Inquisiciones acorraladas
FERNANDO SAVATER. El inquisidor no tolera la disidencia porque no puede vivir con la duda de los que no creen como ¨¦l. Una persona que vive verdaderamente su fe no tendr¨¢ inconveniente en vivir con personas que no creen.
JOS? MAR?A CASTILLO. Lo inquisitorial, lo fundamentalista. Anthony Giddens define el fundamentalismo como "tradici¨®n acorralada". Por eso en Estados Unidos o en pa¨ªses de tradici¨®n religiosa como Italia o Espa?a los movimientos fundamentalistas proliferan, y con agresividad.
F. S. En cuanto al terrorismo musulm¨¢n, su principal objetivo no es la guerra al infiel, sino mantener la intimidaci¨®n sobre los musulmanes. En esos pa¨ªses est¨¢n quienes m¨¢s objeciones har¨ªan contra el fundamentalismo si pudieran. Los que m¨¢s padecen ese fanatismo no somos nosotros, sino quienes viven all¨ª.
J. M. C. Y no olvidemos nunca que el poder religioso tiene una particularidad que no tiene otro, y es que toca en una intimidad de la persona donde nadie m¨¢s puede tocar.
F. S. La Inquisici¨®n inventa algo: antes se agarraba a alguien, se le quemaba, pero nadie pretend¨ªa entrar en ¨¦l. Eso empieza con la Inquisici¨®n y luego vienen todos los gulags.
J. M. C. Y hay otras violencias ¨ªntimas, que rompen, como la violencia que se puede ejercer por ejemplo en un confesionario.
F. S. Lo importante es crear instituciones que fomenten el derecho a las creencias personales y a la exteriorizaci¨®n p¨²blica, siempre a t¨ªtulo privado, de las creencias. Hay que crear una ense?anza laica, que prive a los fanatismos de sustancia, y unas instituciones que digan que la religi¨®n es un derecho de cada cual, pero no un deber de nadie, y sobre todo no de la sociedad. Uno no puede curar a todas las almas y a todos los fan¨¢ticos, pero s¨ª crear situaciones que bloqueen la posibilidad del fanatismo.
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