Un adiestramiento de la memoria
Chantal Maillard indaga en busca del conocimiento con los poemas de 'Hilos'
Chantal Maillard retoma en su nueva obra Hilos (Tusquets, 2007) el proceso de indagaci¨®n de su geograf¨ªa mental que ya plasmase en Husos. Notas al margen (Pre Textos. 2006). Maillard (Bruselas, 1951) asegura que su vida es el objeto mismo de su escritura, algo que cree inevitable para la investigaci¨®n de su propio proceso mental. Ganadora del Premio Nacional de Poes¨ªa en 2004 con el poemario Matar a Plat¨®n, la poeta y fil¨®sofa malague?a -"soy malague?a, no belga", dice taxativa- asegura llevar toda la vida observando el proceder de la mente, de su mente, indagaci¨®n que busca el conocimiento y que ha estructurado parte de su obra desde Diarios indios (1995) o su Filosof¨ªa en los d¨ªas cr¨ªticos: diarios 1996-1998.
"Los sentimientos son el nombre que le damos a las emociones cuando se instalan"
De ah¨ª el nombre de sus dos ¨²ltimas obras, Husos e Hilos, que Maillard se?ala responden a espacios mentales en los que se guardan im¨¢genes. "Estos espacios guardan cadenas de im¨¢genes. Pensamos con im¨¢genes. 'El alma nunca piensa sin fantasma', dec¨ªa Arist¨®teles. Es una frase muy hermosa, y muy certera", indica. Su b¨²squeda del conocimiento de la mente y de la posibilidad de asistir a sus vaivenes la explica aduciendo que anda inmersa "en un adiestramiento de la memoria", ciclo que espera concluir con la publicaci¨®n de otra obra complementaria a estas anteriores.
"Este inter¨¦s por el conocimiento de los procesos mentales me viene por defecto de f¨¢brica, supongo... Ten¨ªa nueve a?os cuando me propuse observar lo que ocurr¨ªa ah¨ª dentro. Me iban a operar de am¨ªgdalas. Me pusieron una mascarilla para anestesiarme. Decid¨ª que lo mejor que pod¨ªa hacer mientras perd¨ªa la conciencia era quedarme bien despierta observando. Despu¨¦s, reproduje en un cuaderno los dibujos que hab¨ªa visto detr¨¢s de mis p¨¢rpados y relat¨¦ lo sucedido. No sab¨ªa entonces que a 'detr¨¢s de los p¨¢rpados' se le llamaba 'mente', ni que la curiosidad de ese tipo de observaci¨®n conllevase alg¨²n tipo de 'conocimiento", aduce la poeta.
Una observaci¨®n que, dice, le lleva a desnudarse en sus obras, a exprimir sus experiencias: "D¨ªgame de un escritor que no recurra a su propia experiencia. ?Resultar¨ªa cre¨ªble lo que contamos si no lo hubi¨¦semos experimentado personalmente de alg¨²n modo? Pero revelar que uno es el personaje de la novela o de la historia que cuenta le hace a uno m¨¢s vulnerable, por eso suele encubrirse. De todas formas, en Hilos, aunque no se exponga de forma tan expl¨ªcita como en Matar a Plat¨®n, tambi¨¦n hay una historia; el protagonista empieza siendo yo misma, pero termina siendo cualquiera".
Maillard resalta que ese proceso de entendimiento de los procesos mentales le ha reportado cosas muy valiosas, como "la capacidad" para distanciarse de s¨ª misma. "Eso, en momentos duros, es sumamente ¨²til. La pena observada es menos pena", afirma. En su predilecci¨®n por los estados an¨ªmicos se?ala que ha tenido mucho que ver su toma de contacto con la filosof¨ªa hind¨² en sus viajes a la India, algo que, afirma, le ha abierto nuevas puertas. "He aprendido mucho de ello, sin duda. Desde tiempos inmemoriales, los pensadores indios se han dedicado a la observaci¨®n de los procesos mentales. Lo que aqu¨ª recibimos como t¨¦cnicas de relajaci¨®n o recetas espirituales no es m¨¢s que el residuo mal reciclado de lo que fueron, all¨ª, unos sistemas muy depurados de atenci¨®n a esos procesos en sus distintos niveles", explica.
Pensamientos y sentimientos marcan sus ¨²ltimas obras, en las que Maillard asevera que ambos conceptos no son ni distintos ni contrarios, algo que razona as¨ª: "Que los sentimientos son senti-mentales, podemos comprobarlo simplemente atendiendo a lo siguiente: cuando sentimos dolor, rencor, odio o ternura, ?qu¨¦ imagen tenemos en mente?, ?qu¨¦ imagen desencaden¨® la emoci¨®n? Le apuesto algo a que siempre hay alguna. Y una imagen no viene sola, sino seguida de otras muchas, que se entrelazan con el discurso que queramos o que hayamos aprendido a tejer. No controlamos el proceso. Las segregamos como la ara?a a su hilo. Vemos, pensamos, nos emocionamos, sentimos. ?sa es la secuencia. Los sentimientos son el nombre que le damos a las emociones cuando se instalan. Que sean m¨¢s o menos fuertes depende de la longitud del hilo".
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