?Hay vida m¨¢s all¨¢ del ladrillo?
Ferran Torrent escribe unas novelitas sobre el urbanismo valenciano que construyen toda una enciclopedia de leyendas urbanas que acaban siempre enladrillando Mestalla, como si el campo del Valencia fuera ahora un bosque de pajaritos y acacias. Incluso los actores de la trama reflejan esa leyenda urbana del ladrillo: especuladores, putas y periodistas, todos juntos. La magn¨ªfica literatura que construye Mar¨ªa Garc¨ªa Lliber¨®s sobre Valencia (Babas de Caracol) parece que forma parte de otro planeta. ?Acaso no hay m¨¢s vida fuera del ladrillo?
Hay tanta vida m¨¢s all¨¢ que hay barcos y coches. Aqu¨ª todo el mundo mirando las extra?as operaciones de Enrique Ba?uelos para hacer caja con las acciones del Banco Sabadell y se nos olvida el extra?o negocio de los amarres para super-hiper-macro yates en la Copa del Am¨¦rica. Valga que no se entienda por qu¨¦ un banco italiano compra el 4% de la joya de la corona de Astroc, el Sabadell, ante el c¨®mplice silencio de los otros miembros del consejo de administraci¨®n, que tienen derecho de tanteo. Y a¨²n se entiende menos que el Sabadell apenas mueve su cotizaci¨®n pese al cambio de accionariado. Tal vez por eso le dijeron hace unos d¨ªas en la Bolsa a Ba?uelos: "Si no eres parte de la soluci¨®n eres parte del problema. Adeu".
Pero que a estas alturas hasta Rita Barber¨¢ y Jordi Sevilla den por olvidados todos los s¨²per barcos que iban venir a ver la Copa del Am¨¦rica resulta peripat¨¦tico. Y es que, al final, esos barcos s¨®lo eran una excusa para vender apartamentos. Claro, como no han venido los ricos, pues tampoco se ense?an los apartamentos, que tampoco los han hecho porque Mar¨ªa Antonia Trujillo y Gonz¨¢lez Pons no han querido. Luego no hay barcos porque no hay ladrillos. Por eso aqu¨ª y as¨ª no hay quien venda un piso. A la Feria Inmobiliaria de Madrid a finales de este mes van primero los andaluces a vender apartamentos y despu¨¦s los valencianos. Los primeros van impolutos pese Marbella. Nosotros vamos con la novela de Ferran Torrent como carta de presentaci¨®n: aqu¨ª todos somos especuladores, putas y periodistas. No hay barcos, pero ?hay vida despu¨¦s del ladrillo?
Pero es que entre todas la mataron y ella sola se muri¨®. Eso de que Zapatero anuncie una ley del Suelo con una reserva del 30% de suelo municipal para viviendas de protecci¨®n oficial es digno de que Tim Hardford lo ponga en El Economista Camuflado como un cap¨ªtulo especial para explicar c¨®mo generar pobreza entre quienes son ricos porque han podido invertir en activos financieros hipotecarios. Viviendas de VPO hay que hacer las necesarias, las que demandan el mercado y los promotores, pero en cantidad, calidad y lugar adecuado. No donde quiera el se?orito antes de las elecciones. El efecto pobreza es una consecuencia de la acci¨®n administrativa sobre un mercado libre. Millones de VPO para empobrecer al personal y ganar las elecciones.
Pero ahora todos est¨¢n ya a la faena y no hay quien pare el asunto y sus consecuencias. Todos sacan tajada de la guerra contra el ladrillo. Eugenio Burriel alienta 8.000 casas en Sant Joan y otras m¨¢s en Elda, con su asesor Gerardo Roger como inspirador del ladrillo socialista. Hasta Em¨¨rit Bono se ha metido a dar buenos consejos sobre medioambiente y la ingenier¨ªa de los residuos, mientras le pega la badana a Rafael Blasco y Gonz¨¢lez Pons. Ya se sabe: a favor y en contra el ladrillo condiciona nuestra vida y la de nuestros hijos. Uno gasta cincuenta millones en coche en setenta a?os y no le deja nada al hijo. Invierte en un piso por lo mismo y deja una suculenta herencia.
Pero Ecclestone busca otra vida m¨¢s all¨¢ del ladrillo. Est¨¢n los coches. Ah¨ª est¨¢ la F¨®rmula 1 y la Ford subvencionada. Todos encantados con tener una ciudad repleta de b¨®lidos al mismo tiempo que reivindicamos el cambio clim¨¢tico. Pero hay un problema. Los grandes beneficios de que Valencia salga en todas las televisiones del mundo con las carreras de coches que tendremos si gana el PP de Camps s¨®lo se traducir¨¢n en venta de apartamentos no de naranjas. ?Hay otra vida adem¨¢s del ladrillo? Recordemos humildemente que los cementerios tambi¨¦n los hacen con ladrillos.
www.jesusmontesinos.es
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