El cambio clim¨¢tico tensa la cuerda transatl¨¢ntica
Desacuerdo entre la UE y EE UU en la recta final de las negociaciones previas a la cumbre del G 8
La cuerda que une las dos orillas del Atl¨¢ntico est¨¢ cada vez m¨¢s tensa. En un extremo, Alemania, el pa¨ªs que preside este semestre la UE y que quiere a toda costa que los pa¨ªses m¨¢s industrializados del planeta se comprometan a reducir sus emisiones de di¨®xido de carbono. En el otro, EE UU, la naci¨®n que m¨¢s gases contaminantes vierte a la atm¨®sfera y que se resiste a fijar topes a sus emisiones. La tensi¨®n entre ambos bloques crece en la recta final de unas negociaciones a cara de perro que deber¨ªan culminar en un acuerdo, cada vez m¨¢s improbable, la semana que viene en Heiligendamm, Alemania, durante la cumbre del G 8. Nancy Pelosi, presidenta de la C¨¢mara de Representantes de EE UU, se neg¨® ayer en Bruselas a dar por perdido un acuerdo.
Alemania no conf¨ªa en que Washington acepte recortar sus emisiones a partir de 2012
La dirigente dem¨®crata estadounidense estim¨® que las iniciativas de la UE "son el modelo a seguir en la lucha contra el cambio clim¨¢tico" e indic¨® que todav¨ªa hay "muchos puntos en com¨²n para poder alcanzar un acuerdo".
La prensa alemana hablaba ayer de una posible oferta estadounidense de acuerdo que se concretar¨ªa de aqu¨ª a finales de 2008, pero fuentes diplom¨¢ticas americanas en Berl¨ªn dejaron claro que, de momento, no hay avances. "Nuestra posici¨®n no ha cambiado. No somos partidarios de fijar reducciones de emisiones. Creemos en las soluciones tecnol¨®gicas", explicaron las fuentes. "Aun as¨ª, hay que esperar a que los l¨ªderes se sienten a negociar. S¨®lo entonces sabremos si hay acuerdo", a?adieron.
La canciller Angela Merkel y el presidente estadounidense, George W. Bush, almorzar¨¢n juntos el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, antes del comienzo de la reuni¨®n de los ocho pa¨ªses m¨¢s industrializados del planeta y Rusia, en un ¨²ltimo intento de salvar el encuentro, pero el Gobierno de Berl¨ªn alberga ya pocas esperanzas de que Washington acepte recortar sus emisiones de CO2 a partir de 2012, a?o en el que expira el protocolo de Kioto, que Estados Unidos no ha ratificado.
"Las negociaciones ser¨¢n m¨¢s que dif¨ªciles. En las cuestiones centrales del cambio clim¨¢tico, parece que son sobre todo los americanos los que no est¨¢n preparados para avanzar", declar¨® recientemente el ministro alem¨¢n de Medio Ambiente, el socialdem¨®crata Sigmar Gabriel, al Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung. La tensi¨®n alcanz¨® su punto ¨¢lgido hace pocos d¨ªas, despu¨¦s de que saliera a la luz una carta que Washington hab¨ªa enviado a Berl¨ªn, en la que acusaba a la canciller¨ªa de ignorar "las serias y cruciales preocupaciones" respecto al contenido del borrador de la declaraci¨®n final de la cumbre del G 8.
Merkel pretende limitar el calentamiento del planeta a dos grados durante este siglo y para ello quiere que los pa¨ªses industrializados hayan reducido en 2050 sus emisiones de efecto invernadero en un 50% respecto a los niveles de 1990. Pero EE UU no quiere o¨ªr hablar de recortes concretos y deposita todas sus esperanzas en los avances tecnol¨®gicos, que a su juicio son la mejor herramienta para reducir las emisiones contaminantes. Adem¨¢s, Washington dice que no aceptar¨¢ ning¨²n acuerdo que no obligue a las econom¨ªas emergentes, como China o India, cuyas emisiones se disparar¨¢n en los pr¨®ximos 30 a?os seg¨²n las proyecciones. Estos pa¨ªses a su vez consideran que los m¨¢s industrializados llevan d¨¦cadas vomitando gases contaminantes y que les corresponde a ellos dar el paso.
El pasado martes los pa¨ªses asi¨¢ticos volvieron a dejar clara su posici¨®n durante los dos d¨ªas que dur¨® la cumbre euroasi¨¢tica celebrada en Hamburgo. All¨ª, la Uni¨®n tampoco logr¨® arrancar un compromiso concreto sobre cambio clim¨¢tico a los asi¨¢ticos, que en boca del ministro de Asuntos Exteriores chino, Yang Jiechi, expresaron sus prioridades: alcanzar primero los niveles de desarrollo necesarios y s¨®lo despu¨¦s vendr¨¢ la lucha contra el cambio clim¨¢tico.
Por su parte, un portavoz del Gobierno japon¨¦s afirm¨® ayer que si Estados Unidos, China e India no forman parte de un acuerdo post-Kioto, Jap¨®n tampoco firmar¨¢. El Gobierno canadiense se expres¨® esta semana en el mismo sentido.
Los europeos, sin embargo, hace meses que se han propuesto liderar lo que el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, ha llamado "la revoluci¨®n postindustrial", y como primera medida se han comprometido a alimentarse en un 20% con energ¨ªas renovables a partir de 2020. Merkel, ministra de Medio Ambiente durante los noventa, y al frente este semestre de la UE y del G 8, se ha convertido en el mascar¨®n de proa de la lucha contra el cambio clim¨¢tico y pelear¨¢ por convencer la semana que viene al resto de pa¨ªses industrializados para que se suban al barco de las energ¨ªas limpias y reduzcan sus emisiones.
Un acuerdo en Heiligendamm permitir¨ªa sentar las bases para las negociaciones de la ONU sobre el acuerdo que debe reemplazar a Kioto y que comenzar¨¢n en diciembre en Bali.
Por otro lado, la Casa Blanca anunci¨® ayer en Washington que el presidente Bush recibir¨¢ al presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, los pr¨®ximos d¨ªas 1 y 2 de julio en la residencia de su padre, el ex presidente de George H. Bush, en Kennebunkport (Maine).
La Casa Blanca se?alaba en un comunicado que la visita del dirigente ruso forma parte del di¨¢logo bilateral intensivo que mantienen ambos pa¨ªses. "La cooperaci¨®n entre EE UU y Rusia es importante para resolver los conflictos regionales, detener la propagaci¨®n de armas de destrucci¨®n masiva, as¨ª como la lucha contra el terrorismo y el extremismo", agregaba la nota.
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