Bienvenido Sr. POTA
Desde que el Plan de Ordenaci¨®n del Territorio de Andaluc¨ªa, m¨¢s conocido como "el POTA", en su tr¨¢mite parlamentario -que en este caso no fue un mero tr¨¢mite- incorporara los famosos criterios de crecimiento m¨¢ximo, el 30% de poblaci¨®n y 40% del suelo en 8 a?os, muchas han sido las voces de promotores y alcaldes que se han alzado contra el mismo, justo los agentes que han propiciado lo que Fern¨¢ndez Dur¨¢n ha llamado con gran acierto el "tsunami urbanizador espa?ol".
Todas estas voces han sido contestadas con firmeza desde la m¨¢xima autoridad de la Comunidad aut¨®noma. Sin ir m¨¢s lejos, en d¨ªas pasados, Chaves record¨® algo que es obvio: el urbanismo no es competencia de los promotores.
Pod¨ªa haber a?adido al recordatorio que la ordenaci¨®n del territorio es una competencia que la Constituci¨®n confiere a la comunidad aut¨®noma, algo que en el ¨¢rea metropolitana de Sevilla se ha olvidado. Debido quiz¨¢s a que la Junta de Andaluc¨ªa nunca encontr¨® el momento para ejercer dicha competencia en esta comarca.
En el a?o 1983, cuando se estaba fraguando el boom inmobiliario previo a los fastos del 92, en el inicio del mayor crecimiento en la historia, que supondr¨ªa a la postre un territorio radicalmente distinto al que era hasta ese momento, la Junta se plante¨® la necesidad de establecer para la zona directrices de planeamiento. Esa necesidad no debi¨® verse con mucha urgencia, ya que tard¨® 11 a?os en hacer otro movimiento. Fue en 1994 cuando acord¨® la formulaci¨®n de un Plan de Ordenaci¨®n del Territorio de la Aglomeraci¨®n Urbana de Sevilla (POTAUS), pero nunca vio la luz. Ahora de nuevo y sin que medie explicaci¨®n alguna del anterior incumplimiento, vuelve a formularse la necesidad del POTAUS, ampliando su radio de acci¨®n de 22 a 46 municipios.
Es decir, desde la primera intenci¨®n de ejercer la competencia de ordenaci¨®n del territorio en el ¨¢rea metropolitana de Sevilla hasta hoy han transcurrido 24 a?os, periodo en el que la comarca ha sufrido profundos cambios.
La poblaci¨®n residente en el conjunto de los 22 municipios de la primera corona metropolitana creci¨® un 54%, mientras que la ciudad central s¨®lo lleg¨® al 7%. Crecimiento que ha sido especialmente intenso en los municipios del Aljarafe donde encontramos pueblos como Castilleja de Guzm¨¢n, que ha multiplicado por 11 sus habitantes; Espartinas que ha cuadriplicado su poblaci¨®n; Bormujos, Palomares y Almensilla la triplicaron; Valencina, Gelves, Tomares, Gines y Mairena la duplicaron, municipio ¨¦ste ¨²ltimo que ya hab¨ªa triplicado la poblaci¨®n en la d¨¦cada anterior.
Por su parte, el suelo urbanizado ha crecido de forma exponencial ocup¨¢ndose con trozos de ciudad dispersa. Crecimiento que ha sido especialmente intenso en los ¨²ltimos a?os, como pone de manifiesto la proliferaci¨®n de convenios urban¨ªsticos en los que quedan reflejados los intereses de promotoras inmobiliarias y alcaldes ¨¢vidos por llenar las arcas municipales con fondos que financien sus proyectos de "panes et circenses" y lavado de cara del pueblo, sobre todo en las cercan¨ªas de elecciones municipales.
El resultado final de este proceso lo refleja fielmente el informe 2007 del Worldwatch Institute, que denuncia la decidida contribuci¨®n al cambio clim¨¢tico y a la insostenibilidad energ¨¦tica del modelo urban¨ªstico espa?ol, del que el ?rea Metropolitana de Sevilla es un fiel reflejo.
Si esta denuncia no nos parece suficiente, nuestros sentidos pueden comprobar de cerca la destrucci¨®n que est¨¢ suponiendo este modelo para el patrimonio cultural, arqueol¨®gico y paisaj¨ªstico. A ello habr¨ªamos de sumar el continuo padecimiento en nuestras carnes de la necesidad de largas estancias en coche para cortos desplazamientos sin que podamos recurrir a una alternativa de transporte p¨²blico medianamente eficiente.
Todo este proceso urban¨ªstico expansivo y acelerado nos ha dejado en una situaci¨®n cr¨ªtica, situaci¨®n que sin duda merece que paremos a reflexionar en aras de un futuro m¨¢s ordenado, buscando soluciones, aquellas que est¨¦n a tiempo de llegar: para la movilidad, el transporte p¨²blico, la necesidad de viviendas, la conservaci¨®n del patrimonio en todas sus vertientes, el desarrollo econ¨®mico, el bienestar de los habitantes... pero soluciones de verdad, no un discurso vac¨ªo que hace un uso espurio de la "sostenibilidad" y la "ecolog¨ªa" con fines electoralistas y que pretende ocultar o justificar cualquier desm¨¢n en el ¨¢mbito urban¨ªstico.
El POTA ha llegado en el preciso instante en el que los planes urban¨ªsticos de muchos municipios pretend¨ªan crecimientos del n¨²mero de viviendas construidas que dejar¨ªan a los crecimientos anteriores en la categor¨ªa de an¨¦cdotas, crecimientos no se sabe muy bien para qui¨¦n. Bloques de pisos que apenas ocupa la mitad de sus viviendas y al poco de ser entregados llenan sus balcones con carteles de "se vende".
En cualquier caso el tan denostado POTA permite crecimientos que, si se apuran hasta sus extremos, dentro de 24 a?os -intervalo de tiempo igual al transcurrido desde el inicio del boom- nos llevar¨ªa a 54.000 hect¨¢reas urbanizadas frente a las 20.000 actuales, casi tres veces m¨¢s. En lo que respecta al n¨²mero de viviendas se podr¨ªan construir para pasar de los 1.170.000 habitantes actuales a 2.570.000, algo m¨¢s del doble. Cifras estas que proyectan una situaci¨®n que supera con creces lo ocurrido anteriormente.
A¨²n as¨ª se quejan unos y otros; ello nos da una idea de la barbaridad que planeaban. Por nuestra parte, los ciudadanos que estamos por una comarca habitable decimos Bienvenido Sr. POTA.
Luis Andr¨¦s Zambrana es presidente de Aljarafe Habitable
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.