La huella de Tartessos conduce a Do?ana
Investigadores espa?oles buscan restos arqueol¨®gicos por primera vez en las marismas del parque
La escasez de restos arqueol¨®gicos y la abundancia de testimonios literarios han convertido Tartessos, la civilizaci¨®n que ocup¨® el suroeste peninsular entre los siglos X y VI antes de Cristo, en territorio legendario, en el que el mito completa las preguntas que la ciencia a¨²n no alcanza a responder. Un grupo de investigadores espa?oles busca restos arqueol¨®gicos en Do?ana, aunque todav¨ªa no se atreven a hablar de Tartessos. En 2004, un cient¨ªfico alem¨¢n ubic¨® all¨ª una gran ciudad tart¨¦sica a partir de unas im¨¢genes de sat¨¦lite que mostraban figuras circulares que pueden esconder debajo esos restos. Es la primera vez que se busca en Do?ana, porque la teor¨ªa hasta ahora dec¨ªa que siempre estuvo inundada.
Los rect¨¢ngulos vistos en im¨¢genes a¨¦reas pueden esconder construcciones humanas
El estudio del subsuelo refleja que debajo no hay s¨®lo arcilla, como se cre¨ªa hasta ahora
En invierno, el agua cubre todo y miles de aves acu¨¢ticas, como la garza real o el pato cuchara, pueblan el lugar. Pero en verano, la marisma de Hinojos, en el coraz¨®n del Parque Natural de Do?ana, se convierte en un secarral. Un paseo por all¨ª un d¨ªa de agosto no excitar¨ªa la imaginaci¨®n de ning¨²n arque¨®logo. Hay que alejarse bastante, y tomar im¨¢genes a partir de 100 metros de altura. Es entonces cuando el estudioso se da cuenta de que las fotograf¨ªas tomadas desde 1956 muestran siempre lo mismo en la parte sur de la marisma: extra?as formas circulares de distintos tama?os (hasta 200 metros de di¨¢metro) y, sobre todo, figuras rectangulares (es casi imposible que la naturaleza forme l¨ªneas rectas) que pueden ser fruto de asentamientos humanos anteriores, tal vez, a la colonizaci¨®n del Imperio Romano de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica.
Ya desde el siglo XVI, multitud de estudiosos han situado una gran ciudad de la civilizaci¨®n prerromana de Tartessos en los alrededores del actual Parque Natural de Do?ana, aunque estas teor¨ªas han estado descartadas por el pensamiento predominante durante los ¨²ltimos 60 a?os. Ahora, un grupo de investigadores del CSIC, la Fuhem y la Universidad de Huelva no se atreve a aventurar si Tartessos puede o no estar en Do?ana, pero s¨ª est¨¢n convencidos de que el subsuelo de la marisma de Hinojos puede esconder restos arqueol¨®gicos. Las formas que se vislumbran en unas im¨¢genes a¨¦reas tomadas el verano pasado se suman a las fotograf¨ªas anteriores. Adem¨¢s, las pruebas electromagn¨¦ticas les han confirmado que en el subsuelo hay algo m¨¢s que arcilla, como se cre¨ªa hasta ahora.
Los cient¨ªficos alemanes W. Wickbolt, en 2003, y R. W. K¨¹hne, en 2004, a partir de algunas im¨¢genes de sat¨¦lite en las que vieron esas extra?as formas circulares, se lanzaron a situar all¨ª la ciudad de Tartessos, e incluso se atrevieron a decir que se correspond¨ªa con la m¨ªtica Atl¨¢ntida descrita por Plat¨®n. Sin ir tan lejos, los investigadores espa?oles Sebasti¨¢n Celestino y Juan Villar¨ªas Robles, ambos del CSIC, y ?ngel Le¨®n, historiador y profesor de secundaria de la Fundaci¨®n Hogar del Empleado (Fuhem), que hab¨ªa puesto a Villar¨ªas en la pista de las im¨¢genes a¨¦reas, empezaron hace dos a?os a trabajar con el objetivo inicial de comprobar si hay all¨ª restos de asentamientos humanos. Y hasta que re¨²nan m¨¢s pruebas, no quieren empezar a lanzar teor¨ªas.
Pero de tratarse, como han sostenido los alemanes y tantos otros eruditos, de la gran ciudad tart¨¦sica por descubrir, significar¨ªa un enorme salto en un debate que a¨²n mantiene divididos a los investigadores entre los que creen que aquella civilizaci¨®n prerromana, que existi¨® entre los siglos X y VI antes de Cristo, ten¨ªa una marcada entidad propia, que era un h¨ªbrido con la cultura fenicia, apenas un ap¨¦ndice de ¨¦sta o que, como algunos dicen, no existi¨® como tal.
Ya se han encontrado en los alrededores de Do?ana restos tart¨¦sicos, fenicios y romanos (v¨¦ase el gr¨¢fico). Pero no se ha llegado a buscar dentro del parque porque la mayor¨ªa de los arque¨®logos sigue trabajando con la premisa de que aquello siempre estuvo inundado. Esta teor¨ªa dice que durante cientos de a?os, desde despu¨¦s de la ¨²ltima glaciaci¨®n, aquello era agua, del mar, al principio, y de un gran lago, despu¨¦s. Pero esta idea est¨¢ siendo revisada por los ge¨®logos desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, explica el profesor de la Universidad de Huelva Antonio Rodr¨ªguez, miembro tambi¨¦n del equipo que investiga en Do?ana.
Los resultados de las muestras del subsuelo tomadas el verano pasado les confirmaron lo que ya esperaban: "Donde ten¨ªa que haber s¨®lo arcilla [procedente de la sedi-mentaci¨®n normal de una zona permanentemente anegada por el agua], hay dos capas que pueden tener un metro de concentraci¨®n de arena", explica Rodr¨ªguez. Esto quiere decir que se produjeron dos episodios violentos, probablemente tsunamis. Los resultados de la prueba que datar¨¢ esos episodios a¨²n no han llegado, pero trabajos anteriores han encontrado muy cerca evidencias de otros dos posibles tsunamis: el primero, sobre el a?o 1500 antes de Cristo; el otro, en el siglo II despu¨¦s de Cristo.
As¨ª, uno de los tsunamis registrado en la marisma de Hinojos estar¨ªa entre esas dos fechas. "Esto cuadra perfectamente con la teor¨ªa de una ciudad prerromana borrada del mapa", a?ade Rodr¨ªguez, gran conocedor del parque no s¨®lo por sus trabajos, sino porque creci¨® all¨ª (su padre fue uno de los guardas de Do?ana y su abuelo trabaj¨® en el coto). En definitiva, la revisi¨®n de la teor¨ªa y la de la formaci¨®n de toda la costa andaluza indican que Do?ana no estuvo siempre anegada por el agua, sino que se sucedieron en los ¨²ltimos 7.000 a?os periodos de inundaci¨®n con otros secos que permiten situar all¨ª un asentamiento.
Las pruebas previas van respaldando la existencia de restos. El siguiente paso, que probablemente se d¨¦ este verano, es hacer un sondeo arqueol¨®gico (un agujero de 10 por 3 metros de lado y 7 de profundidad) para comprobar definitivamente si all¨ª hay algo. El Parque de Do?ana estableci¨® este proceso de estudios previos, explica Fernando Hiraldo, director de la estaci¨®n biol¨®gica. "Creo que el impacto ambiental en la zona ser¨ªa peque?o, dado que se trata de un espacio reducido en unas marismas de 40.000 metros cuadrados. Aun as¨ª, siempre hay que tener mucho cuidado al tratarse de Do?ana", un espacio de m¨¢xima protecci¨®n ambiental, recuerda.
Sebasti¨¢n Celestino, el investigador principal del proyecto, es uno de los grandes expertos espa?oles en Tartessos. Admite que es inevitable hablar de esta civilizaci¨®n al investigar en Do?ana, aunque insiste en "no crear falsas expectativas". "Estamos convencidos de que all¨ª puede haber restos de asentamientos, pero no sabemos de qu¨¦ ¨¦poca". Aun as¨ª, "ya me parece muy importante empezar a comprobar si hay algo donde siempre se crey¨® que no lo hab¨ªa", a?ade.
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