3.000 personas recuerdan a la Xunta sus compromisos con la defensa del territorio
Decenas de colectivos se organizan al margen de los partidos contra la depredaci¨®n territorial
Los m¨¢s condescendientes lo llamaron "toque de atenci¨®n". Otros, m¨¢s inflexibles, denunciaron "alta traici¨®n". Unas 3.000 personas tomaron ayer las calles de Santiago en defensa del territorio y ante la "depredaci¨®n" de la costa y de los enclaves de mayor inter¨¦s ecol¨®gico. Todos ellos, unidos por un malestar en distinto grado con el Gobierno gallego, del que se pretende una ruptura m¨¢s clara con el pasado. Decenas de colectivos se organizaron al margen de los partidos pol¨ªticos bajo el lema "Galicia non se vende", en una convocatoria que pretendi¨® revivir el esp¨ªritu de Nunca M¨¢is.
El esp¨ªritu de las movilizaciones que siguieron al naufragio del Prestige plane¨® sobre las alrededor de 3.000 personas que salieron al tibio sol primaveral de Santiago para proclamar que "Galicia no se vende". Sin m¨¢s pancartas partidistas que las de alguna organizaci¨®n nacionalista juvenil, 36 colectivos organizados contra otros tantos proyectos lesivos con el patrimonio natural desfilaron entre la Alameda y la Plaza de la Quintana, el mismo recorrido que un lluvioso 1 de diciembre siguieron para gritar por primera vez "nunca m¨¢is".
Las estrellas de la reuni¨®n fueron la planta de Reganosa en la r¨ªa de Ferrol y las piscifactor¨ªas en zonas protegidas. Pero la lista es mucho m¨¢s larga: desde la macrodepuradora de Coruxo, en Vigo, a la fraga de Men¨¢ncaro, en Ferrol, pasando por el proyecto de Marina Atl¨¢ntica en la antigua conservera de Mass¨®, en Cangas. Vigo se consolid¨® como el punto del territorio gallego con m¨¢s pleitos ambientales pendientes, como el puerto deportivo de A Lagoa, en Teis, el proyecto de ronda de circunvalaci¨®n o el nuevo relleno de Bouzas. Los detractores de las piscifactor¨ªas de Baro?a (Porto do Son) y Quilmas (Carnota) o los defensores del parque de Rosal¨ªa de Castro de Lugo tambi¨¦n se sumaron.
Pero fueron Reganosa y las piscifactor¨ªas de Baro?a y Quilmas las que movilizaron a m¨¢s manifestantes, y las que destac¨® en su discurso el coordinador general de la asociaci¨®n ecologista Verdegaia, Xan Duro, que actu¨® ante el micr¨®fono, ya en la Quintana, como maestro de ceremonias, antes de que un grupo de intelectuales y artistas leyera el manifiesto de la convocatoria.
"Algo muy grave est¨¢ pasando en Galicia", clam¨® la actriz Mabel Rivera, encargada de la lectura de los primeros p¨¢rrafos del manifiesto. "Combinando abandono y una extrema ambici¨®n depredadora, llevamos d¨¦cadas destruyendo el territorio", reza el manifiesto, que denuncia: "Urbanismo ca¨®tico, infraestructuras de transporte irracionales, campos de gol, puertos deportivos, embalses, piscifactor¨ªas, parques e¨®licos indiscriminados, paseos mar¨ªtimos y fluviales r¨ªgidos, rellenos, monocultivos de especies ex¨®ticas e invasoras, nulo respeto por las figuras de protecci¨®n ambiental y los espacios naturales protegidos". Todo ello, con el agravante de la "inexistencia de una ordenaci¨®n territorial sostenible".
Hab¨ªa colectivos de protecci¨®n de la naturaleza detr¨¢s de la convocatoria, pero tambi¨¦n culturales. Y muchos arquitectos e intelectuales, algunos de ellos, con su firma en apoyo del manifiesto de la movilizaci¨®n. Como Manuel Rivas, Xos¨¦ Luis M¨¦ndez Ferr¨ªn, Xos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez C¨¢ccamo, Francisco Sampedro, Suso de Toro o Fran Alonso. "Pensamos que la actual Xunta de Galicia y los ayuntamientos que salgan de las pr¨®ximas elecciones deber¨¢n coordinar sus esfuerzos", se escuch¨® en la plaza de la Quintana, antes de que el manifiesto reclamara un plan director de ordenaci¨®n del territorio. "Sin planificaci¨®n central y democr¨¢tica de la ordenaci¨®n territorial, el caos se perpetuar¨¢".
Vida digna para todos
Como corresponde a una movilizaci¨®n que pretende ceder el protagonismo a la sociedad civil, las caras conocidas desfilaron perdidas entre el gent¨ªo, y la pancarta de la cabecera la sujetaban representantes de unos cuantos colectivos de la plataforma. "Galicia non se vende. Terra viva e vida digna para todos", se pod¨ªa leer en la primera fila. Bombos, gaitas y panderetas animaron la marcha, mientras se coreaban consignas como "Touri?o, aprende, Galicia no se vende", "Non, non, non, ¨¢ especulaci¨®n" o "la ley del litoral llega tarde y llega mal". Por encima de todas ellas, la m¨¢s repetida: "A r¨ªa ¨¦ nosa, e non de Reganosa", de los manifestantes de Ferrol.
La convocatoria no pudo competir con el d¨ªa que los paraguas tomaron Compostela mientras una gran mancha de petr¨®leo iba ensuciando toda la costa gallega, pero sus registros dejaron satisfechos a los organizadores. Como resumi¨® Xan Duro, de Verdegaia, el de ayer era "el principio de un largo camino".
Destrucci¨®n irreparable
La situaci¨®n de destrucci¨®n del territorio gallego exige "un golpe de tim¨®n", para mudar un rumbo que conduce "al suicidio colectivo". Las frases grandilocuentes abundaron en el discurso final y en las intervenciones de los organizadores. Sin necesidad de apelar al cambio clim¨¢tico y sus desastrosas consecuencias, los que ejercieron de portavoces pusieron el acento en una multitud de peque?as -y no tan peque?as- agresiones al territorio, que est¨¢n generando lo que Xan Duro, coordinador general de la ecologista Verdegaia, tach¨® de "destrucci¨®n irreparable".
"La situaci¨®n del territorio gallego es, en ciertos aspectos, catastr¨®fica", se escuch¨® en la plaza de la Quintana de Santiago. "Un terremoto de especulaci¨®n y de depredaci¨®n de la tierra y del mar est¨¢ destruyendo nuestra naturaleza, nuestro paisaje y nuestra forma de vida. Est¨¢n destruyendo, por lo tanto, la propia identidad de Galicia. Son¨® la hora de que digamos basta", a?adieron los lectores del manifiesto. De ah¨ª que llegara el aviso en plenas v¨ªsperas electorales. No fue ninguna coincidencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.