Ilusi¨®n en el ¨²ltimo suspiro

En la v¨ªspera del partido en el que el Valencia se jugaba sus opciones al campeonato de la Liga, Quique S¨¢nchez Flores aventur¨® la f¨®rmula del ¨¦xito: "hay que acabar con la alegr¨ªa del Mallorca". Su rival de ayer, es cierto, se pasea con una sonrisa de oreja a oreja por este tramo final de la temporada. So?aba incluso con asaltar las posiciones europeas, despu¨¦s de un a?o en que lleg¨® a ver de cerca el descenso. El Valencia ten¨ªa la f¨®rmula, le cost¨® Dios y ayuda aplicarla, y a punto estuvo de decir adi¨®s a la Liga. A falta de un minuto para el final, Joaqu¨ªn lleg¨® al rescate y prolong¨® las ilusiones de los valencianistas, ante un Mallorca que no se dej¨® amedrentar y se mostr¨® capaz de aguarles la fiesta.

Villa apareci¨® con un disparo lejano y, por los baleares, Jankovic envi¨® un bal¨®n a la cruceta

Los dos equipos salieron al campo con objetivos dispares, pero planteamientos gemelos. De entrada, Quique y Gregorio Manzano erigieron cuatro valladares en el centro del campo: a la contundente pareja valencianista formada por Marchena y Albelda, el t¨¦cnico balear opuso a los no menos toscos Basinas y Pereyra. El resultado, dos conjuntos que jugaron a verlas venir, se desentendieron del bal¨®n y apostaron descaradamente por el contragolpe.

Una estrategia discutible en el caso de un equipo, el Valencia, que part¨ªa con la aspiraci¨®n de irse a dormir a un punto del lider. Y como m¨ªnimo sorprendente por parte de un grupo como el Mallorca, que en casa gusta de jugar la pelota y, a priori, afrontaba la cita sin urgencias.

Pero lo cierto es que, tras una fulgurante e hist¨®rica racha de siete victorias, el Mallorca se ha sacudido con solvencia sus fantasmas. Aunque con la boca peque?a, en la isla se hablaba ya de la posibilidad a¨²n matem¨¢tica de entrar los puestos que dan acceso a la Copa de la UEFA, y de ser el mejor equipo de la segunda vuelta, algo parecido a un campe¨®n de primavera.

El partido s¨®lo se desperez¨® despu¨¦s del descanso y de unos 45 primeros minutos en que los rivales se dedicaron a esperarse mutuamente, sin que ninguno se atreviera a dar el primer paso. S¨®lo tuvo una opci¨®n muy clara el Valencia, en botas de un Angulo que supl¨ªa la sensible baja de Morientes. Pero su mano a mano frente a Moy¨¤ lo resolvi¨® con acierto el portero. Por su parte, el Mallorca apenas inquiet¨® a Ca?izares.

Afortunadamente, la reanudaci¨®n present¨® a dos contendientes absolutamente diferentes. El Valencia parec¨ªa, ahora s¨ª, una alternativa a los tres favoritos de la Liga. La conexi¨®n entre Angulo y Joaqu¨ªn pudo adelantar a los valencianistas, pero el andaluz se top¨® otra vez con Moy¨¤. Quique incluso decidi¨® prescindir de Albelda y a?adi¨® m¨¢s madera con Gavil¨¢n y Baraja. Pero, mientras tanto, en el Mallorca se operaba tambi¨¦n otra transformaci¨®n. Pas¨® lo que suele pasar cuando toma la batuta Ibagaza: ocasiones y sensaci¨®n de peligro inminente.

Villa apareci¨® con un disparo lejano y, por los locales, Jankovic env¨ªo un bal¨®n a la cruceta. Cuando las cosas se pon¨ªan feas y todo indicaba a que el duelo acabar¨ªa en unas amargas tablas para el Valencia, surgi¨® Joaqu¨ªn, el verdadero clavo ardiendo al que se agarran los del Turia en su ag¨®nico asalto al liderato. El extremo se intern¨® en el ¨¢era para enviar a la red un pase de Jorge L¨®pez en el ¨²ltimo suspiro. Hay esperanza en Valencia, y el Mallorca se queda en calma, sin sufrir pero m¨¢s lejos de su improvisado premio final europeo de ¨²ltima hora.

Le queda, eso s¨ª, el consuelo de saberse el juez de la Liga. As¨ª lo marca el calendario: tras la cita de ayer ante el Valencia, los baleares han de recibir al Sevilla, al que ya ganaron a domicilio. Y, en la ¨²ltima jornada, rendir¨¢n visita al Bernab¨¦u.