El capital riesgo defiende su modelo
El sector reivindica su eficiencia a la hora de crear valor para accionistas y trabajadores
Ante la ola de cr¨ªticas, el capital riesgo no se ha quedado parado y est¨¢ desarrollando una fuerte labor de lobby para transmitir las ventajas de su modelo. En Espa?a, el sector difundi¨® recientemente un informe, patrocinado por KPMG, Permira y el CDTI, y elaborado por un grupo de profesores, entre ellos, Jos¨¦ Mart¨ª Pell¨®n, de la Complutense, en el que se hace un recuento de las ventajas del modelo. El principal argumento del informe, elaborado sobre una muestra de 1.047 empresas con capital riesgo y otras 802 sin ¨¦l, es el de su eficiencia a la hora de crear valor para los accionistas, pero tambi¨¦n para los trabajadores, el pa¨ªs e incluso el Gobierno.
"Cuando cogemos una empresa es porque estamos seguros de que la podemos hacer crecer", afirma Mark Heappey, de 3i
A partir de la comparaci¨®n entre las sociedades participadas por capital riesgo y las otras, el informe concluye que en los ¨²ltimos tres a?os las primeras han logrado incrementos de ventas del 24,7%, mientras las dem¨¢s s¨®lo el 8,6%. Algo similar a lo que pasa con el impuesto de sociedades. Las sociedades participadas por el capital riesgo habr¨ªan generado un incremento del 24,3% frente al 12,6% de las dem¨¢s.
Otra acusaci¨®n que el informe busca rebatir es el espinoso asunto de la destrucci¨®n de empleo, suscitado por los sindicatos, que en algunos casos han vivido experiencias traum¨¢ticas en sus empresas. Seg¨²n el estudio ser¨ªa todo lo contrario, ya que concluye que las sociedades participadas por el capital riesgo habr¨ªan incrementado su empleo muy por encima de las otras; un 14,7% en tres frente al 5,8% de las dem¨¢s. La preocupaci¨®n del capital riesgo por demostrar su aportaci¨®n a la creaci¨®n de empleo es habitual. En su comparecencia ante el Parlamento Europeo, Javier Echarri, secretario general de la EVCA, afirm¨® que el sector hab¨ªa creado un mill¨®n de nuevos empleos en Europa entre 2000 y 2005.
El capital riesgo se ha venido aplicando a fondo tambi¨¦n en la tarea de rechazar las acusaciones de irresponsabilidad financiera. "Eso que dicen", comenta Mark Heappey, de 3i, "de que buscamos la rentabilidad mediante reestructuraciones o desinversiones no tiene sentido. Cuando cogemos una empresa es porque estamos seguros de que la podemos hacer crecer. Si no, no entramos".
De todos modos, incluso haciendo caso omiso de las argumentaciones de los responsables del sector, no ser¨ªa justo achacarle al capital riesgo todos los males y olvidar sus beneficios. Por ejemplo, parece demostrado que, pese a la creciente preferencia de los grandes fondos por las operaciones de mucha entidad, siguen existiendo centenares de sociedades de capital riesgo que dirigen b¨¢sicamente su actividad a apoyar a las empresas en fases iniciales o de expansi¨®n.
De hecho, muchas empresas no hubieran podido nacer de no contar con el apoyo de estos fondos. USP Hospitales es una de ellas. Su presidente y fundador, Gabriel Masfurroll, un ex ejecutivo del sector sanitario en EE UU, decidi¨® fundar en 1998 una cadena de hospitales privados en Espa?a. "De no haber encontrado un fondo de Nueva York", dice, "que me apoy¨® en el proyecto, hoy no ser¨ªa empresario y esta empresa no existir¨ªa". Nada m¨¢s firmar el acuerdo con el fondo de Nueva York, Masfurroll empezaba a adquirir hospitales y antes de acabar 1998 ten¨ªa cuatro unidades. En 2004, con la empresa ya valorada en 200 millones de euros, entraba Mercapital para apoyar a USP en sus planes de crecimiento. "Hoy tenemos 13 hospitales y hemos triplicado nuestro valor", dice Masfurroll.
Total, que, pese a sus sombras, aportan elementos positivos. ?sta es, al menos, la opini¨®n de Paz Ambrosy, del Instituto de Empresa, para quien "los fondos est¨¢n llamados a jugar un papel muy importante en la reestructuraci¨®n de centenares de empresas espa?olas, muchas de ellas faltas de gesti¨®n, de tecnolog¨ªa y de empuje exportador".
Argumentos a favor
- Profesionalizaci¨®n de la gesti¨®n. Desarrollan esquemas m¨¢s objetivos en la c¨²pula ejecutiva y en el consejo.
- Soluci¨®n de los problemas de sucesi¨®n. Permiten un desenlace no lesivo para la empresa, con la participaci¨®n y mantenimiento del equipo ejecutivo.
- Soluci¨®n de problemas accionariales. Mediante la salida de los disconformes y un nuevo realineamiento de la propiedad y los ejecutivos.
- Creaci¨®n activa de valor. Sobre todo en empresas deficientemente gestionadas.
- Apoyo a proyectos de expansi¨®n. Mediante la aportaci¨®n de fondos y la implantaci¨®n de una estrategia.
- Apoyo a la creaci¨®n de nuevas empresas. Mediante la aportaci¨®n financiera en fases muy iniciales.
- Mantenimiento de la independencia de la empresa. Con su entrada evitan que los propietarios vendan la compa?¨ªa a un rival..
- Inyecci¨®n de credibilidad . La entrada del capital riesgo suele elevar las perspectivas y prestigio de la empresa participada
Argumentos en contra
- B¨²squeda de rentabilidades excesivas. La pulsi¨®n por lograr rentabilidades muy altas condiciona negativamente la gesti¨®n.
- Escasa asunci¨®n de riesgo. Se est¨¢n dedicado a comprar empresas maduras.
- Opacidad y falta de transparencia. Dejan de dar informaci¨®n sobre la evoluci¨®n de la empresa cuando pasa bajo su control.
- Apalancamiento excesivo. Obliga a reestructuraciones, ventas de activos y a veces la fragmentaci¨®n de la empresa.
- Tendencia a las reestructuraciones salvajes. Cortefiel cerr¨® las factor¨ªas de Madrid y M¨¢laga (470 despidos) y Panrico vendi¨® tambi¨¦n varias f¨¢bricas. - Sobrevaloraci¨®n en los precios de las empresas. Desenfocan el mercado e impiden procesos de crecimiento a otras empresas.
- Gesti¨®n a espaldas de los sindicatos. No consultan a los trabajadores. Les informan de hechos consumados..
- Exclusi¨®n de la Bolsa. Contribuyen a reducir el tama?o del mercado burs¨¢til
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.