Un lugar para el 'botell¨®n'
J¨®venes y vecinos acercan posturas para solucionar lo que unos viven como un hecho social y otros como un problema intolerable
![Ignacio Zafra](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F4d89325c-7f93-4b69-b7eb-b1b3b272c02d.jpg?auth=eb0419eecf558bcf53cd5f7086dca9762dfd83c9619fba0f80a50674db2f041f&width=100&height=100&smart=true)
Seg¨²n desde d¨®nde se mire, el botell¨®n est¨¢ medio lleno o medio vac¨ªo. Para la mayor¨ªa de los j¨®venes, sentarse juntos en una plaza y beber no representa ning¨²n "problema". Al menos de entrada. Para la mayor¨ªa de los vecinos que padecen o han padecido el jaleo que acompa?a a ese tipo de encuentros, resulta "intolerable". Aunque tambi¨¦n hay espacio para los matices.
Las recientes algaradas de Madrid, con decenas de chavales destrozando el mobiliario urbano y enfrent¨¢ndose a la Polic¨ªa por las calles de Malasa?a, hacen dif¨ªcil imaginar que las dos partes implicadas directamente, los que practican y los que sufren el botell¨®n, puedan llegar a entenderse. Pero si se habla con la principal federaci¨®n de vecinos y con el principal ¨®rgano de representaci¨®n juvenil de Valencia, la conclusi¨®n es que queda margen para el acuerdo.
Hay que tomar medidas para reducir el consumo excesivo de alcohol, dice una joven
"Nosotros no lo vemos como un problema, sino como un hecho social", dice Joaqu¨ªn Sanz, presidente del Consell de la Joventut de la Comunitat Valenciana. "Dada la baja tasa de emancipaci¨®n, la situaci¨®n laboral y su bajo poder adquisitivo, los j¨®venes no tienen m¨¢s remedio que salir a la calle. Es mucho m¨¢s barato comprarte la bebida e irte a un plaza o a un pol¨ªgono que consumir en un bar, un pub, una tasca o una discoteca", dice.
En la trinchera de enfrente, Mar¨ªa Jos¨¦ Broseta, presidenta de la Federaci¨®n de Vecinos de Valencia, responde: "Cuando hay una concentraci¨®n de gente, joven o no, armando ruido en la calle, por la noche, hay problemas. Y no s¨®lo por el ruido, sino por la cantidad de desperdicios que se dejan detr¨¢s. Eso es una evidencia".
Toni Cassola es dirigente vecinal de El Carme, el barrio que durante a?os acogi¨® el botell¨®n m¨¢s concurrido de la ciudad. Con cientos de j¨®venes relev¨¢ndose en la plaza donde confluyen la calle de Roteros y la del Museo. La presi¨®n de quienes viv¨ªan all¨ª sin poder dormir forz¨® a la polic¨ªa a actuar. Los agentes disolvieron el gigantesco corro, pero eso s¨®lo sirvi¨®, b¨¢sicamente, para dispersar el problema. En vez de un macrobotell¨®n, han surgido decenas, repartidos por calles, plazas y solares del barrio.
Cassola retoma el hilo de Broseta. "No hace falta decir que el sufrimiento de los vecinos es intolerable. El sufrimiento de los vecinos no es un precio ni una moneda de cambio para nada. Pero es que yo creo que todo el tema del botell¨®n, es tambi¨¦n muy peligroso. Por ponerte un ejemplo: Cuando cuatro amigos se compran una botella y se van a beber a la calle, lo grave es que hasta que no se acaba la botella no se van. Se consume demasiado alcohol", dice.
Le contesta Alicia Esteve, presidenta del Consell de la Joventut en la ciudad de Valencia: "En realidad, el hecho de sentarse para consumir alcohol es secundario. Los j¨®venes encuentran en el botell¨®n una forma de expresi¨®n, de estar en la calle, de compartir y de relacionarse que no tienen en otros sitios. Porque no los hay o porque les gusta la calle".
?Qu¨¦ d¨®nde est¨¢ ese margen para el acuerdo? Sigue Esteve: "Esa es una parte y otra es el aspecto de la salud. Nosotros creemos que hay que tomar medidas para reducir el consumo excesivo de alcohol, y trabajamos para evitar ese y todo los dem¨¢s consumos abusivos. Pero no hay que olvidar que en esta sociedad existe una cultura del alcohol. Y que pr¨¢cticamente todo el mundo que sale se toma al menos una cerveza o una copa. Los j¨®venes somos m¨¢s molestos porque no lo hacemos a siete o 10 euros sino que intentamos hacerlo a dos. Pero creo que se debe separar el tema de la prevenci¨®n y la visi¨®n que se pretende dar de que solamente nos juntamos para emborracharnos y acabar tirados por las esquinas, porque no es as¨ª".
El presidente auton¨®mico, Joaqu¨ªn Sanz, se?ala: "Nosotros creemos que la Administraci¨®n no debe dar la espalda al hecho del botell¨®n, y que es la falta de espacios concretos lo que causa problemas". Y afina: "Deber¨ªan habilitarse zonas para que ese hecho social innegable se pueda realizar sin molestar a los vecinos. Y eso deber¨ªa acompa?arse de una sensibilizaci¨®n sobre el consumo del alcohol y sobre c¨®mo consumirlo".
"Lo que hace falta", dice Broseta, "es una planificaci¨®n del ocio en la ciudad. Y esa planificaci¨®n no se puede hacer sin los j¨®venes. Nosotros estar¨ªamos de acuerdo en que se habilitaran zonas abiertas donde no se perjudicara a nadie y donde ellos pudieran estar juntos, relacionarse. Pero habr¨ªa que estudiarlo bien. Si son muy lejanas aparecer¨ªan problemas con los desplazamientos y con la falta de servicios p¨²blicos".
?Cu¨¢les podr¨ªan ser esos espacios? Esteve apunta, con algo de iron¨ªa, al recinto de la Copa del Am¨¦rica "cuando acabe la competici¨®n". "Los Jardines de Viveros podr¨ªan ser una alternativa. Cualquier espacio abierto que no tenga vecinos pegados. Con dos condiciones fundamentales: los j¨®venes tienen que tomar conciencia de que estamos usando un espacio p¨²blico y que hay que respetarlo. Eso es algo que tenemos que asumir. Y luego hay que guardar una imagen. Despu¨¦s de Fallas se gasta mucho dinero en limpiar, y si al d¨ªa siguiente de un botell¨®n no se limpia, da la sensaci¨®n de que somos unos b¨¢rbaros".
No todo tiene que ser botell¨®n. Cassola propone que el viejo cauce del Turia sea declarado "espacio libre de alcohol igual que existen espacios libres de humo". Que se monten all¨ª "chiringuitos de fin de semana, encuentros de dj's, peque?os conciertos. Hay mil cosas que podr¨ªan hacerse que ayudaran a que lo dominante no fuera la cultura del alcohol". Y Alicia Esteve coincide: "Una noche te puede apetecer salir a tomarte unas cervezas a un parque. Pero no te apetece siempre. Lo que pasa es que no hay mucho que hacer. En los centros culturales y juveniles podr¨ªan habilitarse exposiciones, circuitos de teatro joven, zonas de encuentro. Pero habr¨ªa que cambiar unos horarios que est¨¢n completamente fuera de lo que necesitamos. Si el local cierra a las 10 de la noche, no te sirve para nada".
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