El acertijo de Uribe
El presidente colombiano, ?lvaro Uribe, ha planteado a su pa¨ªs un acertijo. El mandatario asegura que el pr¨®ximo d¨ªa 7 o a partir de ese d¨ªa, y por "razones de Estado" que ya revelar¨¢, pondr¨¢ en libertad a unos cientos de guerrilleros de las FARC, a cambio de que se comprometan a abandonar las armas. Con ello, dice pretender que la tropa insurrecta corresponda liberando a 56 rehenes, entre los que se hallan tres ciudadanos norteamericanos y la ex candidata a la presidencia, Ingrid Betancourt. ?sta, cautiva desde hace cinco a?os, es tambi¨¦n ciudadana francesa, y por ello objeto de deseo para el presidente Nicolas Sarkozy, que, reci¨¦n instalado, se apuntar¨ªa con su liberaci¨®n un bello tanto all¨ª donde fracasaron tentativas anteriores bajo la presidencia de Jacques Chirac.
Las autoridades colombianas est¨¢n ya concentrando a cientos de presos de las FARC en una prisi¨®n de Chiquinquir¨¢, al norte de Bogot¨¢, y no parece que el presidente piense cejar en sus planes, pese a que la guerrilla calificaba ayer la oferta de "farsa demag¨®gica". La guerrilla, que ya hizo caso omiso a una oferta similar en diciembre de 2004, saldada con la liberaci¨®n sin contrapartida de 23 guerrilleros, acusa a Uribe de levantar una cortina de humo sobre el incendio que asola su presidencia: el reciente encarcelamiento de varias docenas de representantes del Estado, entre ellos dos ex gobernadores y 13 diputados, todos ellos uribistas, acusados de estar al servicio de los paramilitares. Y las FARC a?aden que la liberaci¨®n de sus presos es, adem¨¢s, una pantalla, tras la cual exonerar tambi¨¦n a los presuntos c¨®mplices de los paras.
El gran ¨¦xito reconocido de Uribe ha sido la desmovilizaci¨®n en su primer mandato de unos 30.000 paramilitares, que se hallan internados a la espera de su reintegraci¨®n a la sociedad, sin que en la mayor¨ªa de los casos parezca que vayan a sufrir penas significativas de c¨¢rcel, no obstante la larga lista de cr¨ªmenes atroces de los que muchos de ellos son responsables.
Habr¨¢ que esperar al d¨ªa 7 a ver qu¨¦ dice y hace el presidente, porque a nadie hay que negar el beneficio de la duda, y menos a¨²n, el de inventario; pero har¨¢ falta que se explique muy convincentemente para que no parezca todo una simple estratagema para tiempo nublado. Pero nada de todo ello exculpa a las FARC del infamante cautiverio que sufren sus rehenes, y por negarse a un canje que ser¨ªa, por dem¨¢s, humanitario.
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