Camale¨®n Chirac
El hombre que ha ocupado la presidencia de Francia durante 12 a?os ha logrado serpentear por todos los caminos sin que nadie pueda decir exactamente cu¨¢l es su herencia pol¨ªtica
A¨²n le quedan 10 d¨ªas en el palacio del El¨ªseo a Jacques Chirac. Poco tiempo para recorrer sus 370 habitaciones, aunque ha tenido 12 a?os para escudri?ar los rincones del palacio del conde de Evreux. Cuando este pol¨ªtico camale¨®nico, cuyo credo a¨²n se desconoce, salga por la puerta principal de la calle del Faubourg Saint-Honor¨¦, Francia se despertar¨¢ de golpe, como en un cuento de hadas.
El pa¨ªs lleva tres d¨¦cadas congelado. "Salimos de un periodo muy largo de glaciaci¨®n pol¨ªtica. Dos hombres han llenado un cuarto de siglo. Mitterrand se present¨® cuatro veces, fue elegido dos y fue jefe del Estado durante 14 a?os. Chirac, lo mismo, s¨®lo que lo ha sido 12 a?os por la revisi¨®n del septenato. A la vida pol¨ªtica francesa le ha faltado ox¨ªgeno", comentaba esta semana Michel Barnier, el que fuera ministro de Exteriores por breve tiempo.
Tuvo la valent¨ªa de reconocer que no todos los franceses resistieron al ocupante nazi
En los noventa se vio envuelto hasta en nueve juicios por corrupci¨®n y financiaci¨®n ilegal
Alto, con un f¨ªsico de actor de cine a lo Gary Cooper o Cary Grant; expansivo, c¨¢lido, directo, buen orador, simp¨¢tico, Jacques Chirac ha paseado por el mundo la imagen estereot¨ªpica del franc¨¦s seductor y bon vivant. Animal pol¨ªtico por excelencia, a lo largo de sus 42 a?os de carrera ha serpenteado por todos los caminos sin que, al final, nadie pueda decir exactamente cu¨¢l es su herencia pol¨ªtica. Se le recordar¨¢ porque ha sido el presidente que tuvo la valent¨ªa de reconocer que no todos los franceses resistieron al ocupante nazi, y que el r¨¦gimen colaboracionista de Vichy tambi¨¦n era Francia, lo que supone admitir parte de responsabilidad en las deportaciones de jud¨ªos a los campos de exterminio.
De su proyecto pol¨ªtico para Francia no habr¨¢ muchas huellas. Eso s¨ª, habr¨¢ conseguido mantenerse 12 a?os en la presidencia de la Rep¨²blica, cuyos poderes son lo m¨¢s parecido a los de un monarca absoluto: controla las ¨¢reas de defensa y pol¨ªtica exterior, puede disolver las c¨¢maras, vetar leyes aprobadas por el legislativo e incluso perdonar a criminales convictos, entre muchas otras prerrogativas.
Hijo ¨²nico de una familia de origen campesino, Chirac lleg¨® incluso a militar brevemente en el Partido Comunista. Pero cambi¨® de vida al conocer a una chica de la alta sociedad parisiense, Bernadette Chodron de Courcel, con la que se prometi¨® en 1945. Un a?o despu¨¦s ingres¨® en la Escuela Nacional de la Administraci¨®n (ENA). Se cas¨® en 1956.
Fue Georges Pompidou quien descubri¨® al joven Chirac entre el equipo de su Gabinete. Le llamaba "mi bulldozer" y en 1967 le nombr¨® por primera vez ministro. Su carrera fue vertiginosa. Valery Giscard d'Estaing le hizo primer ministro en 1974. Y para entonces Chirac ya pensaba en la presidencia. En 1981 se present¨® a la primera vuelta. No pas¨® el corte de la segunda vuelta, pero obtuvo un 18%. Opt¨® por traicionar a Giscard evitando apoyarle y mandando una se?al inequ¨ªvoca al electorado gaullista, lo que facilit¨® la victoria de Mitterrand. Giscard nunca se lo perdon¨® y as¨ª lo explica en sus memorias.
A cambio, tuvo que esperar 14 a?os para llegar al El¨ªseo. Fue de nuevo primer ministro, aunque en imposible cohabitaci¨®n con el presidente socialista. Por eso prefiri¨® la alcald¨ªa de Par¨ªs para esperar su momento. Durante la primera mitad de la d¨¦cada de 1990 se vio envuelto hasta en nueve causas judiciales, mayoritariamente por corrupci¨®n y financiaci¨®n ilegal. Pero en 1995, contra todo pron¨®stico, pues el favorito era Eduard Balladour, consigui¨® por fin llegar al El¨ªseo.
Muchos de sus colaboradores cayeron en las manos de la Justicia, pero a ¨¦l le amparaba la inmunidad del jefe del Estado. A¨²n le esperan un par de sumarios. Su segundo mandato ha sido bastante desastroso. Convoc¨® un refer¨¦ndum; lo perdi¨®, pero no dimiti¨® como dej¨® prescrito el general De Gaulle. Hace dos a?os tuvo un ictus cerebral del que parece haberse recuperado.
Dentro de una semana, este parisino de 74 a?os, que prefiere la cerveza al vino y adora la charcuter¨ªa, regresar¨¢ a su condici¨®n de mortal. Ocupar¨¢ un modesto apartamento de 150 metros cuadrados junto al Sena y frente al museo del Louvre, propiedad de la familia del asesinado presidente liban¨¦s Rafic Hariri, uno de sus mejores amigos.
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