Los vigilantes del decoro asedian a las iran¨ªes
M¨¢s de 3.000 mujeres han sido detenidas en la ofensiva del r¨¦gimen de Ahmadineyad contra la "vestimenta indecorosa"
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Zohreh est¨¢ indignada. No se maquilla. Viste de negro. Y qu¨¦ culpa tiene ella si un mech¨®n rebelde se le escapa fuera del pa?uelo. "Se creen con derecho a dictarnos hasta el color de las bragas", espeta dejando desbordar la furia contenida ante los vigilantes del decoro que la han parado en una c¨¦ntrica calle de Teher¨¢n al salir del trabajo. Como cada primavera, la campa?a contra la "vestimenta indecorosa" se est¨¢ ensa?ando con las mujeres, cuyos pa?uelos coloridos y cada vez m¨¢s escuetos desaf¨ªan la imposici¨®n del uniforme isl¨¢mico. Pero este a?o, bajo el acoso policial se adivina una guerra pol¨ªtica.
"Las ONG de mujeres est¨¢n m¨¢s fuertes que en a?os anteriores y su campa?a para conseguir un mill¨®n de firmas por la igualdad de derechos ha calado entre la gente; es un intento de arredrar a las mujeres", interpreta Mashid Alineyad, columnista del diario Etemad-e-Melli. "En mi opini¨®n, es un plan para suprimir uno de los pilares de los reformistas: Tras silenciar a j¨®venes y estudiantes, si logran acallar a las mujeres, se har¨¢n con el triunfo en las elecciones parlamentarias del pr¨®ximo a?o", a?ade.
De momento, muchas mujeres evitan salir de casa si no es necesario. Desde el d¨ªa 21 de abril, cuando las autoridades lanzaron la campa?a "para realzar la seguridad moral y social", las galer¨ªas comerciales han notado un baj¨®n en la clientela. Acudir a esos lugares, donde se concentran tiendas de moda, accesorios y peque?as cafeter¨ªas, constituye uno de los escasos pasatiempos de mujeres y j¨®venes en las ciudades iran¨ªes. En consecuencia, han sido uno de los principales objetivos de las 'patrullas morales'.
S¨®lo durante los cuatro primeros d¨ªas de la campa?a, 150.000 personas fueron interpeladas en todo el pa¨ªs, de las que 13 pasaron a disposici¨®n judicial, seg¨²n inform¨® el jefe de la polic¨ªa, general Ismael Ahmadi-Moghaddam. El resto se libraron firmando compromisos de buena conducta que en caso de reincidencia se aportar¨¢n ante el juez. Desde el arranque de la campa?a, m¨¢s de 3.000 mujeres (una media de 150 al d¨ªa) han sido detenidas y han pasado al menos unas horas en comisar¨ªa. Tambi¨¦n ha habido algunos casos de hombres amonestados por llevar corbata, camisetas "poco isl¨¢micas" o cortes de pelo occidentales (incluso se ha prohibido a las barber¨ªas que hagan esos cortes).
"Es como para pens¨¢rselo antes de salir", admite Maral, quien desde que hace un par de meses recibi¨® una advertencia en la universidad. Se viste completamente de negro para evitar problemas. Apenas un a?o despu¨¦s de la revoluci¨®n isl¨¢mica, las autoridades decretaron que las mujeres deb¨ªan taparse el pelo y llevar ropa larga y amplia que ocultara las formas de su cuerpo. Quienes ignoraban la norma pod¨ªan ser flageladas, encarceladas y multadas. Aunque el chador, la pieza de tela negra que cubre de la cabeza a los pies, se convirti¨® en el s¨ªmbolo de la revoluci¨®n, no es obligatorio. La mayor¨ªa de las mujeres utilizan una bata, denominada ropuch o mant¨®, y un pa?uelo.
La revoluci¨®n y la inmediata guerra con Irak (1980-88) favorecieron el negro o como mucho los colores oscuros. Luego, los mismos aires reformistas que llevaron a Mohamed Jatam¨ª a la presidencia hace una d¨¦cada llenaron de colores las calles de Teher¨¢n y de otras ciudades iran¨ªes. Una nueva generaci¨®n nacida tras los rigores revolucionarios empez¨® a retar las estrictas vestimentas, con pa?uelos que no tapan el pelo, mant¨®s entallados y cada vez m¨¢s cortos, e incluso pantalones que dejan ver los tobillos. El Gobierno reformista hizo la vista gorda.
"Cuando el presidente Mahmud Ahmadineyad gan¨® las elecciones y dijo que hab¨ªa problemas m¨¢s importantes que el pelo que se escapa de un pa?uelo, no le cre¨ª y le llam¨¦ mentiroso en mi columna, pero ahora me he disculpado y le he pedido que cumpla su palabra y se concentre en luchar contra la pobreza, que es lo que de verdad importa a la gente", declara Alineyad, quien no se muerde la lengua en sus dos art¨ªculos semanales.
Las cr¨ªticas no proceden s¨®lo de los sectores reformistas. Una comisi¨®n parlamentaria se ha quejado de la campa?a al jefe de la polic¨ªa. El responsable del poder judicial, Mahmud Hachem¨ª Shahrud¨ª -no precisamente un moderado-, ha advertido a los gobernadores provinciales del da?o social que puede desatar. Incluso el conservador diario Kayhan ha se?alado que "el vestir indecoroso de las mujeres no es el ¨²nico vicio" y que la pobreza, la corrupci¨®n y la injusticia son problemas m¨¢s importantes.
"Es un plan que no conviene a nadie y que Gobierno y polic¨ªa se est¨¢n pasando como una pelota de f¨²tbol", explica Alineyad reforzando la idea de que la campa?a no suscita la unanimidad del sistema. "A los pol¨ªticos no les conviene porque les da una imagen negativa ante la gente y necesitan su apoyo para las elecciones de 2008", a?ade la articulista. ?Qui¨¦n se beneficia entonces? Los SMS que estos d¨ªas inundan los m¨®viles parecen tener la respuesta: "C¨²branse el pelo porque va a subir el precio de la gasolina", aludiendo a una posible maniobra de distracci¨®n por parte del Gobierno. En Teher¨¢n no se habla de otra cosa.

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