El Fundi: "Los diestros de valor tambi¨¦n tenemos derecho a bronca torera"

Se le desbarat¨® al Fundi con el descabello lo bueno que hab¨ªa hecho en la muleta a su primero. Extra?a que algunos sectores del p¨²blico que siempre estuvieron con el de Fuenlabrada sean ahora extremadamente rigurosos a la hora de juzgar su actuaci¨®n. Tras escuchar dos avisos, tampoco estaba como para bailar sevillanas: "El toro era mans¨®n; ten¨ªa dificultades y se iba suelto todo el rato. La cosa se me ha puesto mal con el descabello. Quer¨ªa volver a entrar a matar, pero no me he decidido y asumo la culpa". Se gasta retranca suficiente El Fundi, despu¨¦s de veinte a?os de bregar con toros y p¨²blicos de toda ¨ªndole, como para comentar con humor su infeliz actuaci¨®n en el segundo: "No s¨®lo van a ser los artistas los que escuchan broncas toreras. A los que se nos denomina de valor tambi¨¦n tenemos derecho a bronca torera". Ya m¨¢s en serio se justifica: "Yo creo que se ha visto de salida que el toro era una prenda. Con este tipo de ganado no cabe otra cosa que aliviarse". Viene finalmente una lecci¨®n de estoicismo muy ¨²til a la hora de encajar contrariedades: "Los malos ratos se pasan en familia. Mal de muchos, consuelo de tontos, que le dicen. Pero vamos; esto se ha pasado ya".

Casi un premio

La dureza de estos toros, chicos pero rocosos, y su escasa disposici¨®n para humillar hace que los espadas se las hayan visto y deseado para acabar con ellos antes de que les sonara la tarara de los avisos por tres veces. El lograr finalmente descabellar a su primero ha sido casi un premio y, desde luego, un alivio, para Jos¨¦ Ignacio Ramos: "Jo¨¦, menos mal que he logrado meterle la mano; adem¨¢s el toro me buscaba la femoral por el lado derecho; iba andando y a la caza". Creo que uno ha hecho lo necesario con el toro a pesar de saber que no va a haber lucimiento. Y algunos, llenado bolsas de basura con billetes...

Y¨¦ndose a los tendidos de sol en su primero, Fernando Roble?o ha matado dos p¨¢jaros de un tiro: ha evitado el aire y se ha ganado el favor del p¨²blico all¨ª ubicado. All¨ª supo ver al toro y sacarle algunas series meritorias, lo que no le puso a salvo del aviso del Us¨ªa. El buen torero madrile?o estaba enfadado consigo mismo y no quer¨ªa salir a saludar, como le reclamaban los aplausos del respetable: "Cuando he montado la espada, me he tirado en firme, pero he marrado. Otras veces no te preparas tanto y aciertas". Que Roble?o debe ser una gran persona lo demuestra el juicio que le merece la condici¨®n de su primero, que desde el tendido se percib¨ªa como pr¨®xima a la de una alima?a: "El toro no ha sido malo, pero empujaba y me ha fatigado mucho estar con ¨¦l". Mucho mejor que con las palabras, el rostro de Roble?o tras dar la vuelta al ruedo en su segundo enemigo expresaba la frustraci¨®n de no haber sido premiado con la oreja, tras un ¨ªmprobo esfuerzo realizado para lograrla.