Rice viene a Espa?a para cerrar tres a?os de desencuentros

Condoleezza Rice, la jefa de la diplomacia de EE UU, llega hoy a Madrid en una breve visita cuyo fin es consolidar la "normalizaci¨®n" de las relaciones hispano-estadounidenses, t¨¦rmino con el que los dos pa¨ªses resumen la imagen m¨¢s positiva de una historia que ha conocido m¨¢s bajos que altos desde que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero es presidente. Todo ha sido preparado para que no haya sorpresas, pero las diferencias sobre Cuba pueden cambiar lo previsto.

El rebrote de la pol¨¦mica sobre la visita del ministro de Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, a la isla, suscitado por unas declaraciones de Rice durante su vuelo a Europa, ha sido un suceso inesperado para la diplomacia espa?ola en el panorama de una visita extraordinariamente breve. La secretaria de Estado y el ministro conversar¨¢n, en principio, durante poco m¨¢s de hora y media, en una visita que se ha hecho esperar desde 2004. Rice ver¨¢ tambi¨¦n, m¨¢s brevemente, al Rey y a Zapatero. Pero La Moncloa y La Zarzuela subrayan que se trata de encuentros de cortes¨ªa a una dignataria extranjera que tiene como interlocutor natural al ministro de Exteriores.

En la agenda, destacan Am¨¦rica Latina -especialmente Cuba-, Oriente Pr¨®ximo, Afganist¨¢n, Rusia, el conflicto del S¨¢hara y, por supuesto, las cuestiones bilaterales. Ni Moratinos ni el embajador de EE UU en Espa?a, Eduardo Aguirre, dudan de que las relaciones entre Madrid y Washington est¨¢n "normalizadas" e incluso funcionan estupendamente, salvo por la anomal¨ªa de que Zapatero y George W. Bush no se han visto nunca, m¨¢s all¨¢ de saludarse en foros internacionales, ni tiene previsto reunirse bilateralmente.

Dado que es altamente improbable que Rice traiga bajo el brazo una invitaci¨®n en ese sentido, es de prever que las conversaciones se centren en los puntos de inter¨¦s com¨²n, en el modo de resolver las divergencias y de mejorar la cooperaci¨®n. Las dos partes se?alan ¨¢reas donde han cooperado satisfactoriamente. Incluso en Iberoam¨¦rica, hubo buen entendimiento en Per¨², en Ecuador y en Bolivia, durante las recientes crisis.

EE UU aprecia tambi¨¦n el esfuerzo espa?ol en Afganist¨¢n, aunque sigue pidiendo m¨¢s efectivos militares. La parte espa?ola entiende que Washington est¨¢ tambi¨¦n muy satisfecho con la aplicaci¨®n del Convenio de Defensa.

El campo m¨¢s brillante de las relaciones bilaterales es el econ¨®mico, donde el comercio bilateral ha tenido un desarrollo espectacular entre 2005 y 2006, que sit¨²a a Estados Unidos como el sexto cliente y el s¨¦ptimo proveedor de nuestro pa¨ªs, con un balance global de cerca de 20.000 millones de euros.

Todo ello parece indicar que pol¨ªtica y econom¨ªa no vayan siempre de la mano, porque lo cierto es que las relaciones entre los gobiernos han conseguido a duras penas mantener los niveles de normalidad que se han ido marcando. Comenzaron con grandes tensiones, cuando Zapatero anunci¨® la retirada de las tropas de Irak nada m¨¢s llegar al Gobierno, y Moratinos guarda todav¨ªa el recuerdo de la bronca que le propin¨® Rice en Washington cuando fue a explicar aquella decisi¨®n. La venta de aviones de Casa a Venezuela marc¨® otro momento cr¨ªtico.

Cuba ha sido el punto m¨¢s conflictivo desde entonces, en un panorama de fricciones que a veces han sido claramente provocadas desde Washington y otras, suscitadas por intervenciones personales de Zapatero. Destacan las declaraciones del presidente en T¨²nez, durante su primer a?o de mandato, cuando sugiri¨® que otros pa¨ªses har¨ªan bien en retirarse de Irak, imitando su ejemplo, y la displicencia con que se refiri¨® a Bush en la noche de las ¨²ltimas elecciones presidenciales, al tiempo que vaticinaba la victoria de su rival dem¨®crata, John Kerry. Zapatero tampoco se ha mordido la lengua a la hora de criticar excesos estadounidenses en materia de derechos humanos. El tema va a estar presente en esta visita, aunque s¨®lo sea porque Amnist¨ªa Internacional y otras ONG exigen que se hable de Guant¨¢namo y preparan manifestaciones.