Potenciar la red de primera acogida para inmigrantes

La inmigraci¨®n ha vuelto a ser objeto del fuego cruzado entre los partidos pol¨ªticos. El primero en disparar su munici¨®n fue el Partido Popular de Badalona, que difundi¨® un v¨ªdeo en el que se vincula indirectamente la presencia de extranjeros en situaci¨®n irregular con el aumento de la delincuencia en las ciudades. El montaje fue tildado de "xen¨®fobo" por otras formaciones y por diversas entidades. Entre ellas, las asociaciones de inmigrantes, que plantaron en el campo de batalla una vieja reivindicaci¨®n: la posibilidad de que los inmigrantes con permiso de trabajo y residencia en Espa?a puedan votar. Al menos, en los comicios de ¨¢mbito local, los que m¨¢s afectan a su vida cotidiana.

PSC, Esquerra e Iniciativa apoyan la propuesta, que topa con el rechazo de los grupos de la oposici¨®n, CiU y PP. El secretario general de la federaci¨®n nacionalista, Josep Antoni Duran Lleida, defendi¨® incluso la aplicaci¨®n de "criterios m¨¢s restrictivos" a la hora de permitir la reagrupaci¨®n familiar. En el fondo de las declaraciones y contradeclaraciones descansa la eterna pregunta: ?Cu¨¢l es el modelo adecuado para integrar a los inmigrantes, que en Catalu?a superan ya el mill¨®n de personas?

En el caso de Barcelona, los alcaldables coinciden al menos en una afirmaci¨®n: la necesidad de invertir m¨¢s recursos en servicios sociales y de crear nuevos equipamientos. El objetivo es dar respuesta a las necesidades de los reci¨¦n llegados, sin que a su vez merme la calidad de los servicios que recibe la poblaci¨®n aut¨®ctona. En sus programas electorales, las formaciones han puesto el acento en la llamada "red de primera acogida". Se trata de las iniciativas que, impulsadas en buena medida por el tejido asociativo, se ponen a disposici¨®n del inmigrante para facilitarle un aterrizaje algo m¨¢s c¨®modo en suelo catal¨¢n. Por ejemplo, el asesoramiento en materia laboral o legal, o la realizaci¨®n de cursos para conocer el idioma.

Unos 250.000 extranjeros residen actualmente en Barcelona, de los que la gran mayor¨ªa (unos 180.000) son de origen extracomunitario. Son los ¨²ltimos datos del padr¨®n municipal, actualizados a 1 de enero de 2007. La cifra supone un ligero descenso -de unas 10.000 personas- respecto al padr¨®n de 2006. La raz¨®n es que, ante la carest¨ªa de vivienda, muchos inmigrantes han optado por trasladarse a municipios de la segunda corona del ¨¢rea metropolitana de Barcelona.

La comunidad m¨¢s numerosa en Barcelona es la ecuatoriana, seguida de la boliviana -la que m¨¢s creci¨® en 2006- y de la peruana. En la clasificaci¨®n global de Catalu?a, las posiciones var¨ªan: los m¨¢s numerosos son los marroqu¨ªes, seguidos de los ecuatorianos y los rumanos.

Los partidos coinciden en que deber¨ªa haber un gran acuerdo pol¨ªtico y social para afrontar el fen¨®meno de la inmigraci¨®n. Pero discrepan sobre c¨®mo lograrlo. As¨ª, tanto CiU como PP proponen la creaci¨®n de un ¨¢rea espec¨ªfica sobre inmigraci¨®n, que en caso de los convergentes se llamar¨ªa "de Integraci¨®n y Derechos Civiles". Tambi¨¦n existen discrepancias a la hora de abordar la habilitaci¨®n de oratorios isl¨¢micos, una demanda urgente de la comunidad musulmana afincada en Catalu?a. ERC propone, en este sentido, reservar espacio para instalar 10 equipamientos "multirreligiosos".