Alineados, pero no alienados
En la lectura de los resultados electorales del pasado domingo han primado dos l¨®gicas diferentes, cuya utilizaci¨®n depend¨ªa de si se observaban los referidos al conjunto de Espa?a o los producidos en Euskadi. En el primer caso, el an¨¢lisis a largo plazo de los resultados ha llevado a emplear todo tipo de argumentos, desde la distribuci¨®n de votos y su concentraci¨®n territorial, hasta la relaci¨®n hist¨®rica entre elecciones municipales y generales. La bater¨ªa de argumentos utilizada, sin embargo, poco ten¨ªa que ver con una mayor profundidad en el an¨¢lisis. Es el car¨¢cter de primarias que muchos han otorgado a estas elecciones locales, con la vista puesta en las generales del pr¨®ximo a?o, el que invit¨® desde el primer momento a extrapolar los resultados e intentar calibrar la relaci¨®n de fuerzas entre Zapatero y Rajoy. Como casi siempre, unos y otros han encontrado argumentos para seguir defendiendo sus posiciones de partida, de modo que lo que ha quedado claro es que seguiremos en campa?a electoral hasta que, por fin, se celebren las generales.
S¨®lo Batasuna contin¨²a a salvo de la cr¨ªtica de sus votantes, que m¨¢s parecen feligreses que ciudadanos
En el caso vasco, sin embargo, la mirada se ha dirigido de manera m¨¢s concreta al reparto del poder municipal y foral. Ha sido una lectura inmediata que, r¨¢pidamente, ha colocado sobre la mesa la cuesti¨®n de los pactos para el gobierno de las instituciones que se somet¨ªan a elecci¨®n este domingo. Con la atenci¨®n puesta en el n¨²mero de concejales y junteros obtenidos por cada partido, y en el margen de maniobra que gana o pierde en la pol¨ªtica de pactos, poco m¨¢s se ha indagado en el mensaje de los electores. No es que el reparto de representantes, objeto ¨²ltimo de las elecciones, no sea importante. Pero los votos, en cuanto expresi¨®n ciudadana, no deber¨ªan agotarse en el simple recuento de la jornada electoral.
La lectura inmediata nos ha dejado unos cuantos titulares: el ascenso del PSE; el retroceso del PP y, sobre todo, del PNV; el descalabro de EA; y los pocos r¨¦ditos de la coalici¨®n EB-Aralar. La abstenci¨®n, que durante la jornada electoral mereci¨® alg¨²n titular, acab¨® engullida en el baile de los votos v¨¢lidos. Y el hecho es que la participaci¨®n ha descendido en nueve puntos desde las ¨²ltimas elecciones municipales y forales, hasta pasar a ser la segunda abstenci¨®n m¨¢s alta en este tipo de convocatoria electoral en el Pa¨ªs Vasco. En total, son alrededor de 185.000 votos que se han esfumado desde las anteriores. Estos saltos de participaci¨®n son importantes, porque casi nunca afectan de igual manera a cada uno de los partidos y, por tanto, son responsables de muchas de las sorpresas que acaban produci¨¦ndose en los resultados finales.
El extraordinario resultado obtenido por el PSE-EE que, por ce?irnos a una magnitud f¨¢cilmente comparable, cosecha el mayor n¨²mero de junteros de toda su historia (44 frente al m¨¢ximo de 39 que obtuvo en 1983) se debe a que la abstenci¨®n no se ha dejado notar en su electorado. Obtiene pr¨¢cticamente los mismos votos que en 2003, pero el aumento de la abstenci¨®n -concentrada en el resto de partidos-, le otorga un ascenso de nueve junteros en el total del Pa¨ªs Vasco. En un contexto de fuerte subida de la abstenci¨®n, la pregunta es c¨®mo logra el partido socialista mantener intacto a su electorado. Adem¨¢s del plus de movilizaci¨®n que pod¨ªa suponer para sus votantes el car¨¢cter de primarias que se conced¨ªa a esta elecci¨®n, parece claro que sus resultados expresan el aval de su electorado a la direcci¨®n pol¨ªtica de la actual ejecutiva del PSE-EE y, tambi¨¦n, a las decisiones del presidente Zapatero en relaci¨®n a Euskadi.
Todo lo contrario le ocurre al PP. En su caso, pod¨ªa darse el mismo plus de movilizaci¨®n ante a las generales del a?o que viene y, sin embargo, pierde 65.000 votantes desde las anteriores. En t¨¦rminos de representaci¨®n en Juntas Generales esto se expresa en una p¨¦rdida limitada de nueve junteros, y en votos contantes y sonantes supone el abandono de una cuarta parte de sus votantes en el Pa¨ªs Vasco, que muy probablemente reflejan su descontento con la posici¨®n del PP en la pol¨ªtica espa?ola respecto de Euskadi. Si no le han votado en las primarias, Rajoy puede despedirse de esos votos de cara a las generales si no modifica su posici¨®n, que, por lo dem¨¢s, tampoco le da tantos r¨¦ditos en Espa?a como seguramente esperaba.
El PNV tambi¨¦n recoge el fruto amargo de la abstenci¨®n. La no reedici¨®n de la coalici¨®n electoral con EA hace m¨¢s dif¨ªcil precisar el n¨²mero de votos que pierde desde las anteriores locales y municipales, pero si contabilizamos juntos sus votos, en el camino se pierden nada menos que 120.000. Cierto que proporcionalmente pierde menos que el PP, pero en t¨¦rminos de representaci¨®n esa bajada ha supuesto un castigo mayor, tanto por la no reedici¨®n de la coalici¨®n como por el hecho de que ello ha significado perder la primac¨ªa all¨ª donde era exigua. Que la abstenci¨®n afecte a PNV y EA precisamente en elecciones locales y forales, una de sus arenas favoritas, es especialmente sintom¨¢tico. Parece que esta ha sido la ocasi¨®n escogida por una parte del electorado de ambos partidos para pasar algunas cuentas pendientes. El "regusto amargo" se est¨¢ reduciendo a la pugna Imaz-Egibar, pero muy probablemente se mezclan cuestiones diversas (desde la sombra de la corrupci¨®n hasta los procesos de selecci¨®n de algunos candidatos), que por otro lado situar¨ªan el efecto electoral de la pugna interna en unos par¨¢metros m¨¢s modestos -aunque sean importantes- que los que algunos le conceden, tanto desde dentro como desde fuera del partido.
Por ¨²ltimo, el estreno de la coalici¨®n EB-Aralar aunque obtiene beneficios modestos en t¨¦rminos de representaci¨®n, y limitados a Guip¨²zcoa, en realidad tambi¨¦n pierde voto y no ha logrado el empuj¨®n electoral que esperaba. La otra cara de la moneda la representa ANV que, como depositaria del voto de Batasuna, no solo ha mantenido compacto su suelo electoral sino que ha aumentado su apoyo (hasta 30.000 votos, contabilizando las papeletas anuladas) si lo comparamos con el obtenido por la plataforma anulada AuB que se present¨® en 2003.
En definitiva, la nota caracter¨ªstica de estas elecciones no es tanto que se hayan producido trasvases de voto, como que se ha producido un castigo electoral en forma de abstenciones parciales. A unos partidos m¨¢s que a otros, en unos lugares m¨¢s que en otros. La abstenci¨®n, no como un ejercicio pasivo, sino como una llamada activa de la ciudadan¨ªa, y con la exigencia de un ejercicio de humildad por parte de las direcciones de los partidos, demasiado acostumbrados a acudir a las elecciones pidiendo un acto de fe a sus votantes. Y, luego, si te he visto, no me acuerdo. Probablemente, las elecciones locales han supuesto el mejor escenario para que este fen¨®meno, soterrado, empezase a tomar cuerpo. No hablamos del elector vol¨¢til, sino del elector consciente. Alineado, pero no alienado. Incluso el PSE-EE, que ha salido refrendado por su electorado en estas elecciones, no puede dejar pasar de largo casos como el de Santurtzi. Qu¨¦ decir del PNV. O del PP, de EA, etc. Una parte creciente del electorado no est¨¢ dispuesta a seguir ritualizando su comportamiento electoral.
"Esta vez no les voto" es una frase que hemos o¨ªdo, que hemos dicho, muchas veces. Pero al final, cuando llega la jornada electoral, una especie de impulso cuasi-religioso acaba llevando a las urnas a la mayor parte de ese voto remiso. Despu¨¦s del pasado domingo, muchos pueden decir "esta vez no les vot¨¦". Por eso creo que los partidos deber¨ªan tomar buena nota de los resultados de estas elecciones. Solo un espacio pol¨ªtico sigue escapando a esta l¨®gica ciudadana. Despu¨¦s de los bandazos y mensajes contradictorios en torno al proceso de paz, despu¨¦s de la campa?a de acoso que en su nombre se ha desarrollado en estas elecciones, Batasuna contin¨²a a salvo de la cr¨ªtica de sus votantes, que m¨¢s parecen feligreses que ciudadanos. ?Hasta cu¨¢ndo?
Alfredo Retortillo es profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la UPV-EHU.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.