Brown promete crear ciudades ecol¨®gicas en su campa?a por la direcci¨®n del laborismo brit¨¢nico
Gordon Brown contin¨²a marcando las distancias con Tony Blair, al que previsiblemente suceder¨¢ el 24 de junio, sin desacreditar la gesti¨®n del Gobierno brit¨¢nico de los diez ¨²ltimos a?os. Arquitecto del Nuevo Laborismo y ministro de Hacienda desde 1997, el candidato al liderazgo del Partido Laborista y de la jefatura del Ejecutivo avanza en su campa?a equilibrando una denuncia de los fallos del pasado con una visi¨®n renovadora del futuro. Entre las nuevas ideas, ayer prometi¨® construir cinco n¨²cleos urbanos ambientalmente sostenibles.
Gordon Brown arranc¨® su campa?a el pasado viernes aceptando que se hab¨ªan producido errores en Irak. Ayer fue m¨¢s lejos y reconoci¨® otros fallos de gesti¨®n en los diez a?os de administraci¨®n laborista. El candidato a sustituir al primer ministro, Tony Blair, destac¨® entre los fracasos la construcci¨®n del Dome, la gigantesca carpa circense del arquitecto Richard Rogers, que naci¨® con el nuevo milenio como s¨ªmbolo del optimismo nacional en el gran proyecto renovador del Nuevo Laborismo. "Lo que all¨ª se hizo fue un error", dijo Brown de una instalaci¨®n que ha absorbido millones a fondo perdido de las arcas p¨²blicas.
Tambi¨¦n acept¨® equivocaciones relacionadas con el Tesoro, un ministerio que Brown dirige desde la victoria que llev¨® a Blair a Downing Street en 1997. Reconoci¨®, en una entrevista con la BBC, que gestion¨® mal la situaci¨®n de los pensionistas as¨ª como la presentaci¨®n de los ¨²ltimos presupuestos generales, que dej¨® a media poblaci¨®n convencida de que la carga fiscal se hab¨ªa reducido. La letra peque?a de la monta?a de cifras oficiales indicaba lo contrario para algunos contribuyentes. De la reforma en el Sistema Nacional de Salud, Brown indic¨® que todav¨ªa hay "mucho por hacer".
Brown avanza en el proceso sucesorio con la victoria asegurada. Sus rivales en el Gabinete no han entrado en el juego por miedo a la derrota y para contribuir a unificar el Gobierno y el partido. Con Blair y principalmente desde la invasi¨®n de Irak, en 2003, un enconado enfrentamiento entre partidarios de Blair y seguidores de Brown ha entorpecido la realizaci¨®n del proyecto laborista.
S¨®lo la izquierda del partido quiere plantar cara a Brown sin aspirar a ganarle la partida, pero forz¨¢ndole a debatir en p¨²blico el futuro del Reino Unido. Hay dos contrincantes -el ex ministro Michael Michaer y el diputado John McDonnell- pero a¨²n no han recabado los 45 apoyos parlamentarios que necesitan para presentar su candidatura antes del pr¨®ximo jueves. Se ver¨¢n obligados a pactar qui¨¦n de ellos hace frente al favorito en hacerse con las riendas del partido y del pa¨ªs.
En la campa?a, Brown est¨¢ abri¨¦ndose a los brit¨¢nicos, no s¨®lo a los que tienen derecho a voto: sus colegas parlamentarios, afiliados y miembros de los sindicatos. Su talante va cambiando a medida que se acerca a la meta, al sue?o que persigue desde 1994, cuando dej¨® libre el liderazgo del Partido Laborista al entonces formidable Blair. Sonr¨ªe m¨¢s que nunca, habla de sus deberes como padre de dos ni?os y se relaja en su extraordinario control de cifras para hacerse entender por las masas, y no s¨®lo por expertos. "Soy un pol¨ªtico de principios firmes", dijo ayer, y explic¨® que quiere "abrazar y comprometer" a la gente y mantenerse "abierto, escuchando".
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