Viejo lobo de mar
Ha transcurrido m¨¢s de medio siglo desde la primera exposici¨®n individual de Eduardo Sanz (Santander, 1928), lo que significa haber dedicado toda su ya larga existencia al arte, afortunadamente sin interrupciones, ni desvar¨ªos, aunque estos ¨²ltimos, de haberse producido, podr¨ªan haberse explicado en alguien que ha sobrevivido al fren¨¦tico vaiv¨¦n de modas y cambios, sobre todo, si, como es su caso, alcanz¨® cierto predicamento internacional a comienzos de la d¨¦cada de 1960. Estuvo por aquel entonces simult¨¢neamente relacionado Eduardo Sanz con las dos corrientes de la vanguardia emergente, las del op art y del pop art, a partir de las cuales fragu¨® una personal s¨ªntesis de su mundo, que siempre, de una u otra manera, ha estado relacionado con el mar. Y en eso sigue tambi¨¦n hoy, pero sin dejar de hacerlo a su aire, que es din¨¢mico, porque, una vez que consolid¨® su lenguaje, nunca se encerr¨® y lo encerr¨® en s¨ª y para s¨ª, sino que, gracias a su inveterada curiosidad, lo confront¨® con cuantas sucesivas propuestas se fueron produciendo en el panorama art¨ªstico internacional. En este sentido, desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, se centr¨® en la plasmaci¨®n fotorreal¨ªstica de la superficie marina, pero adentr¨¢ndose cada vez m¨¢s en la nervatura espumante de fragmentos acu¨¢ticos atisbados sin el marcapasos de ning¨²n litoral, convirtiendo sus animados flujos y reflujos en una caligraf¨ªa autosuficiente. En la presente exposici¨®n, son quiz¨¢ estos cuadros de puro tatuaje marino los que nos llaman m¨¢s poderosamente la atenci¨®n, porque su hiperrealismo deviene una asombrosa abstracci¨®n, una mezcla de la estructurada gestualidad de una pintura pura, donde se han borrado los l¨ªmites de lo expresivo y de lo mec¨¢nico. Es emocionante la vitalidad infatigable de este viejo lobo de mar de la pintura.
EDUARDO SANZ
Galer¨ªa Juan Gris
Villanueva, 22. Madrid
Hasta el 23 de junio
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