La polarizaci¨®n social y educativa en Catalu?a
Mientras que la atenci¨®n medi¨¢tica se centra en asuntos identitarios y de estructuraci¨®n del Estado, el Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia acaba de publicar un informe sobre el sistema educativo, La equidad en educaci¨®n, en el que el autor, el profesor Jorge Calero, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Barcelona, ha analizado las desigualdades educativas en Espa?a, lo cual permite comparar la situaci¨®n con la del resto de pa¨ªses de la Uni¨®n Europea y del club de pa¨ªses m¨¢s desarrollados del mundo, llamado OCDE. Tal estudio analiza tambi¨¦n la situaci¨®n de la educaci¨®n en Catalu?a, con lo cual permite comparar las escuelas (tanto de Primaria como de Secundaria), los programas de Formaci¨®n Profesional y las universidades de Catalu?a con otras comunidades aut¨®nomas de Espa?a y con los pa¨ªses de la UE y de la OCDE. Es sorprendente el silencio medi¨¢tico sobre tal informe, que ha pasado casi desapercibido incluso en los medios p¨²blicos de la Generalitat, y eso que el futuro de Catalu?a, incluyendo el de su econom¨ªa, depende m¨¢s de las escuelas y de la educaci¨®n que, por ejemplo, del aeropuerto de El Prat.
El informe analiza la evoluci¨®n de la educaci¨®n hasta 2002, un a?o antes de que cambiara el Gobierno de la Generalitat y pasara ¨¦sta de ser gobernada por una coalici¨®n conservadora nacionalista a un Gobierno de coalici¨®n de izquierdas. El informe da, por tanto, la oportunidad de evaluar las pol¨ªticas educativas de aquel Gobierno conservador. El primer dato llamativo es que en el ¨²ltimo a?o de aquel Gobierno el gasto en educaci¨®n no universitaria de la Generalitat (que es la que financia y gestiona la gran mayor¨ªa del gasto educativo p¨²blico) era de los m¨¢s bajos de Espa?a -2.839 euros por alumno- comparado con los 3.161 euros del promedio de Espa?a, pa¨ªs que a su vez es uno de los de la Uni¨®n Europea de los Quince (UE-15 es el grupo de pa¨ªses m¨¢s parejos al nuestro por su desarrollo econ¨®mico) con menor gasto educativo p¨²blico. Catalu?a (y Espa?a) estaban a la cola de Europa en cuanto a gasto p¨²blico educativo.
Las causas de este retraso son m¨²ltiples, pero una muy importante es el enorme d¨¦ficit de gasto p¨²blico educativo heredado de la dictadura franquista. Cuando el dictador muri¨®, Espa?a ten¨ªa el gasto p¨²blico educativo m¨¢s bajo de Europa y la poblaci¨®n adulta menos educada de Europa (junto con Portugal, que hab¨ªa sufrido una dictadura semejante). De ah¨ª que incluso hoy los grupos de edad que fueron a la escuela durante la dictadura tengan, con mucho, el nivel educativo m¨¢s bajo de Europa.Tal d¨¦ficit se fue corrigiendo durante la democracia en todas las comunidades aut¨®nomas, en unas m¨¢s r¨¢pidamente que en otras.
En Catalu?a y como consecuencia de las prioridades del Gobierno conservador nacionalista catal¨¢n, tal correcci¨®n fue menor que en el promedio de Espa?a. Por otra parte, tal Gobierno dio prioridad a las escuelas privadas concertadas sobre las p¨²blicas; las primeras recibieron un elevado subsidio llamado concierto, que representaba el 24% de todo el gasto p¨²blico en educaci¨®n no universitaria de la Generalitat de Catalu?a (porcentaje mucho m¨¢s elevado que el promedio de Espa?a, 16%, y mucho m¨¢s elevado que el promedio de la UE-15, 9%). En Suecia y Finlandia, en 2002 era del 4%. La gran mayor¨ªa de estas escuelas privadas que recib¨ªan tales subsidios eran escuelas de la Iglesia, que serv¨ªan en su mayor¨ªa a los hijos e hijas del 35% de la poblaci¨®n de Catalu?a que tiene mayor renta. Las escuelas p¨²blicas serv¨ªan predominantemente a las clases populares con un gasto por alumno menor que el promedio de Espa?a. En estas escuelas se concentra, adem¨¢s, la gran mayor¨ªa de los hijos de los inmigrantes.
Las escuelas privadas ten¨ªan m¨¢s recursos que las p¨²blicas, en parte porque seleccionaban a los estudiantes (ilegalmente, realidad de la que el Gobierno conservador nacionalista era consciente y resolv¨ªa mediante trampas, como reconoci¨® el entonces presidente, Jordi Pujol) haci¨¦ndoles pagar matr¨ªculas y excluyendo a los hijos de clase trabajadora y a inmigrantes. Como consecuencia de la mayor riqueza de recursos, la escuela privada daba una hora al d¨ªa m¨¢s de clase que la p¨²blica. Sumando el d¨¦ficit horario de los estudiantes de la p¨²blica durante todos los a?os de estudio, resulta que el graduado de Secundaria de la escuela catalana (y espa?ola) ten¨ªa un d¨¦ficit de tiempo lectivo equivalente a un a?o acad¨¦mico. Es decir, que nuestros graduados iban a la escuela un a?o menos que el promedio de la UE-15. Esta diferencia de recursos entre la escuela privada y la p¨²blica y la segregaci¨®n por clase social reprodujo una gran polarizaci¨®n social que se perpetuaba y expand¨ªa en la Universidad catalana y que se daba tambi¨¦n en Espa?a. As¨ª, si el 66,7% de los hijos de padres profesionales de grado superior pasaban a estudiar en centros de educaci¨®n superior en 2001, s¨®lo el 17,7% de hijos de trabajadores no cualificados y el 10,8% de trabajadores agr¨ªcolas pasaban a tales centros. Una vez en estos centros, el gasto por alumno (4.861 euros) en Catalu?a era superior al promedio de Espa?a (3.968 euros), aunque muy inferior al de la UE-15.
Tener un sistema educativo polarizado no es bueno para la calidad de tal sistema, ni para las escuelas privadas concertadas ni para las p¨²blicas. Las mejores escuelas en Europa -como la finlandesa- son las multiclasistas en las que tanto el banquero como el hijo del empleado de la banca est¨¢n servidos por la misma escuela. En Catalu?a eso no ocurre. Van a distintas escuelas, situaci¨®n que dificulta el desarrollo de una cultura democr¨¢tica y c¨ªvica multiclasista, siendo a la vez una situaci¨®n que dificulta el desarrollo intelectual de los alumnos. La investigaci¨®n ha mostrado que la diversidad social estimula al estudiante. Convertir el sistema polarizado por clase social en un sistema ¨²nico multiclasista, como lo est¨¢n intentando los gobiernos tripartito, primero, y de Entesa ahora, crear¨¢ enormes resistencias. Ahora bien, ser¨ªa un error querer que tales cambios quieran consensuarse, pues se da con ello un poder de veto a los grupos corporativos responsables de la situaci¨®n actual.
Vicen? Navarro es catedr¨¢tico de Pol¨ªticas P¨²blicas de la Universitat Pompeu Fabra.
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