Hallada la tumba del cruel Herodes

La tumba de Herodes I el Grande, rey de Judea al servicio del Imperio Romano, al que el Evangelio de San Mateo atribuye la orden de asesinar a los ni?os menores de dos a?os poco despu¨¦s del nacimiento de Cristo, ha sido descubierta en el Herodi¨®n, el palacio de verano del monarca alzado en la cima de una colina en las inmediaciones de Bel¨¦n. Ehud Netzer, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n, no alberga duda alguna sobre el hallazgo, al que ayer calific¨® de hito arqueol¨®gico m¨¢s relevante de los ¨²ltimos a?os en Israel.

M¨¢s de tres d¨¦cadas de excavaciones -con interrupciones debidas a los avatares pol¨ªticos y militares, especialmente la primera Intifada palestina de 1987- han sido imprescindibles para revelar un secreto guardado durante dos milenios. El arque¨®logo israel¨ª Ehud Netzer anunci¨® en una conferencia de prensa en Jerusal¨¦n el descubrimiento de la tumba de Herodes en la ladera norte del Herodi¨®n, la construcci¨®n emblem¨¢tica de este monarca que rein¨® entre el a?o 37 y el 4 antes de Cristo, que tambi¨¦n edific¨® Ces¨¢rea, orden¨® la reconstrucci¨®n del Templo Jud¨ªo devastado por Nabucodonosor, y levant¨® al borde del mar Muerto la fortaleza de Masada, que posteriormente, durante la primera guerra judeo-romana (tambi¨¦n llamada Gran Revuelta), se convirti¨® en s¨ªmbolo de la resistencia jud¨ªa frente a los romanos.

En 1972 comenz¨® Netzer a indagar la ubicaci¨®n de la sepultura, una labor concienzuda porque tanto la tumba como el mausoleo fueron profanados y arrasados pocas d¨¦cadas despu¨¦s de su construcci¨®n. "Es de destacar el hecho de que el sarc¨®fago fue destrozado en cientos de pedazos, sin duda deliberadamente, como lo fue el mausoleo, aparentemente entre los a?os 66 y 72 de nuestra era, durante la Gran Revuelta. Fue entonces cuando los rebeldes se apoderaron del lugar, seg¨²n relata el historiador Flavio Josefo" en su obra La guerra de los jud¨ªos, apunt¨® el arque¨®logo. "Los rebeldes", a?adi¨®, "eran conocidos por su odio a Herodes y a todo lo que edific¨®, porque le consideraban una marioneta de los romanos".

A la tumba del rey de Judea se acced¨ªa a lo largo de un pasillo de 350 metros de longitud y 30 de anchura, coronado por unas escaleras monumentales destinadas exclusivamente al sepelio. "Cuando encontramos ese camino, advertimos que s¨®lo pod¨ªa estar destinado al funeral", se?al¨® el profesor, que ha sido ayudado por sus colegas Yaakov Kalman, Roi Porath y por brigadas de beduinos locales. Antes fue necesario desenterrar extensas estructuras del periodo bizantino, incluida una iglesia, en excavaciones que se han prolongado durante a?os. Y tambi¨¦n descartar la teor¨ªa m¨¢s plausible. La labor fue ardua debido a la creencia inicial de que Herodes hab¨ªa elegido para su tumba el solar al pie de la monta?a destinado a los enterramientos. "Seg¨²n se fue haciendo mayor, cambi¨® de opini¨®n y decidi¨® ser sepultado en la ladera" del Herodi¨®n, subray¨® Netzer.

Otros elementos, a juicio de Netzer, contribuyen a apuntalar su tesis. "Diseminadas por las ruinas se han encontrado piezas de un mausoleo ¨²nico de 2,5 metros de longitud elaborado con la piedra caliza rojiza propia de Jerusal¨¦n, que fue decorado con rosetas. Con certeza puede decirse que en ¨¦l yac¨ªa el sarc¨®fago de Herodes porque han sido hallados muy pocos de estas caracter¨ªsticas... Aunque todav¨ªa no se han descubierto inscripciones, ni en el sarc¨®fago ni entre los restos del edificio, no es imposible que se encuentren durante la continuaci¨®n de las excavaciones".

Netzer y sus colaboradores se muestran absolutamente convencidos de que han dado en la diana. "Resulta innecesario", precis¨® el arque¨®logo, "aplicar la prueba del carbono 14 pues ¨¦sta s¨®lo se emplea cuando no hay otros indicios de la antig¨¹edad de una pieza". "S¨®lo existen un par de mausoleos elaborados con esa piedra rojiza, pues en aquella ¨¦poca nadie pod¨ªa permit¨ªrselo", coment¨® Netzer. Uno de ellos es la Tumba de los Reyes, a pocos metros de las murallas de Jerusal¨¦n. Asimismo, se han encontrado elementos arquitect¨®nicos muy bien decorados y restos de un grupo de urnas ricamente ornamentadas que se utilizaban para depositar las cenizas del cuerpo incinerado, similares a las usadas en los templos nabateos.

Pocos lugares hay sobre la Tierra m¨¢s perforados que Palestina. Los arque¨®logos israel¨ªes se afanan por hallar vestigios que reafirmen la presencia jud¨ªa en esta tierra desde tiempos inmemoriales. Y como era de esperar, los colonos que residen hoy d¨ªa en el territorio ocupado de Cisjordania, donde se alza el Herodi¨®n, aprovecharon el hallazgo para arrimar el ascua a su sardina. Sa¨²l Goldstein, l¨ªder del bloque de asentamientos de Gush Etzion, afirm¨®: "El descubrimiento es otra prueba del v¨ªnculo directo de Gush Etzion con la historia de los jud¨ªos y de Jerusal¨¦n. Debemos prepararnos para recibir a decenas de miles de visitantes".