Mejor no cruzarse en su camino
Rachida Dati, primera hija de magreb¨ªes que llega a ministra en Francia, es como Sarkozy: arrolla
Va deprisa. La nueva ministra de Justicia francesa, de 41 a?os de edad, no se refugia en su despacho. El 20 de mayo, al mediod¨ªa, se presenta en el tribunal de Cr¨¦teil (periferia de Par¨ªs), casi desierto, como corresponde a una jornada dominical. Hace s¨®lo dos d¨ªas que ha tomado posesi¨®n de la cartera de Justicia y dedica su primer domingo como ministra a visitar a los funcionarios de guardia durante el fin de semana en la sede del tribunal. Toma su tiempo para observar, escuchar; plantea problemas concretos, t¨¦cnicos. Se siente c¨®moda hablando de lo que conoce con sus pares -Dati fue fiscal en Evry, otra ciudad cercana a Par¨ªs-. Revisa el peque?o recinto en el que aguardan las personas que van a ser interrogadas y el juzgado de guardia, donde los j¨®venes magistrados est¨¢n pendientes del tel¨¦fono. Pide que le cuenten el asunto de las drogas de la noche anterior en el aeropuerto de Orly; se demora largo tiempo en el despacho del juez para discutir sobre la cuesti¨®n de la prisi¨®n provisional.
'La peque?a Sarkozy', como la llama 'Le Canard Encha?n¨¦', rechaza que se la destaque como ¨¢rabe
De padre marroqu¨ª y madre argelina, la nueva ministra francesa de Justicia creci¨® en un suburbio
En la sala se encuentra con la juez de menores, Catherine Sultan, de quien fue alumna, y de la que ahora es ministra. Se trata de la misma juez que preside tambi¨¦n la Asociaci¨®n de Magistrados de Menores y est¨¢ muy preocupada por los proyectos al respecto del presidente de la Rep¨²blica, Nicolas Sarkozy. "Quiero aclararle sobre todo que mi puerta siempre est¨¢ abierta para dialogar", le explica la ministra.
Esta corredora de fondo no olvida el pasado. Antes de tomar posesi¨®n del cargo, el viernes 18 de mayo, hab¨ªa visitado en su domicilio a Albin Chalandon, que fue uno de sus predecesores en el puesto y el que la recibi¨® en el ministerio hace m¨¢s de 20 a?os. Para su toma de posesi¨®n, Rachida Dati quer¨ªa que le acompa?ara Chalandon, al que ha permanecido siempre fiel. A ella le habr¨ªa gustado tambi¨¦n la presencia de Simone Veil (la veterana abogada que escap¨® a la muerte en el campo de concentraci¨®n de Auschwitz, y que, como ministra de Sanidad, promovi¨® la ley del aborto en Francia); en su momento fue Veil la que impuso la toga de magistrada a Rachida Dati. Pero Simone Veil no pudo estar presente en la toma de posesi¨®n porque no se encontraba en Par¨ªs.
Los ojos del ex ministro Albin Chalandon se iluminan cuando recuerda a "esa peque?a y agradable mujer que se abalanz¨® sobre m¨ª" en una recepci¨®n en la Embajada de Argelia. Veinte a?os despu¨¦s, esa "peque?a y agradable mujer" es la responsable de la misma funci¨®n ministerial desempe?ada por ¨¦l en su d¨ªa. Chalandon recuerda tambi¨¦n las bolsas que ella llevaba consigo porque ven¨ªa de su ciudad, cerca de Chalon-sur-Sa?ne. Se acuerda sobre todo de haberse sentido "deslumbrado por ese no s¨¦ qu¨¦ que emanaba de ella, por su energ¨ªa".
Tambi¨¦n se encuentra en el acto el jefe de la Direcci¨®n de Vigilancia del Territorio (servicio de contraespionaje), Pierre de Bousquet, para asistir a la llegada al poder de su amiga: la conoce desde hace veinte a?os, cuando era jefe del gabinete de Chalandon. "Yo estaba hipnotizado por la energ¨ªa y el dinamismo de esa muchacha", comenta el patr¨®n del contraespionaje. ?Con qui¨¦n la comparar¨ªa? "Con el nuevo presidente de la Rep¨²blica", contesta. "Es una peque?a Sarkozy", remarca un miembro del Club Siglo XXI, que re¨²ne a dirigentes de origen inmigrante y del que ella es cofundadora. Adem¨¢s asisten al acto personalidades socialistas como Jacques Attali y Bernard Kouchner.
La historia de la peque?a Sarkozy, como le llama el semanario Le Canard Encha?n¨¦, es la de una muchacha en una familia de 12 hijos. De padre marroqu¨ª y madre argelina. Que crecieron en una vivienda social de la periferia de Chalon-sur-Sa?ne (uno de esos suburbios que tantos quebraderos de cabeza han dado a Sarkozy). Sabe pedir la protecci¨®n de los poderosos; rechaza que predomine su condici¨®n de ¨¢rabe, y se ha convertido en la primera mujer de origen inmigrante que obtiene un ministerio en Francia.
Se encontr¨® con Nicolas Sarkozy en 2002, y esto lo cambi¨® todo, porque se reconoci¨® en ¨¦l. Adopt¨® sin dificultad la zancada r¨¢pida que caracteriza el estilo de quien ha llegado a presidente de la Rep¨²blica. "Hac¨ªa tiempo que ella habitaba en la avenida del poder", explica un miembro del Club Siglo XXI. En su opini¨®n, la receta de Dati es ¨¦sta: "Un aplomo infernal, una ambici¨®n extraordinaria. Mejor no cruzarse en su camino, puede ser muy dura". "Es seca cuando la gente la trata con condescendencia, porque no se siente parte del har¨¦n. Es como su jefe; arrolla", explica un consejero del ministro del Interior. "Su ambici¨®n no es del tipo de lo que se ve con frecuencia", suaviza Pierre de Bousquet.
Cuando fue nombrada portavoz de Sarkozy durante la campa?a electoral, el ex ministro Chalandon se qued¨® preocupado: "Ella nunca hab¨ªa hecho pol¨ªtica, pero se arriesg¨®. Ahora creo que puede hacer de todo". Se ha impuesto con rapidez en los medios de comunicaci¨®n, aunque no haya logrado llevar a Sarkozy a los suburbios (el actual presidente no quiso hacer campa?a en los arrabales, muy hostiles a ¨¦l).
Rachida Dati ya es uno de los miembros m¨¢s populares del Gobierno. Nada le frena. Recorre un pasillo decorado con retratos de sus predecesores y saluda a los magistrados que forman parte de su equipo. Habla con un tono dubitativo, poco seguro; todo lo contrario de la soltura que muestra en la televisi¨®n durante los debates.
Su nombramiento ha sorprendido. En un ambiente judicial donde cualquier avance es el resultado de un recorrido laborioso y calculado, su r¨¢pido ascenso perturba. "Es un peque?o choque", reconoce un funcionario de Justicia. "Si ella hubiera sido ex alumna de la Escuela Nacional de Administraci¨®n francesa o inspectora de Hacienda, nadie se habr¨ªa sorprendido de que llegara a ministra", sostiene Laurent Le Mesle, fiscal general de Par¨ªs.
Y la propia Rachida Dati, ?se imaginaba que llegar¨ªa a ser ministra de Justicia? "Dada mi trayectoria vital y el desarrollo de mi vida, no. Ha sido una decisi¨®n del presidente. Es valiente por su parte", comenta.
No ha empleado demasiado tiempo para adoptar su nuevo cargo: visit¨® una prisi¨®n durante la primera noche como ministra. "Es para quitarse el sombrero", se comenta en el ministerio. "Ella tiene tanto miedo de defraudar que procura llegar al m¨¢ximo", se?ala Pierre de Bousquet. "Es muy competente. Ha reflexionado mucho sobre una reforma", explica Jacques Attali, que s¨®lo expresa el pesar de que "la izquierda no haya sabido portarse igual de bien con ella o con otras como ella".
? Le Monde Traducci¨®n: Valentina Valverde
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