Emociones en blanco y negro
El grupo brit¨¢nico The Who, del cual quedan ya ¨²nicamente dos de sus miembros originales -el vocalista Roger Daltrey y el guitarrista Peter Townsend-, repiti¨® ¨¦xito en la capital de Espa?a y en el mismo escenario en el que hab¨ªan tocado hace apenas diez meses. La banda concluir¨¢ sus paso por Espa?a con otra actuaci¨®n en Bilbao ma?ana con Loquillo de telonero.
Fieles a su entidad de ¨²ltimos -junto a los Rolling Stones- h¨¦roes de la prodigiosa d¨¦cada de los a?os 60, The Who demostr¨® que su repertorio sigue siendo el m¨¢s en¨¦rgico y efectivo, el m¨¢s din¨¢mico y contagioso de todos aquellos, grupos y artistas, que aspiran a mantener encendida la llama de aquel rock primigenio, encendidamente juvenil, lleno de dudas y confusi¨®n postadolescente. No en vano, si los Beatles simbolizan la perfecci¨®n del g¨¦nero, los Stones la querencia por el lado diab¨®lico y los Kinks el gusto por las melod¨ªas perfectas y la fina iron¨ªa londinense, los Who representan aquella electricidad contagiosa de los gloriosos tiempos del blanco y negro, en los que no hab¨ªa tel¨¦fonos m¨®viles y la confusi¨®n acerca del papel que uno ocupaba en el mundo mera ingenuamente constante. Daltrey y Townsed parecen hijos de la anfetamina y su presencia en la historia del rock queda plenamente reflejada en el tartamudeo del chaval que relata en primera persona las dudas y frustraciones de su generaci¨®n en un tema llamado precisamente My generation.
Rock / The Who
The Who: Roger Daltrey (voz), Pete Townshend (guitarra y voz), Simon Townshend (guitarra y voz), John Rabbit Bundrick (teclados), Pino Palladino (bajo) y Zak Starkey (bater¨ªa). Palacio de los Deportes de la comunidad de Madrid. 45,55 y 75 euros. Madrid, 17 de mayo.
El grupo demostr¨® que su repertorio sigue siendo en¨¦rgico, efectivo y din¨¢mico
Precisamente, el cantante con pinta de estibador y el guitarrista anta?o furibundo hasta romper su instrumento, junto a una banda de acompa?antes de aut¨¦ntico lujo entre los que destacaban el bajista Pino Palladino y el bater¨ªa Zach Starkey, el hijo de Ringo Star, actuaron flanqueados por proyecciones de los lejanos tiempos del swinging London y fragmentos de la pel¨ªcula Quadrophenia, pasados al blanco y medio.
La banda atac¨® a los sones de I can't explain y, aunque trataron de colar los temas de su ¨²ltimo disco Endless wire, provocaron el delirio de los casi nueve mil asistentes a la actuaci¨®n al recordar sus viejas composiciones de principios de los a?os sesenta y setenta. Poco import¨® que se produjera un corte de fluido el¨¦ctrico de m¨¢s de quince minutos que dej¨® al grupo mudo ante su exacerbado p¨²blico.
Daltrey y Townsend exhibieron buena forma f¨ªsica; y eso que la actuaci¨®n estuvo a punto de cancelarse, porque justo en estos d¨ªas la madre de Peter Townsend y de su hermano Simon, el otro guitarrista, se encuentra bastante delicada de salud a sus noventa y pico a?os. El grupo cumpli¨® con solidez y contundencia. Estuvieron a gran altura en los temas de Quadrophenia The Real me y 5:15, as¨ª como los que pertenecen a su ¨¢lbum Who's next, es decir, las diferentes sinton¨ªas de las series de televisi¨®n C.S.I. que se han encargado de devolver a la vida a estos mermados Who sin sus camaradas cl¨¢sicos Keith Moon, enloquecido bater¨ªa, y John Entwhistle, quiz¨¢ el m¨¢s m¨²sico de los cuatro. Para el final dejaron los temas de aquel tost¨®n con pretensiones que revel¨® lo m¨¢s que les sent¨® la era hippy a estos mods de coraz¨®n: las canciones de la ¨®pera rock Tommy. Fue, en definitiva un m¨¢s que correcto concierto de unos m¨²sicos a los que se les nota que no siguen en esto por el dinero, como algunos de sus m¨¢s ilustres colegas. Rock de coraz¨®n ba?ado por el pop m¨¢s estilizado a cargo de unos creadores indiscutibles; puro sentimiento de las ¨¦pocas m¨¢s gloriosas del blanco y negro.
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