El hombre del sue?o roto

A Rafael Simancas Simancas estos ¨²ltimos cuatro a?os le han cambiado la vida. Entonces, hace exactamente 1.460 d¨ªas, se relam¨ªa ufano ante la posibilidad real de convertirse en presidente de la Comunidad de Madrid. Lo ten¨ªa todo a favor: hab¨ªa pacificado la Federaci¨®n Socialista de Madrid (FSM), tradicionalmente beligerante; hab¨ªa conseguido los votos suficientes para gobernar, con el apoyo de IU. Soporte que tambi¨¦n se hab¨ªa asegurado. Tras proclamarse como el futuro presidente ante los medios, ¨¢mbito que conoce tras su paso en sus inicios por la revista Temas para el Debate, se hab¨ªa embadurnado de una ligera capa de carisma, ingrediente que siempre se le hab¨ªa echado en falta. Lo ten¨ªa todo. Algo extraordinario para un hijo de inmigrantes cordobeses, nacido en Alemania (Kehl, cerca de Estrasburgo), donde permaneci¨® hasta los siete a?os, y criado en un barrio obrero de Legan¨¦s.

Pero el 12 de junio de 2003 se esfum¨® su sue?o. Y le cambi¨® la vida. Un detalle en el que ha pensado casi todos los d¨ªas de estos ¨²ltimos cuatro a?os. Los diputados regionales Eduardo Tamayo y Mar¨ªa Teresa S¨¢ez decidieron ausentarse el d¨ªa de su nombramiento oficial. ?stos se convirtieron en tr¨¢nsfugas y Simancas en un hombre abatido. Un vac¨ªo silencioso lo acompa?a desde entonces. Precisamente desde entonces, todo fueron enmiendas: repetir las elecciones en octubre de 2003, bucear entre documentos con los datos de los municipios madrile?os, conciliar los intereses de Ferraz y del PSM... Otra campa?a electoral... La sensaci¨®n de estar viendo la misma pel¨ªcula, pero con un final distinto, para aquel hijo de un panadero afincado en Legan¨¦s.

Un 12 de junio de 2003

Simancas no pudo contener las l¨¢grimas aquel fat¨ªdico 12 de junio. Las mismas que casi afloran de sus ojos el pasado 27 de mayo, tras conocer el resultado de las elecciones regionales (seis puntos menos que en 2003) y comprobar la "derrota severa", como ¨¦l la ha calificado, de su partido. Simancas crey¨® en una segunda oportunidad. Pero los resultados electorales han terminado por alejarlo del sue?o que albergaba en noviembre de 2000, cuando lleg¨® a la secretar¨ªa general de los socialistas madrile?os.

Simancas, de 41 a?os, honesto, trabajador y responsable, no lo dud¨® y mascull¨® en su interior c¨®mo asumir la derrota. Quiso dimitir. Pero tambi¨¦n es obediente: Zapatero le encarg¨® tripular el PSM para hacer "un cambio tranquilo". Ahora tendr¨ªa que porfiar de nuevo por conciliar a las familias socialistas, las inquietudes pol¨ªticas que pululan en el partido y que se han despertado la ¨²ltima semana. El mismo trabajo oscuro y que le llev¨® desde el ¨¢rea de formaci¨®n del PSOE hasta la candidatura por la presidencia de Madrid tras ocho a?os como edil en el Ayuntamiento del. Simancas, el Pacificador, sujet¨® con firmeza las riendas del partido. Guerrista y acostista, ha preferido acomodar sensibilidades. Al final se ahorrar¨¢ todo ese trabajo. A las 12.50 de ayer, dej¨® de ser secretario general.