El rey de las distancias cortas
D¨ªaz Alperi, alcalde de Alicante lastrado por las imputaciones, f¨ªa su tercera reelecci¨®n al carisma
Es un buen jugador de cartas en la habilidosa modalidad del mus. Esta faceta de sus horas de asueto la ha aplicado hasta ahora con notable ¨¦xito electoral a la esfera pol¨ªtica, donde ha sacado petr¨®leo a su convincente dial¨¦ctica en el cara a cara con sus oponentes y en el arriesgado cuerpo a cuerpo con los vecinos. Este personaje de la res publica, siempre en filo de la navaja judicial, es Luis D¨ªaz Alperi (Oviedo, 1945), alcalde de Alicante, del PP, desde 1995. D¨ªaz Alperi, perito mercantil de profesi¨®n, encara su tercera reelecci¨®n sucesiva en el cargo con el lastre de su doble imputaci¨®n por supuestas irregularidades contables y urban¨ªsticas y con el casillero de grandes proyectos a cero. Nada de esto parece inquietar al regidor, ni tampoco la expl¨ªcita escisi¨®n del partido a ra¨ªz de la confecci¨®n de la candidatura municipal, un traje a su medida, tras la exclusi¨®n de los zaplanistas. El regidor f¨ªa un nuevo triunfo a su carisma.
En su consciente y subconsciente, el primer edil tiene claro que no es la primera vez que se presenta al examen de las urnas con un sumario pendiente. A cada denuncia del fiscal la respuesta de Alperi ha sido invariable: "No me quita el sue?o". Tambi¨¦n conoce que el fracaso de sus grandes promesas -con el palacio de congresos, en la cima del abultado listado de incumplimientos- se difumina con otra bater¨ªa de nuevas y gruesas ofertas. Y a ello suma su seguridad en su condici¨®n de lobo solitario en el laber¨ªntico y endog¨¢mico entramado de los partidos. El apego de Alperi al partido es similar al de las estrellas deportivas a los intrincados sistemas de juego de los entrenadores. Y cuando el aparato zaplanista le ha cercado, como con motivo de su nominaci¨®n, la suerte le sonr¨ªe en forma de una amenaza an¨®nima, con una bala incluida.
Doce a?os al frente de una alcald¨ªa de una ciudad media del Mediterr¨¢neo, con el sol y la playa como eje de su actividad socioecon¨®mica, quiz¨¢s no es nada para un alcalde, pero es un grueso tramo vital en la cotidianidad de los vecinos. Y ¨¦stos apenas han percibido mejoras en su entorno habitual, l¨¦ase, limpieza, seguridad y movilidad. El regidor admite que la ciudad no est¨¢ limpia, pero lo achaca "a que haya mucha gente en la calle y, adem¨¢s llueve poco". La capital ha estado a la cabeza de los ¨ªndices de delincuencia en los ¨²ltimos a?os. Y el tr¨¢fico rodado sigue siendo una pesadilla. El regidor lo vivi¨® el pasado martes en primera persona: Alperi, a bordo de su Audi, ech¨® 20 minutos desde la Condomina (en la playa) hasta su despacho oficial en la plaza Mayor, unos seis kil¨®metros de distancia. Pero el primer edil considera que el problema del tr¨¢fico en Alicante es similar al de otras ciudades, "me niego admitir que el tr¨¢fico sea un caos, y el tranv¨ªa reducir¨¢ los coches privados en un 15%", asevera.
Este mon¨®tono panorama de la intrahistoria de la ciudad no ha sido compensado con proyectos deslumbrantes capaces de cebar la autoestima colectiva. Alperi ha cosechado un rev¨¦s tras otro en su primera y m¨¢s llamativa baza electoral. Desde 1996, viene prometiendo sin ¨¦xito que la ciudad contar¨¢ con un palacio de congresos. Ya ha presentado tres maquetas, la ¨²ltima para ubicar en la Sangueta, en la entrada norte de la ciudad. Alperi eligi¨® este emplazamiento en sustituci¨®n de su primitiva idea, la ladera del monte Benacantil, forzado por los tribunales: "Abandonar¨¦ el proyecto del palacio en el Benacantil, cuando lo ordenen los tribunales", dijo unos meses antes de que el TSJ vetara esta dotaci¨®n en la ladera de la fortaleza de Santa Barbar¨¢.
Tambi¨¦n han quedado en el limbo otras ofertas, como la remodelaci¨®n de la fachada norte y sur de la ciudad, recinto para fiestas, bulevar norte, instituto del deporte, entre otros.
Un tercer bloque del debe de Alperi es el desarrollo urban¨ªstico. La ciudad ha crecido, pero sin un patr¨®n. La herramienta b¨¢sica, el Plan General de Ordenaci¨®n Urbana (PGOU), est¨¢ pendiente de su revisi¨®n. Las primeras l¨ªneas trazadas por el arquitecto Llu¨ªs Cantallops no convencieron al regidor que acab¨® echando al t¨¦cnico. Mientras, los promotores, con Enrique Ortiz a la cabeza, han llenado miles de metros de cemento y ladrillo. El paradigma del urbanismo de Alperi, es el plan Rabassa: 15.0000 viviendas (8.000 de protecci¨®n oficial), al margen del PGOU y en el entorno de un humedal: las lagunas de Rabassa. Pese a la generalizada oposici¨®n al proyecto, para el primer edil es "un modelo urban¨ªstico que respeta el medio ambiente".
Y, adem¨¢s, en el imparable aument¨® de parque de viviendas, la de protecci¨®n oficial apenas ha tenido cabida. El dato no ha pasado desapercibido para el Tribunal Supremo que ha condenado al Ayuntamiento por no destinar los ingresos de la venta de suelo municipal (9,5 millones de euros) precisamente a VPO. Alperi justifica ahora el plan Rabassa como la panacea para cubrir esa carencia.
Las dos obras de mayor envergadura y de incontestable eficacia, ejecutadas en la ciudad bajo su mandato, han sido la canalizaci¨®n subterr¨¢nea de las aguas pluviales y el tranv¨ªa. Ambos proyectos han sido financiados por la Consejer¨ªa de Infraestructuras. El primero ha llevado la tranquilidad a los vecinos como medida preventiva ante lluvias torrenciales, y el segundo ayudar¨¢ a descongestionar tr¨¢fico rodado en la ciudad.
Con ese bagaje y con su doble imputaci¨®n judicial (por el desfalco de seis millones de euros en Mercalicante y el supuesto trato de favor al contratista Enrique Ortiz en la adjudicaci¨®n de tres aparcamientos subterr¨¢neos), el rey de las distancias cortas opta a revalidar el cargo el 27 de mayo. Ha iniciado la carrera con nuevos ¨®rdagos a lo grande (la compra de Serra Grossa, y de los humedales de Agua Amarga para convertirnos en grandes espacios naturales p¨²blicos, y la propuesta de declaraci¨®n del Castillo de Santa B¨¢rbara como patrimonio cultural de la humanidad parte de la UNESCO) y mirando por encima del hombro a su rival: "No le falta un hervor, sino diecisiete", espet¨® el primer d¨ªa de campa?a en alusi¨®n a su principal oponente, la socialista Etelvina Andreu.
Este art¨ªculo sustituye la entrevista prevista con Luis D¨ªaz Alperi en su condici¨®n de candidato del PP a la alcald¨ªa de Alicante. El primer edil ha decidido mantener el boicot del PP a los medios del Grupo Prisa y ha rechazado el ofrecimiento de EL PA?S a mantener una entrevista como en comicios anteriores.
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