El fracaso no es s¨®lo (aunque tambi¨¦n) de Ignasi Pla
El cielo se ha desplomado sobre la cabeza de los socialistas y ellos siguen sin saber por qu¨¦. La mayor¨ªa de ellos, pr¨¢cticamente todos, a¨²n se preguntan qu¨¦ m¨¢s tiene que ocurrir para que un partido sumido en la divisi¨®n, con notables cargos p¨²blicos implicados en casos de corrupci¨®n, con un accidente como el del metro de Valencia con 43 muertos, que ha practicado el sectarismo informativo hasta la n¨¢usea pierda unas elecciones. Como se preguntaba recientemente un lector en est¨¢s p¨¢ginas: ?Qu¨¦ m¨¢s tiene que ocurrir para que los votantes del PP dejen de apoyarle? Es una buena pregunta: ?Qu¨¦ ha pasado? Un an¨¢lisis simplista y nominal, tan habitual por estos pagos, concluir¨ªa carg¨¢ndole el muerto a Joan Ignasi Pla y a Gl¨°ria Marcos por su incapacidad manifiesta de alcanzar las metas enso?adas por sus respectivas clientelas condenadas a vagar por el desierto institucional durante otros cuatro a?os como m¨ªnimo. En el mismo saco podr¨ªan acompa?arles los miembros de las direcciones regionales, comarcales, locales, ex alcaldes, asesores, etc., etc..... En realidad todos, con algunas notables y singular¨ªsimas excepciones -casi se pueden contar con los dedos de las manos-, han fracasado. La cuesti¨®n, sin embargo, es que la debacle, el terremoto, el hundimiento, ll¨¢menle como quieran no es exclusivo de la Comunidad Valenciana. La p¨¦rdida del Ayuntamiento de Torrent por los socialistas no es un hecho aislado. Exactamente lo mismo ha ocurrido en Alcobendas, Madrid, una poblaci¨®n similar y con una trayectoria pol¨ªtica id¨¦ntica.
La sociedad valenciana ha cambiado en los ¨²ltimos tiempos pero estas variaciones no han sido detectadas, ni mucho menos analizadas por la direcci¨®n del PSPV-PSOE
?Qu¨¦ ha pasado?
El pasado 11 de mayo, en estas mismas p¨¢ginas, el profesor Joaqu¨ªn Azagra escrib¨ªa: "Lo que en el fondo est¨¢ generando esa deriva conservadora es la inseguridad frente el mundo que se apunta. Lo advierten [las capas sociales] en la exigencia de competir cada vez m¨¢s, de estar en permanente formaci¨®n, en que sus hijos se planten en los 40 sin lograr un trabajo estable y mucho menos de calidad; incluso en la perplejidad que origina la creciente multiculturalidad. Si aquellas clases medias en ascenso de los setenta apostaban por reformas, estas que ya est¨¢n bien instaladas, lo que quieren es conservar su estatus y procur¨¢rselo an¨¢logo a sus hijos. No se enga?e la izquierda. El modelo econ¨®mico del PP ser¨¢ todo lo depredador y corto de miras que se quiera (...) pero genera beneficiarios en amplios sectores sociales". La cita es larga pero explica muy bien las causas del desastre de la izquierda que, insisto, no es exclusivo de la Comunidad Valenciana. Lo alarmante es que este cambio social no haya sido detectado, mucho menos analizado, por la direcci¨®n de los socialistas valencianos. Ni por los del Comprom¨ªs, claro est¨¢. (Para ampliar informaci¨®n, el libro de los profesores Azagra y Joan Romero Pa¨ªs complex, editado por la Universitat de Val¨¨ncia)
Dicho m¨¢s claramente: la sociedad valenciana ha cambiado y la izquierda no se ha enterado. Como m¨ªnimo, no se ha enterado bien. La posici¨®n del PSPV respecto del plan Rabassa ilustra las contradicciones de un partido incapaz de transmitir una imagen coherente y una idea clara: Etelvina Andreu, en contra; Pla, a favor; Andreu m¨¢s en contra y Pla ni a favor ni en contra. Lo mismo se puede decir de su postura frente al problema del agua. El PP resolvi¨® todos sus problemas con un lema: Agua para todos. Los socialistas han oscilado desde la oposici¨®n frontal al trasvase a pedir un mini-trasvase del Ebro hasta Sagunto, colocando de por medio un rosario de propuestas, peticiones y rogativas que, en lugar de clarificar su posici¨®n, la enturbiaban a¨²n m¨¢s. Las respuestas del PP ante una sociedad cambiante y compleja han sido muy simples, maniqueas e incluso demag¨®gicas, pero comprensibles: El partido de la confianza, el garante de la seguridad y de la tranquilidad. Todo va bien y a¨²n ir¨¢ mejor. Estamos aqu¨ª, ven¨ªan a decir, para preservar su estatus social, no tengan miedo. La propuesta del PSPV ante la incertidumbre y la inseguridad del futuro fue la de pagar 3.000 euros por hijo. Todo un hallazgo.
El fracaso de los socialistas valencianos es global, pero su principal responsable es Ignasi Pla, que no ha dinamitado el suelo electoral del PSPV, pero ha estado muy cerca de conseguirlo. Ahora, por responsabilidad, aguantar¨¢ en el cargo hasta las elecciones generales, pero lo har¨¢ en precario. Toda la direcci¨®n socialista est¨¢ en funciones y habr¨¢ que ver si es capaz de resistir hasta entonces. La pregunta inmediata es ?qui¨¦n tomar¨¢ el relevo? La debacle ha sido de tal magnitud que no parece muy exagerado empezar a hablar de una necesaria refundaci¨®n del partido.
Francisco Camps, obvio, es el gran vencedor. ?C¨®mo utilizar¨¢ el enorme poder que los valencianos han depositado en sus manos? Liquidado el enemigo interior, ?seguir¨¢ durante 4 a?os practicando ese victimismo tan rentable electoralmente? ?Mantendr¨¢ ese canal chavista que es TVV como herramienta para seguir anestesiando a los valencianos? ?Seguir¨¢ rode¨¢ndose y apoyando a presuntos corruptos autoritarios como Carlos Fabra que amenazan p¨²blicamente a periodistas inc¨®modas? Con el 52,22% de los votos, Camps tiene la obligaci¨®n de comportarse como el presidente de todos los valencianos. Deber¨ªa ser as¨ª, pero sus primeras declaraciones han sido para ejercer como agente electoral del PP ante las pr¨®ximas generales. Por ah¨ª, pues, poco hay que esperar. Nadie puede reprocharle que se vuelque en apoyar a Mariano Rajoy, pero el orden de sus prioridades debiera ser otro.
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