El virus 'viaj¨®' en las jeringuillas con las que Maeso se pinchaba
El anestesista se administraba primero parte de los f¨¢rmacos destinados a sus pacientes
Juan Maeso se guardaba para ¨¦l parte de la anestesia destinada a sus pacientes. Primero se la inyectaba y luego administraba el resto a los enfermos, de forma que a trav¨¦s de los residuos de sangre contaminados que quedaban en el material quir¨²rgico les contagi¨® el virus de la hepatitis C, enfermedad de la que estaba infectado. As¨ª sucedi¨® en 275 ocasiones, seg¨²n la sentencia que se?ala contundentemente al m¨¦dico como ¨²nica fuente del brote.
El contagio se produjo "durante y como consecuencia de la actuaci¨®n anest¨¦sica, de sedaci¨®n o de cuidados intensivos", como relatan los magistrados. Maeso se reservaba parte de los f¨¢rmacos de los compuestos anest¨¦sicos que administraba a sus pacientes, fundamentalmente fentanilo -Fentanest en su nombre comercial- y meperidina -Dolantina-, en ambos casos opioides sint¨¦ticos en cuya familia se encuentra, por ejemplo, la metadona.
Despu¨¦s de inyectarse su dosis, con el mismo material, trataba a los pacientes, ya fuera a trav¨¦s de viales o directamente, como suced¨ªa en la mayor parte de los casos, seg¨²n qued¨® reflejado en el juicio a trav¨¦s del testimonio de los afectados. Entonces "restos hem¨¢ticos suyos contaminados con el virus de la hepatitis C se transmitieron al caudal sangu¨ªneo de los pacientes".
El tribunal se ha apoyado en la gen¨¦tica, la estad¨ªstica, la virolog¨ªa y la biolog¨ªa molecular para, desde estos distintos frentes, atribuir al especialista la responsabilidad de la infecci¨®n masiva. En la explicaci¨®n de c¨®mo Juan Maeso contagi¨® a 275 personas la sala ha contado con una ayuda b¨¢sica. Se trata de un estudio elaborado por la Universidad de Valencia que demuestra que el virus del anestesista comparte nombre y apellidos (en todos los casos el tipo y el genotipo es "1a") con el de los pacientes, y que se trata de una clase de pat¨®geno "minoritario o infrecuente" en Espa?a.
Sobre estos cimientos se levanta buena parte del andamiaje de la sentencia que descansa en una sucesi¨®n de hechos presentados de forma contundente. El tribunal recoge que los enfermos se contagiaron despu¨¦s de pasar por el quir¨®fano, ya que las pruebas que se les practicaron antes de la intervenci¨®n no muestran alteraciones en el h¨ªgado. Adem¨¢s, la ¨²nica relaci¨®n entre los 275 infectados es que tuvieron como anestesista a Maeso. Como demuestra el informe gen¨¦tico, todos tienen el mismo tipo de virus, lo que indica que "hay una sola fuente u origen ¨²nico para este brote y no cabe otra interpretaci¨®n de los datos". Y "la ¨²nica manera en que pudo transmitir el procesado el virus de la hepatitis C es por v¨ªa percut¨¢nea o parenteral". As¨ª pues "la ¨²nica explicaci¨®n es que el procesado fuera la fuente".
La sentencia cierra las puertas a la principal v¨ªa abierta por la defensa para salvar al acusado. Francisco Dav¨®, el letrado del anestesista, insisti¨® en presentar al facultativo como una v¨ªctima m¨¢s del brote y rebatir que se tratara de su origen. Pero esta posibilidad la descarta, de nuevo, el estudio gen¨¦tico. "La relaci¨®n entre el virus de Maeso y los dem¨¢s afectados es de paternidad y no de hermandad".
Por si esta bater¨ªa de argumentos no fuera suficiente, los magistrados a?aden un "concluyente" indicio "de la autor¨ªa del acusado": una vez ces¨® la actividad del m¨¦dico, "no ha aparecido, ni se ha detectado o constatado ning¨²n otro caso de hepatitis C atribuible a una actuaci¨®n m¨¦dica o quir¨²rgica en los hospitales afectados".
La sentencia reconoce tambi¨¦n que Maeso "utiliz¨® f¨¢rmacos opi¨¢ceos o t¨®xicos para s¨ª continuamente en un periodo prolongado del tiempo". Ya desde 1989 le llam¨® la atenci¨®n al comandante jefe del servicio de respiratorio del hospital militar de Valencia, donde trabajaba el anestesista, el "uso indiscriminado" de dolantina por parte de Maeso, hasta el punto de prohibir la administraci¨®n del opi¨¢ceo sin su previo consentimiento. Pero incluso en los a?os 1987 y 1988 "hubo un incremento generalizado de dolantinas", como apunt¨® el responsable del departamento de Farmacia del centro.
Referencias similares las comunicaron enfermeras de la Casa de la Salud -"dec¨ªan que se pinchaba Fentanest con medicaci¨®n anest¨¦sica", comentaron- o del hospital La Fe de Valencia -"hab¨ªa un rumor de que Maeso era drogadicto, era el run-run que hab¨ªa en el hospital, s¨®lo de ¨¦l, no de otros anestesistas"-.
Sin embargo, los jueces no admiten que su drogadicci¨®n pueda ser una circunstancia eximente. Y ello por varios motivos. Al ser m¨¦dico "pod¨ªa haber obtenido paliativos para su necesidad de administrarse opi¨¢ceos, acudido a un tratamiento de deshabituaci¨®n o haber empleado los f¨¢rmacos de modo que no ocasionara contagio alguno".
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