Marlaska archiva el caso del Yak y dice que Defensa no ten¨ªa que verificar nada

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska ha archivado el caso del accidente del Yak-42, en el que murieron 62 militares espa?oles, al no apreciar indicios de imprudencia por parte de los entonces responsables del Ministerio de Defensa. El sobreseimiento supone la conclusi¨®n del proceso a los tres a?os de su inicio, por un juez reci¨¦n incorporado que ha denegado la pr¨¢ctica de todas las pruebas que se le hab¨ªan pedido antes de declarar que la culpa fue de la falta de preparaci¨®n de los pilotos y que los funcionarios de Defensa no ten¨ªan que verificar que el avi¨®n estuviese en perfecto estado.

El archivo de la causa por imprudencia con resultado de muerte contra los responsables de Defensa no afecta, en principio, a las responsabilidades por las irregularidades cometidas en la entrega de los restos mortales de los militares a sus familias, sin que previamente se hubieran identificado los cad¨¢veres. Esta parte de la causa se sigue investigando. En el accidente murieron los 62 militares espa?oles y siete tripulantes.

El juez insiste en la idea de que los funcionarios de Defensa, ministerio entonces dirigido por Federico Trillo-Figueroa, del PP, no ten¨ªan "ninguna obligaci¨®n concreta" de verificar que la aeronave se encontrara en perfecto estado de mantenimiento, adem¨¢s de que "ninguna anomal¨ªa en esos t¨¦rminos ha quedado acreditada". Tampoco correspond¨ªa a ning¨²n funcionario de Defensa, seg¨²n Grande-Marlaska, "comprobar previamente que la tripulaci¨®n gozaba de las necesarias licencias", y menos "que recib¨ªan los necesarios cursos de formaci¨®n y que se cumplieran los necesarios horarios de descanso".

Estas obligaciones, seg¨²n el juez, correspond¨ªan a la empresa contratista, pero deb¨ªan realizarse con anterioridad, y no "como conclusi¨®n al siniestro mismo".

Para el juez, las causas del siniestro en las cercan¨ªas del aeropuerto de Trabz¨®n (Turqu¨ªa), el 26 de mayo de 2003, no fueron las circunstancias relativas al estado y mantenimiento de la aeronave, sino la falta de preparaci¨®n de la tripulaci¨®n, as¨ª como las condiciones de cansancio y estr¨¦s consecuencia de las primeras maniobras frustradas de acercamiento. Grande-Marlaska se aferra al informe pericial de 29 de julio de 2005 de la Comisi¨®n Internacional de Investigaci¨®n, del que, seg¨²n el juez, se desprende que el siniestro fue causado por una concreta conjunci¨®n de circunstancias, "imputables todas ellas a la gesti¨®n de la empresa UM AIR, quien explotaba la actividad del Yak-42 siniestrado"

En concreto, refiere que los pilotos no hab¨ªan recibido entrenamientos adecuados en relaci¨®n con el curso de CRM (control de gesti¨®n de cabina), as¨ª como el curso de CFIT para Yak-42D. Tampoco consta que ninguno hubiera aterrizado antes en el aeropuerto de Trabz¨®n, caracterizado por una orograf¨ªa monta?osa. Adem¨¢s, la fatiga, consecuencia de las horas y circunstancias de los vuelos, determinaron el que se valorara inadecuadamente la realidad.

Por el contrario, el juez destaca que el avi¨®n se encontraba "en perfectas condiciones t¨¦cnicas", hab¨ªa pasado "todos los controles de mantenimiento y era apto para volar", independientemente de que no funcionara el CVR (control de voz en cabina) desde hac¨ªa 45 d¨ªas, aunque s¨ª el FDR (aparato registrador de los datos de vuelo). Agrega Grande-Marlaska que "aun cuando no eran fiables los marcadores del combustible", ¨¦ste era suficiente, incluso para dirigirse al aeropuerto se?alado como alternativo.

"Cuesti¨®n distinta ser¨ªa la de valorar la pertinencia o no de haber establecido mayores elementos de control por parte de las autoridades espa?olas", si bien a?ade que esas circunstancias conllevar¨ªan responsabilidades de ¨ªndole distinta a la penal.

El juez concluye denegando la pr¨¢ctica de las diligencias de instrucci¨®n complementarias que hab¨ªan solicitado los familiares de los militares fallecidos antes de ordenar el sobreseimiento.