Cuesti¨®n de suelas
Loris Stefani es ch¨®fer. Se pasa el d¨ªa conduciendo entre el aeropuerto de Venecia y los pueblos de la provincia de Treviso, en el noreste de Italia. Pero tiene muy claro qu¨¦ le gusta hacer en su tiempo libre: lo primero, quitarse los zapatos. "Caminar descalzo en medio de la hierba, o en la arena. No hay nada m¨¢s relajante. Sientes que el cuerpo est¨¢ en armon¨ªa con la naturaleza. Es otra manera de respirar". Loris ama pasear, exactamente igual que otro ciudadano de Montebelluna, su pueblo. Sin embargo, hay una diferencia: para ¨¦l es s¨®lo una afici¨®n. El productor de vinos Mario Moretti Polegato, en cambio, ha convertido esa pasi¨®n en un negocio millonario.
As¨ª naci¨® Geox, hace 12 a?os. La firma de los "zapatos que respiran" surgi¨® de una caminata por las Monta?as Rocosas, en el Estado norteamericano de Nevada. "No entend¨ªa por qu¨¦ mis pies ten¨ªan que sufrir a cada paso. Hasta que un d¨ªa me dije basta. Quer¨ªa disfrutar de esa excursi¨®n, cog¨ª una navaja suiza y agujere¨¦ la suela de mis zapatillas deportivas. Entonces me di cuenta de que caminar pod¨ªa ser incluso un alivio. S¨®lo hab¨ªa un problema. Cuando llov¨ªa entraba agua. As¨ª que empec¨¦ a darle vueltas al asunto", explica Moretti Polegato. Geox es hoy la primera empresa productora de calzado cl¨¢sico e informal en Italia, con 612 millones de euros en beneficios, y cuenta con m¨¢s de 500 tiendas y unos 10.000 puntos de ventas repartidos por el mundo. En Espa?a ha crecido el 500% desde 2001 y el a?o pasado vendi¨® dos millones de pares de zapatos para mujeres, hombres y ni?os. Todo gracias a una corazonada a la que hab¨ªa que a?adir otro invento: la membrana transpirante.
En los laboratorios de Geox, a menos de 15 kil¨®metros de las factor¨ªas de Benetton, todos buscan el secreto de la membrana perfecta
Y es que en los laboratorios de la firma, situados a menos de 15 kil¨®metros de la factor¨ªa de Luciano Benetton, todo el mundo est¨¢ volcado en la b¨²squeda de la membrana perfecta. Los cerca de 700 trabajadores de la sede central no producen zapatos en cadena. Dise?an, cortan, manipulan y experimentan con nuevos materiales, terminan con mucho mimo unos 200 prototipos al d¨ªa. Roberto Cavallini corta las pieles, Mauro Toffanin supervisa el proceso de perforaci¨®n de las suelas, algunos j¨®venes observan pensativos las pantallas de sus ordenadores antes de aportar algunas modificaciones a un nuevo modelo? Mientras tanto, un equipo de ingenieros intenta mejorar las prestaciones de los zapatos como si de neum¨¢ticos de f¨®rmula 1 se tratara.
Rodeados de curiosos aparatos y m¨¢quinas antropomorfas, una decena de expertos comprueban que todo funcione. Dos robustas piernas mec¨¢nicas someten a los prototipos a la m¨¢s severa prueba de resistencia: un paseo de 200 kil¨®metros cada d¨ªa, durante una semana; una especie de incubadora humedece los zapatos para testar su grado de impermeabilidad, y un peque?o radiador ubicado en el interior de un modelo simula el estado del pie cuando est¨¢ bajo esfuerzo, para comprobar el umbral de transpiraci¨®n de la suela. "La membrana funciona", apostilla Cristian Marcon despu¨¦s de acercar un pa?uelo blanco a la punta del zapato. "El vapor ha salido y ha empapado el pa?uelo", explica.
Moretti Polegato empez¨® a estudiar el comportamiento de los materiales transpirantes en 1993. Solicit¨® cr¨¦ditos a algunos bancos, pese a ser de familia acaudalada, y pidi¨® ayuda a investigadores de las universidades de Mil¨¢n, M¨²nich y Oslo, donde existe un centro especializado en el movimiento del calor en el cuerpo humano. As¨ª fabric¨® su primera membrana. Una capa de fibras sint¨¦ticas muy sutil atravesada por millones de min¨²sculos agujeros mucho m¨¢s peque?os que las gotas de agua. ?D¨®nde est¨¢ el truco? ?C¨®mo puede la membrana expulsar el vapor e impedir al agua entrar? Cuesti¨®n de tama?os. "El vapor que mana de los pies y las manos es 700 veces m¨¢s peque?o que las normales gotas de l¨ªquido", apunta Alessandro Sacilotto, responsable de los laboratorios.
"Fui el primero en conseguirlo en el mundo", asegura orgulloso el presidente de Geox, quien tambi¨¦n presume p¨²blicamente de ocupar la quinta posici¨®n en el ranking de los empresarios m¨¢s ricos de Italia (en el sector de la moda s¨®lo le gana Giorgio Armani). "Este a?o he superado a Luciano Benetton", confiesa satisfecho. Geox aplica ahora esta tecnolog¨ªa a sus primeras l¨ªneas de ropa pensadas para el ocio y el tiempo libre. Camisetas, chaquetas, cazadoras, sudaderas? Todas con membrana, por supuesto. Aunque, esta vez, ubicadas encima de los hombros.
?Fue de verdad el primero? Al menos en Montebelluna, donde Polegato posee Villa Sandi, una mansi¨®n del XVII, no parece importar la pregunta. Todos dir¨¢n que s¨ª. Y es que los colegios de este pueblo, en el que viven unas 30.000 personas que casi no conocen el paro, los ni?os estudian la historia de Geox como si se tratara de la Revoluci¨®n Francesa. Primero aprenden que "una idea vale m¨¢s que una f¨¢brica", el sencillo lema que el presidente repite hasta la saciedad. Despu¨¦s, que para triunfar hay que saber protegerse. Lo que, traducido en el mercado, significa registrar productos e inventos ante las sociedades de derechos de autor de medio mundo. Como la idea del zapato que respira. "Intent¨¦ venderla a las principales empresas italianas, alemanas, americanas y espa?olas. Adidas, Puma, Nike, Kelme?", cuenta Moretti Polegato. "No creyeron en m¨ª, as¨ª que registr¨¦ mis patentes en m¨¢s de cien pa¨ªses. Incluso en China. Muchas empresas inventan una tecnolog¨ªa, pero no la registran. Es un error", zanja el inventor de Geox.
Es suficiente, sin embargo, dar un paseo por la cercana Treviso para comprobar que las mujeres parecen elegir los tacones de aguja, que Geox no contempla entre sus modelos, mientras que muchos j¨®venes lucen zapatillas de marcas anglosajonas. ?No les preocupa la imagen, el dise?o? "Todo lo contrario", se defienden en los laboratorios. "Las l¨ªneas han cambiado much¨ªsimo desde los primeros modelos. Eran m¨¢s fe¨²chos, muy serios. Ahora hay de todo", apuntan al un¨ªsono dos j¨®venes ocupadas en coser una tela de color verde.
Y Moretti Polegato concluye: "Aqu¨ª tenemos la oportunidad de utilizar todos los recursos de la moda italiana. Y tengo una obsesi¨®n, integrar moda y tecnolog¨ªa en una franja de precios medio-alta, para toda la familia. As¨ª, millones de personas pueden acceder al mundo de Geox". Una firma que mezcla ya en su propio nombre el concepto de tierra (geo) y sugiere la idea de innovaci¨®n tecnol¨®gica (representada por la letra x). Porque, como recuerda el ch¨®fer Loris Stefani, lo m¨¢s importante es sentir los pies en contacto con la tierra. "Si no puedes caminar en una playa, esto es lo m¨¢s parecido a la libertad", comenta mientras observa un campo labrado. Aunque s¨®lo se trate de libertad de los pies. "Yo me conformo".
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