Inmigrantes
Barcelona ya me gusta mucho como est¨¢, pero quedar¨ªa a¨²n mejor si una ma?ana, por arte de magia, todos sus habitantes amaneciesen convertidos en inmigrantes.
Creo que lo mismo puedo decir de toda Europa. Si sus habitantes se convirtiesen en extranjeros, aunque fuese por un d¨ªa, dejar¨ªan de preguntarse si son catalanes o espa?oles, o flamencos o valones, albanos o serbios, y ser¨ªan gente sin gentilicios.
Adem¨¢s, de repente carecer¨ªan de una historia com¨²n. Por lo tanto, ya no tendr¨ªan que pelear por c¨®mo interpretar esa historia. Desaparecer¨ªan sus discusiones pol¨ªticas sobre el pasado. Y se dedicar¨ªan exclusivamente a resolver c¨®mo van a convivir en el futuro. Eso les aligerar¨ªa la carga un poco.
Si todos fuesen inmigrantes, disfrutar¨ªan Barcelona como s¨®lo la puede disfrutar quien no est¨¢ acostumbrado a ella. Se maravillar¨ªan ante su belleza, ante su comida y ante su gente. En suma, se divertir¨ªan como enanos. Como enanos extranjeros.
Santiago Roncagliolo es escritor
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