Reconstrucci¨®n a la vista

"Abierto por obras". Con este llamativo cartel se invita a los viajeros en Vitoria a visitar las obras de restauraci¨®n de su catedral g¨®tica.

Las piedras hablan, desvelan los caprichos de sus art¨ªfices y dejan entrever los secretos que esconden. As¨ª lo hace Santa Mar¨ªa de Vitoria. La catedral, sometida a un novedoso proceso de reconstrucci¨®n a los ojos del p¨²blico, se ha convertido en la musa de afamados escritores. Paulo Coelho relata en El Zahir su visita al templo, reproduciendo su atm¨®sfera de misterio. Ken Follett recupera sus intrigas de amor, codicia y venganza para escribir la segunda parte de Los pilares de la tierra. Y para octubre promete el lanzamiento en Vitoria de World without end (Mundo sin fin), ubicada en la Inglaterra del siglo XIV, en plena pandemia de la peste negra, tomando como inspiraci¨®n el proceso de deterioro y recuperaci¨®n de la catedral vieja alavesa.

Un escenario de novela que cada visitante puede hacer suyo al recorrer las entra?as de esta iglesia, dentro del programa Abierto por obras, y comprender c¨®mo se construye una catedral g¨®tica. Primero templo fortaleza, Santa Mar¨ªa formaba parte del sistema defensivo de la ciudad despu¨¦s de su conquista por el rey Alfonso VII de Castilla, en el siglo XIII.

Luego, su apariencia fue modificada para adquirir el aspecto g¨®tico que hoy presenta, ocultando con finas l¨¢minas de piedra labrada sus recios muros de mamposter¨ªa y construyendo la torre, el coro y numerosas capillas.

Las impresionantes grietas de las paredes y la deformaci¨®n de los pilares muestran las consecuencias que trajo la sustituci¨®n de las antiguas b¨®vedas de madera por piedra. Pronto aparecer¨ªan los problemas, y desde el siglo XVII, la obra amenaza ruina. En unas ocasiones se construyen contrafuertes para soportar el peso, en otras se eliminan pilares y arcos para devolverle su estilizada apariencia. Finalmente, el edificio se escora y, en 1994, la Diputaci¨®n decide cerrarlo y restaurarlo para dotarlo de una estructura y cimientos s¨®lidos.

Todo esto cuentan las piedras de Santa Mar¨ªa, y tambi¨¦n proporcionan a los ni?os y no tan ni?os la sensaci¨®n de vivir una aventura al transitar, provistos de cascos, por los pasadizos medievales, el paso de ronda y las pasarelas suspendidas en el aire, y asombrarse ante la panor¨¢mica que ofrece la nave central. O subir al andamio que pr¨¢cticamente permite tocar el p¨®rtico.

En el exterior aguardan las visitas guiadas por los restos de la muralla del siglo XI que rodeaba la peque?a villa de Gasteiz antes de que Sancho el Sabio de Navarra fundara Vitoria. Unas rampas conducen por un paseo ajardinado frente a los antiguos torreones y las excavaciones que han descubierto los restos del antiguo matadero y el mercado.

El casco antiguo de la capital alavesa guarda m¨¢s de una sorpresa para los ni?os, casi todas gratuitas. En el palacio de Benda?a se ubica el curioso Museo Fournier de Naipes, con una colecci¨®n de barajas de todo el mundo, que el primer s¨¢bado de mes se ameniza con visitas teatralizadas. El Centro Cultural Montehermoso, adem¨¢s de estar ubicado en un caser¨®n del siglo XVI, ofrece encuentros para descubrir el arte, siempre relacionados con la tem¨¢tica de sus exposiciones permanentes. Fuera de la almendra medieval vitoriana, la joya es el Artium, Museo Vasco de Arte Contempor¨¢neo.

Al aire libre, la ciudad propone durante los meses de verano un tren tur¨ªstico para visitar el centro urbano, mostrando sus numerosos palacios, en los que m¨¢s de uno imaginar¨¢ encuentros con princesas y dragones.