Vanguardia y memoria
?lvaro Tato y Luis Bagu¨¦ forman parte de la ¨²ltima leva de poetas que, en Espa?a, ha accedido a cierto reconocimiento cr¨ªtico. Nacidos ambos en 1978 (Madrid y Palafrugell, respectivamente), se han formado po¨¦ticamente en una realidad literaria marcada por las tendencias nacidas en las d¨¦cadas de los ochenta y noventa del pasado siglo, especialmente por la llamada poes¨ªa figurativa en sus distintas formas. Ese sustrato, que niega el irracionalismo, es perceptible en los dos libros, Cara m¨¢scara, de Tato, y Un jard¨ªn olvidado, de Bagu¨¦. De manera oblicua, casi capilar, en el primero; de un modo inequ¨ªvoco, claro, en el segundo. No obstante, en ellos hay algunos denominadores comunes. El m¨¢s visible, el apoyo en la cultura, especialmente en la literatura, como elemento referencial expl¨ªcito o casi expl¨ªcito del poema. Tambi¨¦n comparten un intimismo desvinculado de la realidad colectiva: el mundo casi ¨²nico que en ambos libros respira es el de la m¨¢s radical intimidad (m¨¢s volcada en la reflexi¨®n sobre el arte y sobre la poes¨ªa en Tato, m¨¢s en lo emocional y evocativo en Bagu¨¦). Pero son dos mundos que, a la vez, revelan est¨¦ticas distintas y distantes en un panorama, como el de la poes¨ªa m¨¢s joven, marcado por la diversidad y la convivencia.
CARA M?SCARA
?lvaro Tato
Hiperi¨®n. Madrid, 2007
78 p¨¢ginas. 7 euros
UN JARD?N OLVIDADO
Luis Bagu¨¦ Qu¨ªlez
Hiperi¨®n Madrid, 2007
76 p¨¢ginas. 7 euros
Cara m¨¢scara es un libro innovador, extra?o. En ¨¦l se advierte un doble mestizaje. De un lado, en el plano del referente literario de que se nutre: los ecos del barroco castellano, de nuestros cl¨¢sicos, se "cruzan" con la literatura contempor¨¢nea (de Lope a Beckett, de Benavente a Brecht); de otro, en la apuesta por la amalgama entre g¨¦neros, puesto que la poes¨ªa est¨¢ siempre tamizada por una veta dram¨¢tica, teatral. Dir¨ªa m¨¢s: el teatro condiciona, de principio a fin, el libro y contribuye a reforzar una idea de montaje, de estructura dramatizada. En el fondo, se trata de una reflexi¨®n sobre la impostura ("Todos fingen lo que son / en el corral de comedias"), sobre el papel que juega la m¨¢scara en la vida cotidiana. Una m¨¢scara que es la palabra, algo que se hace realidad en boca de distintos personajes, que refleja las identidades que viven dentro y fuera de un hipot¨¦tico escenario, todas ellas reflejo del sujeto po¨¦tico. Las tres partes en que se divide el libro, Cara, M¨¢scara y Mascarada tienen algo de asimilaci¨®n de la estructura del teatro tradicional: planteamiento, nudo y desenlace. No es de extra?ar que en el libro de Tato haya juego, vanguardia, iron¨ªa, emulaci¨®n premeditada de la tradici¨®n. Y un protagonista o Dramatis personae -t¨ªtulo del pre¨¢mbulo-: la "palabra disfrazada de palabra". Es decir: reflexi¨®n metaliteraria.
Un jard¨ªn olvidado se mueve
en la tradici¨®n figurativa. Es poes¨ªa basada en la experiencia y en la memoria y est¨¢ muy cerca de las po¨¦ticas m¨¢s realistas de los a?os ochenta. Un jard¨ªn olvidado es un libro de amor cargado, como el de Tato, de referencias culturales (Poe, Stevenson, Cernuda, Dylan, la pintura), pero alejado del juego y de la tentaci¨®n vanguardista. Su campo de juego es el de la melancol¨ªa, el del extra?amiento de los paisajes y querencias de la infancia y el de la memoria edificada desde un presente que es, temporalmente, lugar de llegada y de meditaci¨®n desde el amor cumplido. En Un jard¨ªn olvidado hay ciudades, hay ecos de lecturas, hay memoria propia y memoria heredada de otras generaciones ("la m¨²sica de Dylan / resume los recuerdos de mis padres / un fragor de derrotas dibujadas / en la corola de una rosa") y, del mismo modo que en la obra de Tato se advierte una estructura teatral, en ¨¦ste es visible un estructura de ¨ªndole narrativa. El narrador sit¨²a el lugar desde el que cuenta la historia (Este lado del para¨ªso, primera parte y pr¨®logo del libro), hace recuento de aquellos escenarios en que ¨¦sta se fue desarrollando, "cuenta" la historia mediante escenas vividas, mediante experiencias de lectura o instantes de contemplaci¨®n ante el espejo, para concluir en el lugar del origen, en el Para¨ªso perdido (t¨ªtulo de la parte ¨²ltima) de la infancia y de la adolescencia. Libro emotivo e intimista que se a?ade a la extensa n¨®mina de t¨ªtulos que, en los ¨²ltimos a?os, se mueven en la doble tradici¨®n de la experiencia y de la memoria.
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