R¨ªo Lea Por el cauce que lleva a Lekeitio
En las faldas del monte Oiz, nacen los torrentes que conforman los r¨ªos Lea y Artibai, las dos corrientes principales del este de Vizcaya, con desembocadura en Lekeitio y Ondarroa, respectivamente. En esta ocasi¨®n, la escapada propuesta busca la reivindicaci¨®n del cauce del Lea, monopolizado por el atractivo de su desembocadura en Lekeitio, en ese tri¨¢ngulo conformado por la isla de San Nicol¨¢s, al frente, y las playas de Isuntza y Karraspio a una y otra orilla. Amoroto, Gizaburuaga o Mendexa siempre permanecen en un comprensible segundo plano, pero eso no quita para que merezcan una reivindicaci¨®n en forma de itinerario que complementa la visita a Lekeitio. Y con la pesca de la ballena como tel¨®n de fondo.
El barrio de Elexalde, en Amoroto, es uno de los m¨¢s atractivos de toda la comarca
Efectivamente, en estas localidades se conservan algunas muestras de la memoria industrial y, m¨¢s que nada, humana de la caza de estos cet¨¢ceos: desde los bosques que alimentaban las ferrer¨ªas y los astilleros, hasta los hijos segundones que, generaci¨®n tras generaci¨®n, acababan nutriendo las tripulaciones de los barcos pesqueros.
El paseo puede comenzar en Gizaburuaga, la localidad m¨¢s lejana de la costa, que es al mismo tiempo la m¨¢s ribere?a del Lea. Su configuraci¨®n urbana es la caracter¨ªstica de tantos pueblos vascos: predomina el asentamiento disperso hasta tal punto que es dif¨ªcil hablar de un n¨²cleo central definido, al estilo de las villas como la cercana Markina. El paisaje y la calidad de los caser¨ªos de esta veterana anteiglesia son m¨¢s que suficientes atractivos para el viajero. Pero en Gizaburuaga se puede visitar uno de los complejos medievales, caracter¨ªsticos de las luchas de bandos, menos conocidos del Pa¨ªs Vasco: la torre de Bengolea.
No es f¨¢cil encontrarla. Esta peque?a unidad autosuficiente (junto a la vivienda defensiva hay un molino y una ferrer¨ªa) se halla perfectamente resguardada por la vegetaci¨®n, y con el r¨ªo ejerciendo funciones de foso natural. Para llegar hay que atravesar un peque?o camino que sale a mano izquierda de la carretera que va de Aulestia a Lekeitio. A partir de este punto es preciso cruzar un puente que tambi¨¦n lleva el nombre de Bengolea, con lo que se delimita el territorio de la torre.
El camino contin¨²a por un paraje que ya va reflejando el buen gusto del viejo fundador de la estirpe cuando decidi¨® irse a vivir a las afueras de Gizaburuaga. Con el paso de los siglos, este edificio se ha ido transformando hasta convertirse en una casa palacio, con el fin de atender las nuevas necesidades de sus moradores, que deb¨ªan ser gentes de posibles a tenor de las construcciones que acompa?an la casa principal: el molino, la ferrer¨ªa y el citado puente que da acceso a la hacienda.
El paseo hacia el mar, en busca de los recuerdos de los balleneros de la villa vizca¨ªna, sube ahora hasta Amoroto, pueblo que se halla en un terreno accidentado y cuyo n¨²cleo principal, el barrio de Elexalde, es uno de los m¨¢s atractivos de toda la comarca. En Amoroto no hay casa torre, pero s¨ª una buena colecci¨®n de caser¨ªos, como el Iturraran Bekoa, recuerdo n¨ªtido de la principal caracter¨ªstica del caser¨ªo como unidad de autosubsistencia.
Para conservar la riqueza de cada caser¨ªo, en el Pa¨ªs Vasco exist¨ªa la costumbre de que la herencia quedara en las manos exclusivas del hijo mayor. Al resto les quedaba la opci¨®n de la Iglesia, el Ej¨¦rcito o, en estos pueblos cercanos al mar, embarcarse en un pesquero. Esta fue la opci¨®n durante siglos: con esta juventud se nutrieron muchos de los balleneros que part¨ªan de Lekeitio y el resto de los puertos de Vizcaya y Guip¨²zcoa.
Si en Gizaburuaga y Amoroto, el mar todav¨ªa se pod¨ªa ver como algo lejano, en Mendexa el atractivo de la pesca era m¨¢s que expl¨ªcito para los segundones. Esta peque?a localidad nace en la misma orilla del Lea cuando desemboca en el Cant¨¢brico, junto a la playa de Karraspio, para ir ascendiendo hasta su n¨²cleo central, el barrio de Zelaia, de visita imprescindible para disfrutar con las vistas que ofrece desde su altura.
El faro de Santa Catalina
C¨®mo llegar: Gizaburuaga, Amoroto y Mendexa son tres localidades muy cercanas a Lekeitio. El punto de partida para acceder hasta ellas es Amorebieta, por donde pasa la N-634 y la A-8. Desde aqu¨ª hay que tomar la carretera a Gernika, para desviarse por la BI-3231 hasta Munitibar y Arbatzegi, donde se toma la BI-3447 que pasa por Gizaburuaga y de la que sale, un par de kil¨®metros m¨¢s adelante, la carretera que lleva a Amoroto. Para acceder a Mendexa hay que llegar a Lekeitio y tomar el desv¨ªo correspondiente.
Alojamiento: En Gizaburuaga hay una casa de agroturismo, Akuiola (tel. 94 6841213). Mendexa tambi¨¦n cuenta con otro establecimiento de este tipo, Mendexakua (tel. 94 6243108). Y no hay que dejar de citar los hoteles de Lekeitio: Emperatriz (tel. 94 6842655), Zubieta (tel. 94 6843030), Beitia (tel. 94 6840111) y Pi?upe (tel. 94 6842984).
Comer: Amoroto cuenta con un barrio popular por sus restaurantes: Oleta. All¨ª se encuentran el Klaudio (tel. 94 8243395) Epermendi (tel. 94 6841762) e Ibaigane (tel. 94 6841359). Ya en el pueblo se puede acudir a la Herriko taberna (tel. 94 6243523). Gizaburuaga tiene dos restaurantes: Oizniz (tel. 94 6842751) y Herriko taberna (tel. 94 6243524). Y en Mendexa: Leagi (94 6243460) y la taberna del pueblo (tel. 94 6840960).
Actividades: Las cr¨®nicas de Lekeitio todav¨ªa recuerdan las cazas realizadas entre la isla de San Nicol¨¢s y la Atalaya. Y es que antes de que se partiera a Terranova en busca de mejores capturas, los pescadores no sal¨ªan mucho m¨¢s all¨¢ del faro de Santa Catalina, excelente colof¨®n marinero para un recorrido por los alrededores rurales de Lekeitio.
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