La 'rutina vasca' produce cambios
En Euskadi tenemos nuestra propia rutina vasca, en la que, elecci¨®n tras elecci¨®n, siempre nos encontramos con la prepotencia de unos, el hartazgo de otros y el aburrimiento de los dem¨¢s. Hablamos de los temas cansinos de siempre, de los del Pa¨ªs; una rutina en la que casi siempre sufrimos la violencia de la kale borroka y la amenaza del terrorismo de ETA, en la que siempre ganan los mismos, y en la que todo el mundo se queja del escaso di¨¢logo, del partidismo y de la l¨®gica de "al enemigo, ni agua".
Con este panorama, y sin estar en peligro la Patria Vasca u otros revulsivos conocidos, si utiliz¨¢ramos la caracterizaci¨®n que se usa para describir los diferentes tipos de elecciones generales y auton¨®micas, el pron¨®stico era que iban a ser unas elecciones de continuidad, donde no eran previsibles grandes cambios. Sin embargo, el incremento de la abstenci¨®n, la presentaci¨®n de algunas candidaturas de ANV, la decisi¨®n de EA de concurrir en solitario y la alianza EB-Aralar, junto con la introducci¨®n en la campa?a de algunos temas trascendentales, como la corrupci¨®n y las diferentes maneras de entender el final del terrorismo, as¨ª como la competencia PSOE-PP, han tra¨ªdo cambios importantes en el mapa pol¨ªtico vasco a escala local.
Las elecciones han supuesto un nuevo fracaso t¨¢ctico del nacionalismo. Y ya van tres en las ¨²ltimas citas
El PNV ha sufrido un retroceso importante en Guip¨²zcoa y en ?lava, y, aunque menos pronunciado, tambi¨¦n en Vizcaya. En San Sebasti¨¢n y Vitoria, as¨ª como en muchos de los municipios m¨¢s importantes, el descenso ha sido muy fuerte, y necesita pactar en casi todos aquellos en los que ha alcanzado la victoria. Aunque los dos han perdido, creo que se puede decir que ha perdido m¨¢s Egibar que Imaz. Con esta realidad, I?igo Urkullu ha se?alado que primar¨¢ las alianzas con el tripartito, pero ?d¨®nde es posible esto? En la Diputaci¨®n de Vizcaya, el Ayuntamiento de Bilbao y otros pocos ayuntamientos. Las tensiones internas, la desmovilizaci¨®n, la irrupci¨®n de ANV y la decisi¨®n de EA de concurrir en solitario han mermado gravemente la intenci¨®n del PNV de seguir vertebrando la Euskadi foral y local, por lo que se le presenta un panorama muy complicado. No ser¨ªa extra?o que iniciara un nuevo giro autonomista, amortizando a los l¨ªderes proclives a aventuras en las que Batasuna no tiene rival. En este mismo plano, la b¨²squeda de la identidad perdida de EA en solitario no ha sido bien recibida por el electorado. La f¨®rmula D'Hondt tiende a dar una sobre-representaci¨®n a los partidos que m¨¢s votos obtienen, y la coalici¨®n con el PNV multiplicaba su representaci¨®n. Queda por ver si la tensi¨®n entre los diferentes sectores del partido y su escasa representaci¨®n no es el inicio de un camino sin retorno, con el oasis de las dos consejer¨ªas del Gobierno vasco, mientras duren.
Aunque no es novedad, los resultados de ANV y el recuento de los votos nulos muestran una gran resistencia del mundo de Batasuna: son la primera fuerza pol¨ªtica en algunos municipios importantes desde el punto de vista social y econ¨®mico: Pasaia, Oiartzun, Hernani, Bergara, Mondrag¨®n, Elorrio... Para el mundo de Batasuna estos resultados son buenos, porque para ellos las elecciones municipales son las ¨²nicas que est¨¢n dotadas de legitimidad suficiente para contruir su Euskal Herria desde la base local y, por qu¨¦ no decirlo, como expresi¨®n de fuerza y fuente econ¨®mica para sustentar su estrategia. Sin embargo, aunque ciertamente est¨¢n recuperando algo de aliento en los ¨²ltimos tiempos por la reducci¨®n de la actividad de ETA y los cantos de sirena de los procesos y declaraciones hist¨®ricas, todav¨ªa les queda mucho trecho para alcanzar las cotas de la ¨¦poca de Lizarra. Con toda seguridad, este resultado no tendr¨ªa tanta trascendencia si no fuera por su apoyo, justificaci¨®n o silencio ante actividades despreciables, contrarias a la letra de los votos y al esp¨ªritu de la democracia.
Con este panorama, se puede considerar que las elecciones han supuesto un nuevo fracaso t¨¢ctico del nacionalismo. Y ya van tres en las ¨²ltimas celebradas. Estos fracasos no tienen tanto que ver con el descenso en el porcentaje de votos -que tambi¨¦n-, como con la incapacidad del nacionalismo para alcanzar su objetivo de trasformar lentamente, a trav¨¦s de pol¨ªtica, a la sociedad vasca en "pueblo vasco", de cambiar a Euskadi por Euskal Herria. Es necesario volver a repetirlo: la sociedad vasca es tercamente plural.
Hace ya algunos a?os, uno de los jeltzales inventores de la deriva del PNV hacia Lizarra, en un art¨ªculo titulado El Nacionalismo del futuro, citaba como fundamento de su propuesta un proverbio ingushio, terrible cuando se aplica a la pol¨ªtica: "Aquel que piensa en las consecuencias no puede ser valeroso". La falta de responsabilidad y de evaluaci¨®n de las consecuencias en la pol¨ªtica produce prepotencia, a veces fanatismo, y, lo que tambi¨¦n es muy malo, al final puedes acabar perdiendo las elecciones. Entre otras razones, porque puede haber otros que est¨¢n pensando todo el d¨ªa en las causas, juegan en tu mismo terreno pol¨ªtico y no les importa dar patadas.
El Partido Socialista es el partido que m¨¢s ha avanzado respecto a las anteriores elecciones municipales en los tres territorios hist¨®ricos, especialmente en Guip¨²zcoa, pero tambi¨¦n en ?lava y Vizcaya, aunque tiene un dif¨ªcil papel en Navarra. Sin embargo, estas elecciones han demostrado que la percepci¨®n que se tiene de las actuaciones del PSOE, tanto en el tema del terrorismo como del desarrollo auton¨®mico, son muy distintas en el ¨¢mbito espa?ol en su conjunto y en el Pa¨ªs Vasco. Aunque se ha se?alado que el PSOE no pactar¨¢ con ANV ni con el PP, las actuaciones personalistas del l¨ªder supremo del PSOE pueden acabar chocando con los intereses del partido, si es que existe. Si recordamos lo se?alado por Imaz, es probable que se busquen acuerdos ad hoc con los l¨ªmites se?alados por ambos l¨ªderes.
El PP ha retrocedido en sus porcentajes, pero mantiene una base electoral importante, que, ante la imposibilidad de lograr acuerdos con nadie, parece ajena a la din¨¢mica institucional del Pa¨ªs Vasco y toma como referencia la escala espa?ola, convencida de que la hora de la victoria en las elecciones generales est¨¢ cerca. Resiste en Bilbao y empata con el PNV en Getxo, aunque sufre un retroceso importante en ?lava y pierde la alcald¨ªa de Vitoria. La aventura de la soledad autoimpuesta tiene sus costes.
Si el triunfo del PP en cuanto al n¨²mero de votos en Espa?a es un indicador de sus posibilidades de volver a La Moncloa, entonces puede encontrase en situaci¨®n de condicionar las pol¨ªticas del Gobierno de Madrid respecto a Euskadi. Por lo tanto, quedan algunos interrogantes en el aire: ?Los resultados en estas elecciones van a traer cambios en la pol¨ªtica antiterrorista del Gobierno de Espa?a?, ?y respecto al mundo de Batasuna? ?Cambiar¨¢n algunas pol¨ªticas de alianzas?, ?remodelar¨¢n su t¨¢ctica en el ¨¢mbito del desarrollo auton¨®mico?, ?aceptar¨¢ el PSE pactar con el PNV s¨®lo en los municipios y diputaciones donde ¨¦ste no pueda acceder al gobierno con los votos del tripartito? ?Que har¨¢n en Navarra y en Pamplona?
Los caminos de la pol¨ªtica no son inescrutables como los del Se?or, porque la aritm¨¦tica electoral no enga?a, aunque a veces haya que perder un poco para poder ganar mucho y, al contrario, en ocasiones sea mejor no ganar un poco, porque se puede perder mucho. Es una cuesti¨®n de escalas, de imaginaci¨®n y de convicciones, pero tambi¨¦n, y sobre todo, de responsabilidad.
Jose Manuel Mata es profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la UPV-EHU
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