la polic¨ªa fue a buscar a Dolores.
-Cuando me mandaron a llamar, primero me dijeron que ten¨ªa que identificar un cad¨¢ver y luego que si estaba implicada en el 11-M... Yo les dije que se informaran en el barrio de lo que soy yo y de lo que eran mis hijos.
Los polic¨ªas le ense?aron un m¨®vil azul con tarjeta prepago de Movistar y le preguntaron.
-?Le suena este tel¨¦fono?
-S¨ª, ese fue el que le compr¨¦ a mi nietecito y que devolv¨ª porque no funcionaba.
-?Y por qu¨¦ est¨¢ tan segura?
-Porque todav¨ªa tiene la pegatina del Real Madrid que le puso mi Aaron.
El final de la historia no tiene desperdicio. Los indios del bazar, lejos de tirar el m¨®vil, lo volvieron a poner en venta y as¨ª lleg¨® hasta la c¨¦lula integrista que cometi¨® los atentados. Pero aquel m¨®vil que ya le hab¨ªa fallado al churumbel volvi¨® a hacerlo la ma?ana del 11-M. Estaba dentro de la mochila que no estall¨® en la estaci¨®n de El Pozo y que fue encontrada ya por la noche junto a su carga explosiva dentro de una mochila en la comisar¨ªa de Vallecas. Ya de madrugada, el artificiero Pedro desactiv¨® el artefacto bajo un fuerte aguacero en el parque de Azor¨ªn y as¨ª se fue llegando hasta los presuntos autores de la matanza.
El agente Santiago tiene a la sala pendiente de su relato. Al principio se basta del inter¨¦s que despierta su profesi¨®n y una voz profunda de locutor, un timbre como el de ?ngel ?lvarez en su Vuelo 605, pero con m¨¢s cigarrillos y peor vida. El agente cuenta su viaje a Asturias entre el 16 y el 18 de marzo de 2004. Junto a dos agentes de polic¨ªa, entrevist¨® durante horas y horas a Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras, hasta entonces confidente y traficante de hach¨ªs. El agente explica con minuciosidad, casi con delectaci¨®n, c¨®mo se fueron camelando a Trashorras -siempre lo llama as¨ª, por su apellido- hasta que le fue identificando los nombres y los domicilios de "la c¨¦lula de Madrid". Explica que para ello utilizaron a la mujer de Trashorras, Carmen Toro, a quien el agente siempre llama por su nombre de pila. Tras el relato del agente llegan las preguntas de la defensa, y entonces se produce un hecho curioso. Cada vez que un abogado defensor pregunta, hunde m¨¢s a su patrocinado. Es el turno de la abogada de Carmen Toro.
-O sea, que Carmen no les dio ning¨²n dato...
-No, no, vamos a ver, ella hab¨ªa estado tambi¨¦n en la casa de Morata y los conoc¨ªa a todos. Nos facilit¨® la descripci¨®n f¨ªsica de Mowgli -El Chino- porque tambi¨¦n lo conoc¨ªa, y de los otros miembros de la c¨¦lula, porque tambi¨¦n los conoc¨ªa. Su marido se apoyaba en ella para precisar m¨¢s esas informaciones, esos detalles....
Luego pregunta el letrado de Raf¨¢ Zouhier
-?Trashorras le dice que Zouhier le ha pedido explosivos?
-Lo que s¨ª dice es que Raf¨¢ Zouhier es una persona que controla muy bien varias disciplinas de delincuencia y que por ejemplo s¨ª que puede proporcionar armas de cualquier tipo en un plazo de tiempo por una gran cantidad de dinero.
Luego le toca lucirse al abogado de Su¨¢rez Trashorras.
-?Tuvo usted la impresi¨®n de que Trashorras ten¨ªa conocimiento del atentado antes de haber ocurrido?
-No s¨¦, pero ya que me pide usted mi impresi¨®n le dir¨¦ que Trashorras no tiene escr¨²pulos y sab¨ªa que el explosivo se puede utilizar... pues no precisamente para hacer cosas buenas...
El juez G¨®mez Berm¨²dez interrumpe la sesi¨®n. El agente del CNI se marcha con su cabellera de mentira y su nombre y su voz de verdad. O tal vez tampoco, que con los esp¨ªas nunca se sabe.
LA VISTA AL D?A
Vuelve la trama de los explosivos
Hoy declara en el juicio del 11-M el hombre que puso en contacto a Raf¨¢ Zouhier con el ex minero Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras. De esa relaci¨®n surgi¨® meses despu¨¦s el trato de los terroristas que perpetraron el atentado de los trenes con Trashorras para conseguir los explosivos del 11-M.
PRINCIPALES TESTIMONIOS DE LA VISTA ORAL
Coronel F¨¦lix Hernando, jefe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil: "Todav¨ªa hoy tengo la duda de que esos 150 kilos de explosivos [de los que habl¨® el narcotraficante Raf¨¢ Zouhier a un agente de la Guardia Civil en relaci¨®n con las actividades delictivas del ex minero Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras y su cu?ado Antonio Toro] existieran alguna vez"
Agente del Centro Nacional de Inteligencia que habl¨® con el ex minero d¨ªas despu¨¦s del 11-M: "Trashorras no tiene escr¨²pulos y sab¨ªa que el explosivo se utiliza no precisamente para cosas buenas"
Fernando Huarte, militante socialista y miembro de una ONG de ayuda al pueblo palestino: "No sab¨ªamos que [Abdelkrim Bensmail, terrorista islamista amigo del suicida Allekema Lamari al que visit¨® en la c¨¢rcel] era del GIA. Pens¨¢bamos que no hab¨ªa cometido ning¨²n delito en Espa?a y le visit¨¦ en dos o tres ocasiones"
Aicha Achab, madre de Jamal Zougam, procesado como autor de la matanza de los trenes. Ven¨ªa del gimnasio y lleg¨® a su casa un poco m¨¢s pronto de lo que era normal. "Mi hijo durmi¨® en casa la noche del 11 al 12 de marzo de 2004 y no despert¨® hasta pasadas las diez de la ma?ana"
Agente Francisco Javier Jambrina, de la Comandancia de la Guardia Civil de Oviedo: "Victor, el controlador del confidente Raf¨¢ Zouhier, me pidi¨® que destruyera una nota remitida el 11 de marzo de 2003 en la que se informaba del trafico de explosivos en Asturias, pero yo me negu¨¦"
LA ACUSACI?N DEL CNI
La historia del tel¨¦fono de la mochila de Vallecas
La primera propietaria del tel¨¦fono m¨®vil que serv¨ªa de activador del explosivo de la mochila de Vallecas, que no estall¨®, declar¨® ayer en juicio.
Un esp¨ªa destapa la connivencia de Trashorras con los terroristas
El agente del Centro Nacional de Inteligencia que se entrevist¨® con Trashorras despu¨¦s del atentado declar¨® que el ex minero le dijo que ense?¨® a los terroristas la mina de los explosivos cuatro meses antes del 11-M.
La madre de Jamal Zougam exculpa a su hijo
La madre de Jamal Zougam, procesado por el asesinato de 191 personas el 11-M, asegur¨® ayer que su hijo dorm¨ªa cuando se perpetr¨® la matanza de los trenes.
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