El arte del zapateado
El zapateado, en el flamenco, es una de las artes favoritas de los int¨¦rpretes. Por su sonoridad, por las m¨²ltiples formas que adopta en su ejecuci¨®n. Tambi¨¦n por su expresividad. Ahora bien, un espect¨¢culo montado exclusivamente sobre el zapateado puede pesar un tanto. Es lo que le ocurri¨® a este espect¨¢culo de Sara Baras, de n¨²meros largu¨ªsimos, que alguna vez se hicieron excesivamente prolongados.
Peccata minuta si consideramos la calidad intr¨ªnseca del mismo. Porque hay que tener en cuenta que todos los int¨¦rpretes dominan asombrosamente el arte de la punta y el tac¨®n, que se extiende pr¨¢cticamente en exclusiva durante toda la representaci¨®n, que dura cerca de las dos horas y cuarto, en un juego permanente de percusiones con zapatos, palmas, casta?uelas, pitos y todo cuanto puede ejercer alg¨²n sonido en el escenario.
Sara Baras
Sabores. Baile: Sara Baras, Jos¨¦ Serrano, Luis Ortega y cuerpo de baile. Guitarras: Jos¨¦ Mar¨ªa Banderas, Mario Montoya. Viol¨ªn: Jos¨¦ Amador Go?i. Percusi¨®n: Antonio Su¨¢rez. Cante: Miguel de la Tolea, Sa¨²l Quir¨®s. Teatro Alb¨¦niz. Madrid, 8 de mayo.
Cuadro de baile, Serrano y Ortega y la misma Sara Baras hacen una interpretaci¨®n de calidad del espect¨¢culo, que discurre en medio de notables ovaciones del p¨²blico, que llena el coliseo. Un cuadro de baile disciplinado, que sin aparente esfuerzo ejecut¨® todas sus partes con ejemplar donosura.
Luis Ortega hizo un n¨²mero en solitario y con casta?uelas, que pese a su longitud gust¨® mucho al respetable, asombrado por la dificultad de hacer sonar las casta?uelas y ejecutar el zapateado a la vez. Jos¨¦ Serrano tuvo tambi¨¦n su parte en un n¨²mero dificil¨ªsimo que ¨¦l interpret¨® sin un respiro, pese igualmente a su extensi¨®n.
Clase y fantas¨ªa
Sara Baras merece cap¨ªtulo aparte. La joven artista se halla quiz¨¢ en su mejor momento, y as¨ª lo dej¨® patente en todas sus intervenciones. Podemos decir de ella -y nunca mejor dicho- que lleva el baile en el cuerpo de manera indiscutible. El hecho de que todo el espect¨¢culo girara en torno al juego de punta y tac¨®n nos impidi¨® verla en otras modalidades, pero lo damos por bien empleado ante la calidad insuperable de lo que vimos. Su posicionamiento, su agitar de los vestidos, su repiqueteo de los pies fueron en todo momento un ejemplo y una pauta. La ton¨¢ con que termin¨® sus intervenciones -salvo la pat¨¢ por buler¨ªas final- fue una cumbre dif¨ªcil de igualar por nadie que suba a un escenario de baile. No hemos visto hace mucho tiempo algo parecido a este baile de la gaditana, quien demostr¨® unas energ¨ªas sin parang¨®n posible.
El arte de Sara Baras es dif¨ªcil de calificar, por su eminente clase, rara de encontrar en el nivel medio en que hoy hallamos al arte flamenco. Su vigor se une a una innata fantas¨ªa para ofrecer un compendio de arte digno de ser puesto de relieve siempre que se escriba sobre esta mujer.
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