La importancia de Maniche

Ser¨¢ un cascarrabias y mandar¨¢ al respetable de malas maneras a la Gran V¨ªa en busca de "espect¨¢culo", pero con ¨¦l, con Maniche, el juego del Atl¨¦tico es m¨¢s contundente. Aburrido pero efectivo. El cuadro de Javier Aguirre anota 1,44 goles de media con el medio portugu¨¦s (Lisboa, 29 a?os) en el campo. En total, 36 aciertos en 25 encuentros. La media baja dr¨¢sticamente a 0,44 goles en su ausencia (cuatro en nueve duelos).

"S¨ª, nos distribuimos las tareas, pero ¨¦l es m¨¢s ofensivo que yo", apunta Luccin. Maniche regula el juego con criterio, recupera la pelota cuando el Atl¨¦tico no la tiene y se descuelga en el ataque para ayudar a los delanteros o rematar en persona. En realidad, Maniche se llama Nuno Facundo. Su nombre futbol¨ªstico se debe a a Michael Manniche, la estrella danesa del Benfica de los a?os ochenta.

Rebelde sin t¨¦rmino medio, euf¨®rico o depresivo, Maniche es una caja de sorpresas. Jos¨¦ Mourinho, que le mand¨® en el Oporto y el Chelsea, lo explica a su manera: "S¨®lo juega bien conmigo porque yo s¨¦ comprenderle". "Tengo una personalidad fuerte, me gusta ganar", es la explicaci¨®n del futbolista. Ya en el arranque de la campa?a, Maniche se lamentaba de la "falta de personalidad" de sus nuevos compa?eros en el vestuario del Atl¨¦tico. "Tienes que tener car¨¢cter, aunque falles un pase. No hay que esconderse", insiste el cerebro. No lo hizo en su asistencia a Fernando Torres, en el gol que abri¨® la cuenta en Getafe (1-4). Por algo en el Mundial de Alemania, donde Portugal termin¨® cuarta, le eligieron entre los mejores jugadores del campeonato. Tras unas largas negociaciones, el Atl¨¦tico le fich¨® por tres temporadas. Futbolista todoterreno, oxigena y da equilibrio al equipo. Y ojo con sus tiros desde media y larga distancia. De momento, acumula cuatro dianas, repartidas a partes iguales ante Getafe y Levante.

Aunque tambi¨¦n ha atravesado, m¨¢s que lagunas, agujeros negros. En mayo de 2005, el Oporto le traspas¨® al Dinamo de Mosc¨² por 16 millones de euros de la mano de Costinha. Desorientado, Maniche apenas jug¨® 12 partidos. Se dej¨® llevar por las apariencias, el lujo y los excesos de la dolce vita rusa. La solvencia de los oligarcas, ba?ados en los rublos del petr¨®leo, le ceg¨®. "No me gusta el campeonato ni el clima", se quejaba entonces. "Es un mundo f¨¢cil. Te pagan muy bien", reconoce del f¨²tbol.

Sus cualidades han vuelto al ruedo en el Atl¨¦tico. Su perfil recuerda al de sus inicios en el Benfica, bajo el aura protectora de Jupp Heynckes. Cuando pidi¨® un v¨ªdeo para poder conocer a los cedidos, el t¨¦cnico alem¨¢n lo tuvo claro. Su orden fue m¨¢s r¨¢pida que un rayo: "Le quiero, puede jugar en cualquier puesto. Es polivalente y excelente".

Adem¨¢s de Maniche, Torres tambi¨¦n figurar¨¢ delante del Bar?a. El Ni?o le ha marcado siete goles en sus nueve enfrentamientos en la Liga. "Hay que aprovechar su baj¨®n an¨ªmico", sentencia el capit¨¢n atl¨¦tico.