El festival m¨¢s errante
El Festimad recala en el en¨¦simo recinto, con 30.000 entradas vendidas y un programa en el que s¨®lo brilla Pearl Jam
El Festimad fue una vez uno de los grandes festivales de rock de Espa?a, capaz de convocar a bandas punteras como Rammstein y Rage against the machine, y que pod¨ªa medirse de t¨² a t¨² con el Festival de Benic¨¤ssim, su hermano mellizo. Pero desde hace un par de a?os languidece con un cartel reducido a tan s¨®lo una decena de artistas, y vaga de un recinto a otro por el sur de Madrid en busca de la gloria que disfrut¨® en el parque del Soto de M¨®stoles, su emplazamiento cl¨¢sico. "Las dos ¨²ltimas ediciones han sido de transici¨®n", reconoce el director de la cita, Julio Mu?oz.
?Qu¨¦ pasa con el Festimad? Slayer saltaron ayer por la noche al escenario del estadio de f¨²tbol de Butarque, en Legan¨¦s, con un guitarreo potente y con mucha voluntad. Eran la gran apuesta de la jornada de apertura, pero congregar a un p¨²blico masivo no est¨¢ a su alcance. Son lo que son: una banda de metal para iniciados. Los asistentes no llenaban ni la mitad del campo. "No son unos cabezas de cartel", asegura Javier Mateo, de 36 a?os, un heavy corpulento de metro noventa que ha asistido al Festimad, a?o s¨ª, a?o no, desde su inauguraci¨®n. Tiene claro que la falta de un buen cartel es una de las principales causa del mal estado de salud del festival, que, a?ade, ha pasado de ser un referente nacional a una cita local de Madrid. "Ya no es un festival. Es un concierto con teloneros", sentencia.
La falta de un lugar adecuado ha provocado que el festival haya circulado por tres zonas
La baza del duod¨¦cimo Festimad es Pearl Jam, que tocan esta noche y gozan de un tir¨®n indudable, pero brillan en solitario. El resto de bandas quiz¨¢ no est¨¢ al nivel de los grandes nombres de otros a?os. Las cifras son claras. Los 45.000 asistentes al parque de La Cantue?a, en Fuenlabrada, en 2005, se han quedado dos a?os despu¨¦s en 30.000. La cifra sigue sin ser despreciable pero algunos lo atribuyen exclusivamente al atractivo de los de Seattle. "Anunciaron a Pearl Jam al principio y te animaron para que te compraras el abono, pero luego todo se ha quedado en eso. Muchos que ya ten¨ªan el pase para los dos d¨ªas no han venido hoy", se?ala Mateo.
Algunos echan de menos el ambiente de acampada que se vivi¨® otros a?os. "Antes ven¨ªa gente de toda Espa?a a quedarse unos d¨ªas, como pasaba con el Doctor Music Festival, el Vi?arrock y el de Benic¨¤ssim", a?ade ?ngel Conejero, un profesor de ingl¨¦s de 30 a?os que acude al festival desde hace a?os. "F¨ªjate que en el de Benic¨¤ssim la mitad de las entradas vendidas, unas 45.000 se vendieron en el extranjero, entre ingleses, franceses e italianos. Vienen al concierto y a pasar unos d¨ªas de vacaciones, como cuando se acampaba en el Festimad...".
Y no es que la gente ahora se lo pase mal. Los que se agolpaban ayer ante el escenario con la actuaci¨®n de Devil Driver, hacia las nueve y media, sacud¨ªan la cabellera de lo lindo. Sin importar que de repente se fuera el sonido, y sin tener en cuenta la pitada consiguiente, alguno con las pantorrillas tatuadas amagaba con liarse a bailar pogo (ese tipo de danza que parece consistir en soltar pu?etazos y patadas al pr¨®jimo). El cantante arengaba a los fans con una acelerada profusi¨®n de fuck (jodido, en ingl¨¦s) para subrayar cada frase. "?Qu¨¦ jodida canci¨®n quer¨¦is o¨ªr?" Silencio. "Ya lo s¨¦, ya. Siempre es el mismo jodido
problema. Nadie se sabe las canciones", lamentaba a voz en cuello. A pesar de la entrega de algunos, la primera noche empez¨® semivac¨ªa y as¨ª sigui¨® hasta el final.
El Festimad parece haber perdido una de las claves que han asegurado el ¨¦xito de otros festivales: la diversificaci¨®n. Benic¨¤ssim incluye indie, pop comercial y techno, igual que el Summercase, con rock, pop y dance, e incluso el S¨®nar, que no s¨®lo programa lo ¨²ltimo en electr¨®nica sino tambi¨¦n a referentes del rap como Beastie Boys y La Mala. "Al principio, hab¨ªa hip hop y dance, incluso con grupos como The Prodigy, pero ya no. Da la sensaci¨®n de que se ha ido quedando sin gente". En esta edici¨®n lo ¨²nico que no sonaba a metal duro (antes de que llegara Pearl Jam) era la m¨²sica grabada que sonaba entre actuaci¨®n y actuaci¨®n: Franz Ferdinand y Simple Minds, entre otros.
La falta de un recinto adecuado es lo que ha provocado que el festival camine renqueante entre M¨®stoles, Fuenlabrada y Legan¨¦s, seg¨²n su director. "No hay un espacio p¨²blico para 3.000 personas en toda la Comunidad", lamenta Mu?oz. Sostiene que los recintos disponibles en Madrid no fueron edificados con la intenci¨®n de acoger conciertos, y que en la mayor¨ªa tienen preferencia las actividades para las que fueron dise?ados. "Primavera es la estaci¨®n m¨¢s festivalera que hay pero un recinto como las ventas ya est¨¢ copado con las celebraciones del Dos de Mayo y con la Feria de San Isidro. Si no hay un espacio as¨ª, hay que construirlo", asegura.
"El actual formato no es el adecuado. Aqu¨ª [en el estadio de Butarque] hay un escenario, y lo ideal es tener dos o tres y adem¨¢s contar con una zona de acampada", detalla. "Nuestro objetivo es triple: traer grupos internacionales importantes y bandas de culto emergentes y descubrir nuevos valores nacionales, pero sin un espacio apropiado no podemos hacer m¨¢s". Pese a todo, Mu?oz es optimista y est¨¢ convencido de que cuando cuente con un buen recinto, el Festimad volver¨¢ a ser lo que era.
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