La fuerza del mano a mano

El original debate organizado ayer en Telemadrid entre los candidatos a la presidencia de la Comunidad termin¨® volvi¨¦ndose en parte contra su patrocinadora, la popular Esperanza Aguirre, no porque perdiera sus sucesivos enfrentamientos con In¨¦s Saban¨¦s, de Izquierda Unida, y con Rafael Simancas, del PSOE, sino porque sus dos oponentes llegaron a disponer de m¨¢s tiempo, 20 minutos exactamente, que ella misma para exponer su propio programa y criticar al PP. Simancas y Saban¨¦s huyeron de la "trampa" que en teor¨ªa les hab¨ªa tendido Aguirre ("?De qu¨¦ van a discutir dos candidatos tan parecidos?", hab¨ªa bromeado la presidenta de la Comunidad) y utilizaron su doble turno, no para discutir entre ellos, sino para presentar un frente unido contra el Partido Popular. Cuando finalmente se enfrentaron Simancas y Aguirre, la presidenta demostr¨® un cierto enojo.

La verdad es que el primer debate, entre Saban¨¦s y Aguirre, se desarroll¨® como una especie de discusi¨®n de guante blanco, sobre todo por parte de la segunda. La presidenta de la Comunidad dedic¨® casi m¨¢s tiempo a explicar lo que la un¨ªa a la candidata de IU que a defender sus propias tesis. Daba la impresi¨®n de que el objetivo de Esperanza Aguirre era combatir cualquier imagen de intransigencia o dureza. Saban¨¦s intent¨® no colaborar en ese intento y se mantuvo con su habitual seriedad y circunspecci¨®n.

El escenario cambi¨® en el debate, de media hora, con Rafael Simancas, bastante m¨¢s agresivo, especialmente en temas relacionados con la vivienda, sanidad y la educaci¨®n. El candidato socialista logr¨® en ocasiones obligar a la presidenta a seguir su ritmo. El momento m¨¢s tenso lleg¨® cuando Aguirre protest¨® por lo que consider¨® un intento de Simancas de atemorizar a los ciudadanos sugiri¨¦ndoles que tendr¨¢n que ir a los hospitales p¨²blicos con la tarjeta de cr¨¦dito.

La dureza en el mano a mano entre Aguirre y Simancas no supuso, sin embargo, p¨¦rdida de flexibilidad: el debate result¨® r¨¢pido, eficaz y especialmente atractivo cuando los dos pol¨ªticos optaron m¨¢s por contestarse y replicarse con agilidad que por respetar r¨ªgidamente sus propias chuletas o las normas previamente negociadas para el desarrollo de la discusi¨®n.

Aguirre y Simancas son dos "perros viejos", con mucha experiencia pol¨ªtica (la presidenta asegur¨® que ayer precisamente cumpl¨ªa 24 a?os en ese oficio) y lo demostraron haciendo gala de muchas tablas y naturalidad y dejando claro que no hay nada m¨¢s poderoso que un mano a mano televisivo entre dos candidatos que representan la aut¨¦ntica alternativa, uno del otro. Sobre todo, si como hicieron los Aguirre y Simancas, se ci?en, casi sin vacilaciones, a los temas aut¨¦nticamente objeto del debate: los relacionados con sus competencias y con los intereses directos de los ciudadanos. Ni el candidato socialista ni la candidata popular se permitieron distracciones en ese sentido, ni tan siquiera para recordar los infaustos hechos de la legislatura que ahora acaba, lo que fue bastante de agradecer.

Simancas estuvo a punto de convertirse en 2003 en una de las grandes estrellas del PSOE, cuando tuvo al alcance de la mano la joya de la corona: la presidencia de la Comunidad de Madrid. La turbia historia de dos diputados traidores acab¨® con su ef¨ªmero reinado, y ahora vuelve a intentarlo aunque, seg¨²n el sondeo del CIS hecho p¨²blico ayer mismo, tiene las cosas m¨¢s dif¨ªciles que en aquella ocasi¨®n.

Aun as¨ª, Simancas parte en mejores condiciones que su compa?ero de tique, el candidato a la alcald¨ªa de Madrid, Miguel Sebasti¨¢n. Entre otras cosas porque Simancas, que procede del aparato del partido, cuenta con el apoyo pleno de su organizaci¨®n, el Partido Socialista de Madrid (PSM), mientras que Sebasti¨¢n se est¨¢ moviendo con bastante soledad. Ayer, por ejemplo, el candidato a la alcald¨ªa abri¨® su oficina electoral al lado de la Puerta del Sol y se pudo comprobar inmediatamente dos cosas: primero, que la mayor¨ªa de las personas que salud¨® en la plaza no ten¨ªa mucha idea de qui¨¦n era, y segundo, que Sebasti¨¢n trabaja por su cuenta, sin apoyo que se aprecie del PSM. Es cierto que su candidatura sali¨® de la Moncloa y que quienes dirigen el PSM no tienen, por tradici¨®n, tendencia a dar alas a los reci¨¦n llegados, pero aun as¨ª resulta demasiado evidente la falta de apego. Sebasti¨¢n sacar¨¢ muchos o pocos votos, pero, desde luego, no ser¨¢ gracias al despliegue de la organizaci¨®n socialista madrile?a, que no se molesta siquiera en rese?ar sus actos de campa?a en su p¨¢gina web oficial.

Muchos se preguntan ya si el candidato socialista continuar¨¢ en el Ayuntamiento de Madrid si, tal y como anunci¨® ayer el sondeo del CIS, pierde las elecciones. Sebastian asegura que as¨ª ser¨¢, pero es posible que todo dependa de sus resultados. Si consigue m¨¢s votos que Trinidad Jim¨¦nez, intentar¨¢ asentar su carrera pol¨ªtica, pero si queda por detr¨¢s de los datos de 2003, es posible tambi¨¦n que el PSM prefiera buscarse otro l¨ªder local, con lo que realmente m¨¢s le gusta a los partidos: un extenso curr¨ªculum interno.