Aumenta la presencia en el pescado de mercurio y ars¨¦nico y bajan las dioxinas

Un estudio sobre la dieta diaria de los catalanes ha detectado diferentes niveles de diversos compuestos t¨®xicos en una amplia gama de alimentos, sobre todo en los ricos en grasas, como algunos pescados, leche, huevos y carne. En especial en el pescado, los an¨¢lisis muestran una presencia creciente de mercurio y ars¨¦nico, aunque desciende el n¨²mero de dioxinas. Algunos de estos t¨®xicos ingeridos no son eliminados por el cuerpo.

Los contaminantes org¨¢nicos persistentes forman parte de la dieta diaria. ?Son seguros los alimentos? A esta pregunta quiso dar respuesta la conferencia Los t¨®xicos que comemos, organizada el pasado mi¨¦rcoles por el Aula El Pa¨ªs y la Direcci¨®n de Promoci¨®n de la Cultura Cient¨ªfica del Instituto de Cultura de Barcelona, dentro de las actividades del programa Barcelona Ciencia 2007. Participaron Miquel Porta, catedr¨¢tico de Salud P¨²blica del Instituto Municipal de Investigaci¨®n M¨¦dica (IMIM) y de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, y Eduard Mata, director de la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria.

En los platos hay muchos contaminantes que pertenecen a la llamada docena sucia, un grupo de compuestos qu¨ªmicos que se acumulan en los tejidos grasos de los alimentos y que, una vez ingeridos, el cuerpo humano no elimina nunca. "Una persona tiene en su sangre entre 77 y 106 sustancias no inocuas, muchos t¨®xicos persistentes, y si busc¨¢semos encontrar¨ªamos m¨¢s", afirma Porta. Los estudios demuestran que inciden sobre la salud: "Hay sustancias en el medio ambiente que pueden provocar mutaciones en el material gen¨¦tico y, por tanto, existe una conexi¨®n con enfermedades como el c¨¢ncer de p¨¢ncreas", seg¨²n Porta, que aport¨® datos sobre investigaciones que demuestran esta conexi¨®n. Entre otros, an¨¢lisis realizados a personas con este tipo de c¨¢ncer "en las que se han encontrado niveles altos de organoclorados", uno de los compuestos qu¨ªmicos que est¨¢n incluidos en esta docena sucia, de la que tambi¨¦n forman parte las dioxinas, los PCB (policloruro de bifenilo) y metales pesados como cadmio, mercurio, ars¨¦nico y plomo.

En un estudio sobre la dieta diaria de los catalanes, realizado por la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria, se han detectado diferentes niveles de todos estos compuestos en una amplia gama de alimentos, sobre todo en los ricos en grasas, como algunos pescados, leche, huevos y carne. En el caso del pescado, un producto que ha sido especialmente estudiado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, "el ars¨¦nico y el mercurio han aumentado, mientras que las dioxinas y los PCB han bajado". Para Porta, la cantidad no es lo m¨¢s importante: "Los compuestos t¨®xicos persistentes est¨¢n en dosis relativamente bajas en los alimentos, aunque constantes, a lo largo de toda la vida y no los eliminamos".

Mata recomienda: "Lo mejor es diversificar la dieta" y a?ade que hay que tener en cuenta a colectivos concretos: "En mujeres embarazadas, por ejemplo, se recomienda un consumo espaciado de grandes peces, como el at¨²n o el emperador". Miquel Porta afirma tajantemente que "huir de las grasas es el consejo m¨¢s pr¨¢ctico".

Mata apunt¨® que la Administraci¨®n ha modificado los controles alimentarios a medida que ha ido aprendiendo de las mismas crisis alimentarias: "Hoy ya se ha superado el concepto obsoleto de hacer controles en el eslab¨®n final del consumo alimentario, el consumo, porque los problemas alimentarios siempre se han originado antes". A?adi¨® que un buen control requiere pol¨ªticas transversales: "En Catalu?a, las competencias est¨¢n repartidas entre cuatro departamentos: Medio Ambiente, Salud, Econom¨ªa y Agricultura". Para coordinar sus acciones, estos departamentos trabajan en la elaboraci¨®n del Plan de Seguridad Alimentaria 2007-2010. Seg¨²n Porta, para acabar con la presencia de estos compuestos es indispensable "el compromiso de la ciudadan¨ªa y un cambio de estilo de vida", ya que muchos de estos compuestos tienen su origen en procesos industriales ligados al modelo de sociedad actual. Y plantea: "Si hoy dej¨¢semos de consumir estas sustancias, en el 2037 conseguir¨ªamos reducir su presencia a la mitad".