La devoci¨®n religiosa, en el centro del celuloide
?El cine religioso vuelve a estar de moda? ?El festival de Valladolid podr¨ªa desenterrar su antigua especialidad? Y no se trata de incluir en el renovado soplo religioso a A migthy heart, de Michael Winterbottom, una trepidante reconstituci¨®n de la lucha por salvar del asesinato al periodista Daniel Pearl, decapitado por unos integristas isl¨¢micos en Pakist¨¢n, sino que me refiero a que Cannes 2007 ha acogido dentro de la competici¨®n t¨ªtulos como el filme israel¨ª Tehilim, de Raphel Nadjari, en el que unos integristas jud¨ªos intentan resolver a base de rezo obligatorio de salmos el vac¨ªo que vive una familia ante la desaparici¨®n del padre. Aunque bien realizado, Tehilim no trasciende la curiosidad de las exigencias del rito.
Stelle licht es un remake encubierto del Ordet de Dreyer. Esa nueva y libre versi¨®n la firma el mexicano Carlos Reygadas. Los protagonistas son unas familias de manonitas -protestantes y pacifistas- instaladas desde hace siglos en Canad¨¢ y EE UU y, desde 1922, en M¨¦xico, donde su dialecto germano causa menos sarpullidos que en pa¨ªses que acaban de luchar contra Alemania. Reygadas, con talento pero excesiva parsimonia, si consigue lo que no est¨¢ al alcance de Nadjari.
El catolicismo es revisitado por Ermanno Olmi en Centochiodi, que resucita por en¨¦sima vez a Jesucristo pero ahora como un ecologista indignado con Dios padre y con todas las iglesias. Muy cl¨¢sico y muy inteligente, con problemas de reparto, Centochiodi es un filme militante.
Dejemos constancia por ¨²ltimo de algo que no tiene que ver con la religi¨®n pero s¨ª con la moral: seleccionando Import/export, del austriaco Ulrico Seidl, el festival ha invitado a un cineasta que se comporta como un proxeneta con sus actrices y como un torturador con los ancianos de un geri¨¢trico. A base de buscar el esc¨¢ndalo, Cannes se ha cubierto de verg¨¹enza.
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