"Muchas empresas quieren hacer vivienda social"
Carme Trilla es la secretaria de Vivienda del Gobierno catal¨¢n. Desde su cargo ha impulsado la Ley de la Vivienda, ahora en el Parlament, y el pacto nacional sobre la misma materia. Es optimista, sobre todo porque, dice, es el empresariado el que quiere construir vivienda protegida.
Pregunta. ?C¨®mo avanza el Pacto Nacional por la Vivienda?
Respuesta. De momento, muy bien. Hay voluntad de firmarlo por parte de todo el sector y de las administraciones.
P. ?Significa eso que las condiciones que exigen algunos grupos de la oposici¨®n son asumibles o que se puede llegar a un acuerdo?
R. La ¨²nica condici¨®n que conozco es la de CiU sobre el alquiler forzoso. Pero son dos temas que se tienen que discutir por separado. Pr¨¢cticamente todo el mundo ha pedido que pospusi¨¦ramos la ley, es decir, que no forz¨¢ramos primero una firma de la ley para despu¨¦s sellar el pacto. Y es lo que estamos haciendo.
"De las 144 enmiendas de CiU a La ley de la Vivienda, m¨¢s de 130 son perfectamente pactables porque tratan de introducir mejoras t¨¦cnicas"
"La oposici¨®n al alquiler forzoso se ha convertido claramente en una cuesti¨®n de principios, en una bandera"
"El pacto detallar¨¢ con direcciones d¨®nde est¨¢ el suelo para pisos sociales y los ayuntamientos informar¨¢n de los terrenos que poseen"
P. ?Y cu¨¢ndo se cerrar¨¢n ambos asuntos?
R. La primera semana de junio tendremos el nuevo documento para el pacto, que incorporar¨¢ las aportaciones de los colectivos con los que nos estamos entrevistando, que son muchas. La segunda semana de junio deber¨ªa firmarse si no se produce ning¨²n conflicto. De momento no lo hay. En cuanto a la ley, estamos ordenando las enmiendas de CiU, el PP y Ciutadans. Si tambi¨¦n nos ponemos todos de acuerdo, la ley se puede aprobar en julio.
P. ?Eso quiere decir que la ley tambi¨¦n se pactar¨¢?
R. CiU ha presentado 144 enmiendas y el PP y Ciutadans algo m¨¢s de 30. Me las he mirado por encima, y de las 144 de CiU, m¨¢s de 130 son perfectamente pactables, porque son mejoras t¨¦cnicas. Habr¨¢ unas cuantas que presentar¨¢n alg¨²n conflicto, pero a lo mejor hay alg¨²n camino medio.
P. ?Cree que se han ensa?ado con el alquiler forzoso?
R. Claro. Estamos hablando de casos muy concretos, perfectamente justificados y en situaciones de mucha necesidad de vivienda. Se trata de decirle al propietario que no lo tenga vac¨ªo, que la Generalitat se lo arregla y se lo alquila, y que a los cinco a?os recupera el piso. Es un sistema muy poco agresivo. Se ha convertido claramente en una cuesti¨®n de principios, en una bandera.
P. La segunda batalla es destinar una proporci¨®n del suelo de la ciudad a vivienda protegida.
R. La Ley de Urbanismo y la del Suelo prev¨¦n ahora reservas de suelo en nuevos crecimientos. Esto supone que en el futuro s¨®lo tendremos vivienda protegida ocupando m¨¢s territorio. La ley plantea el mismo principio para las operaciones de dentro de la ciudad. No en una casa de dos pisos, pero s¨ª en un edificio de m¨¢s de 2.000 metros cuadrados o de m¨¢s de 20 viviendas. El 20% se tendr¨¢ que dedicar a vivienda protegida. Desde el primer momento gener¨® una fuerte oposici¨®n por parte de propietarios y productores.
P. Pero este aspecto ha quedado bastante diluido respecto al primer borrador de la ley.
R. Al final el plan urban¨ªstico municipal deber¨¢ prever en qu¨¦ zona se aplique. Tenemos que ver si ser¨¢ en toda la ciudad o en una zona determinada. Por tanto, seguimos insistiendo.
P. El tercer aspecto pol¨¦mico es el registro de solicitantes. ?Habr¨¢ acuerdo?
R. Desde el punto de vista t¨¦cnico, es el asunto m¨¢s complejo. Se trata de cruzar una escasez de producto con una abundancia enorme de demanda.
P. ?Ser¨¢ de la Generalitat?
R. S¨ª, pero junto a los ayuntamientos. Todos los consistorios pueden tener el suyo, formando una red en la que la Generalitat s¨®lo tendr¨¢ el registro de donde no lo haya. Tenemos el reglamento casi acabado. Este registro nos servir¨¢ para adjudicar las viviendas por sorteo, aunque subdividido para que haya mezcla. Esto crea suspicacias. Algunos ayuntamientos plantean si en el sorteo de sus localidades entrar¨¢n personas de otros municipios o s¨®lo gente que lleve a?os empadronada.
P. El Pa¨ªs Vasco y Arag¨®n lo tienen.
R. All¨ª la desproporci¨®n entre oferta y demanda no es tan alta.
P. ?Cu¨¢l es la demanda aqu¨ª?
R. Hemos calculado unas 200.000 personas, extrapolando los datos de las listas de Barcelona, que suman 65.000.
P. El pacto prev¨¦ el derecho de compra preferente de un edificio en venta por parte de un ayuntamiento. ?C¨®mo se financiar¨¢?
R. Hay tres v¨ªas. Primero, el propio ayuntamiento puede hacerlo. En vez de comprar suelo y promover, podr¨¢ adquirir un edificio en venta. Pero habr¨¢ forzosamente unos fondos complementarios de la Generalitat. Hay una tercera v¨ªa. Ceder el derecho a un promotor sin ¨¢nimo de lucro que haga las viviendas, las gestione o las venda. Esta tercera v¨ªa tiene coste cero para la Administraci¨®n.
P. ?Han acordado ya qu¨¦ cantidad de viviendas p¨²blicas del pacto deber¨¢ promover cada agente?
R. No, no hemos llegado a ning¨²n acuerdo y no s¨¦ si lo haremos. Yo no soy partidaria de plantearlo. Los compromisos con el suelo est¨¢n muy claros y sabemos c¨®mo lo movilizaremos. No es prioritario fijar los pisos que har¨¢ cada uno, porque todos tienen inter¨¦s en construir muchos. El problema que tenemos ahora es que hay un volumen enorme de promotores que quieren edificar vivienda protegida.
P. Esto es nuevo, en Catalu?a.
R. S¨ª, lo es.
P. ?A qu¨¦ se debe el cambio?
R. Ya empez¨® el a?o pasado y ahora es bastante notorio. Primero, los ayuntamientos ya son muy conscientes de que tienen un problema de vivienda. Hace tres a?os, a algunos todav¨ªa les costaba aceptarlo. En cuanto a los promotores, la entrada a una fase m¨¢s moderada en los precios y en las ventas les hace ver que la vivienda protegida es una v¨¢lvula de seguridad. Lo ha sido siempre y saben que as¨ª se garantizan las ventas.
P. ?Cabe que algunos de estos pisos que cuesta vender se reconviertan en vivienda p¨²blica?
R. Es posible. No se descarta alguna f¨®rmula para comercializar productos que ya existen.
P. Afirma tener claro c¨®mo movilizar el suelo. Los promotores no lo ven igual.
R. Claro, su inter¨¦s especial en el pacto est¨¢ en el suelo y la financiaci¨®n que aporte la Generalitat. Adem¨¢s del suelo del Instituto Catal¨¢n del Suelo, tenemos el que procede de las reservas urban¨ªsticas, que es casi mayor. El pacto llevar¨¢ un anexo que detallar¨¢ con direcciones concretas d¨®nde est¨¢n los suelos. Adem¨¢s, los ayuntamientos tendr¨¢n que comprometerse en el pacto a un sistema de transparencia para informarnos de los suelos que tienen.
P. Incluyen propuestas sobre mejoras fiscales que competen al Gobierno central. ?Han hablado con responsables de Hacienda?
R. No, lo haremos cuando tengamos el documento sobre fiscalidad que se incluir¨¢ en el pacto. Firmado por todos, cuando lo pongamos sobre la mesa del ministerio tendr¨¢ mucho m¨¢s peso.
P. ?Esperan que el Gobierno central tambi¨¦n aporte suelo?
R. Aqu¨ª tenemos que apretar m¨¢s con las conversaciones con Defensa, Renfe o con otros ministerios para conseguir suelo. Nos tiene que ayudar el Ministerio de Vivienda, y se lo hemos dicho, porque hay suelos desaprovechados.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.