El fiscal y los l¨ªderes notorios
SI LAS PALABRAS tienen alg¨²n sentido, si no se dicen de manera irresponsable o vana, entonces las declaraciones publicadas hace una semana por el fiscal general del Estado s¨®lo pueden interpretarse como un mensaje dirigido a Batasuna. Dijo el fiscal: "El hecho de que estas candidaturas [de Acci¨®n Nacionalista Vasca] hayan sido admitidas no es determinante de su presencia final en las elecciones y de lo que pueda suceder en el futuro". Y continu¨®: Si los l¨ªderes m¨¢s notorios de Batasuna "se manifiestan de manera que ANV es su opci¨®n, naturalmente este comportamiento podr¨ªa ser indicio adicional para su futura ilegalizaci¨®n o incluso para su suspensi¨®n por la v¨ªa penal".
Si en estas palabras hubiera algo m¨¢s que mera improvisaci¨®n, una especie de a ver qu¨¦ pasa si muevo ficha, a que tanto nos tiene acostumbrado el Gobierno cuando se trata de la cuesti¨®n territorial, sea catalana, sea vasca, s¨®lo podr¨ªa ser el reconocimiento expl¨ªcito por el fiscal general del Estado del cumplimiento por su parte de alg¨²n acuerdo en gestaci¨®n. Como si dijera: vamos a ilegalizar la mitad de las candidaturas de ANV, pero, ojo, podemos ilegalizarlas todas y hasta podemos ilegalizar el partido entero si los l¨ªderes m¨¢s notorios de Batasuna se manifiestan de manera que ANV es su opci¨®n.
No hab¨ªan transcurrido ni veinticuatro horas de estas declaraciones cuando los l¨ªderes m¨¢s notorios se manifestaron precisamente de la tal manera: que s¨ª, dec¨ªan al fiscal; que ANV es nuestra opci¨®n, la opci¨®n de Batasuna, a ver si tiene Su Se?or¨ªa la audacia de ilegalizar el resto de las candidaturas o, ya puestos, el partido entero. Es decir, los l¨ªderes m¨¢s notorios daban al fiscal una respuesta acorde con esta peculiar manera de negociar inspirada en la teor¨ªa de juegos: t¨² echas un ¨®rdago, yo te respondo subiendo la apuesta. As¨ª llevamos desde que empez¨® el proceso y, puesto que hemos vuelto a ¨¦l, ya sabemos a qu¨¦ atenernos: este juego va de que ahora el cumplimiento de las leyes en vigor puede ser parcial o total seg¨²n las exigencias de la negociaci¨®n pol¨ªtica.
De donde resultar¨ªa que no hemos aprendido nada. Retorcer leyes para implementar -como dicen los asesores de La Moncloa- pol¨ªticas es lo peor que le puede ocurrir a la pol¨ªtica y a la justicia. ?sta, y no otra, fue la lecci¨®n de la crisis socialista de los a?os noventa, cuando unos jueces se convirtieron en principales policy makers -facedores de pol¨ªtica, que dir¨ªamos- y as¨ª le fue al presidente, a su Gobierno y a su partido. Ahora es el turno de fiscales, que presentan ante el Supremo y el Constitucional una demanda que envuelve una decisi¨®n pol¨ªtica: ilegalizar a la mitad de un partido. ?Por qu¨¦ a la mitad? Si el partido en cuesti¨®n "contin¨²a o sucede la actividad del declarado ilegal y disuelto, o suspendido" -como dice la Ley de Partidos-, entonces hay que ilegalizarlo entero, y si no la contin¨²a o sucede, entonces todos elegibles.
?Por qu¨¦ esta err¨¢tica conducta? Como no sabemos nada de la pol¨ªtica antiterrorista del Gobierno, excepto que se lleva a cabo con la m¨¢xima determinaci¨®n, no se pueden formular m¨¢s que conjeturas. La m¨¢s plausible es que una propuesta de ilegalizaci¨®n tan imaginativa -tratar listas de un partido como si fueran de agrupaciones de electores- deb¨ªa de sustentarse en alg¨²n tipo de negociaci¨®n entre las partes. O las palabras del fiscal eran las de un irresponsable o bien respond¨ªan a la convicci¨®n de que la otra parte guardar¨ªa las formas. S¨®lo as¨ª podr¨ªa explicarse que se echara a la piscina, a ver si los otros no piaban. Pero no piar es precisamente lo que no puede esperarse de unos "l¨ªderes" que por algo son "notorios": porque, ilegalizados o legales, no paran de hablar. Y hablaron, claro, dejando al fiscal general con un palmo de narices.
Si no fuera porque detr¨¢s hay una banda que no renuncia al recurso del terror para imponer su ley, todo esto no pasar¨ªa de una comedia de enredo. Pero, en fin, ¨¦sta es la pol¨ªtica que hay, para desconcierto de una ciudadan¨ªa que, ingenua como es, espera que jueces y fiscales se atengan a la ley y se dejen de politiqueo. Y si con la ley en vigor no se puede hacer pol¨ªtica, y si lo que interesa es negociar, d¨¦se satisfacci¨®n a los constitucionalistas que lloran la p¨¦rdida del derecho de sufragio pasivo y der¨®guese la Ley de Partidos. As¨ª al menos nos ver¨ªamos libres de estos profesionales de la justicia que quieren hacer pol¨ªtica retorciendo leyes como Salom¨®n zanjaba maternidades: al cincuenta por ciento.
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